Trasplante: tipos, cómo se realiza (y otras dudas)

Actualizado en septiembre 2023

El trasplante es una cirugía para extraer un órgano, células o tejidos de un donante vivo o muerto para una persona que padece una enfermedad grave, siendo las más comunes un trasplante de corazón, hígado, pulmón, riñón, córnea o médula ósea, por ejemplo.

Generalmente, esta cirugía está indicada cuando otros tratamientos no han tenido éxito, permitiendo restablecer la función del órgano afectado en el cuerpo del receptor, reduciendo el riesgo de complicaciones y mejorando la calidad de vida.

La recuperación del trasplante varía según el tipo de cirugía realizada, inicialmente la recuperación se realiza en el hospital, y luego del alta se deben realizar consultas y exámenes médicos periódicamente, además de tomar inmunosupresores diariamente.

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Cuándo es indicado

El trasplante está indicado en las siguientes situaciones:

  • Enfermedad grave e irreversible, cuando todos los demás tipos de tratamiento no fueron suficientes para restablecer la salud y así reducir el riesgo de complicaciones, mejorar la calidad de vida o reducir el riesgo de muerte;
  • Malformaciones en el útero o ausencia de útero, en mujeres que deseen quedar embarazadas;
  • Restaurar la visión en personas con daño irreversible a la córnea;
  • Criopreservación de los ovarios para preservar la fertilidad, en casos de mujeres sometidas a tratamiento oncológico con quimioterapia, radioterapia o cirugía.

Además, el trasplante de médula ósea está indicado en casos de cáncer, como leucemia, linfoma o mieloma múltiple, o en casos de anemia aplásica, anemia falciforme o talasemia, por ejemplo.

Cómo se realiza el transplante

La forma de realizar el trasplante varía dependiendo de la parte donada, ya sea un órgano, tejido o células.

1. Trasplante de médula ósea

El trasplante de médula ósea es uno de los tipos de trasplante más comunes, siendo recomendado por el oncohematólogo principalmente en casos de leucemia, linfoma o mieloma múltiple, que son cánceres que afectan la producción de células sanguíneas en la médula ósea.

Este tipo de trasplante se puede realizar con células de la propia médula ósea de la persona, llamado trasplante autólogo, o de un donante compatible, conocido como trasplante alogénico. Vea cómo se realiza el trasplante de médula ósea.

2. Trasplante de corazón

El trasplante de corazón se realiza para restaurar la función cardíaca reemplazando el corazón enfermo por uno sano de un donante fallecido compatible.

Este tipo de trasplante es recomendado por el cardiólogo cuando la enfermedad cardíaca se encuentra en un estadio más avanzado y no responde a los tratamientos normalmente recomendados, con mayor riesgo de progresar a insuficiencia cardíaca. Vea todas las indicaciones de trasplante de corazón.

3. Trasplante de hígado

El trasplante de hígado permite restablecer la función del hígado enfermo reemplazando todo el hígado de un donante fallecido o parte del hígado de un donante vivo.

Este tipo de trasplante es recomendado por el hepatólogo en casos de cirrosis hepática o hepatitis crónica, fulminante o autoinmune, por ejemplo.

4. Trasplante de riñón

El trasplante de riñón, o trasplante renal, es el tipo de trasplante de órgano sólido más común y es recomendado por un nefrólogo en casos de enfermedad renal crónica avanzada, que hace que el riñón pierda su capacidad de filtrar la sangre y eliminar los desechos del cuerpo.

Este tipo de trasplante está indicado en casos de daño irreversible del riñón y puede realizarse con un riñón de donante vivo o fallecido. Vea cómo se realiza un trasplante de riñón.

5. Trasplante de pulmón

El trasplante de pulmón es recomendado por un neumólogo para el tratamiento de enfermedades pulmonares graves en estadios avanzados, como la fibrosis pulmonar, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la hipertensión pulmonar o la fibrosis quística, por ejemplo. Vea todas las indicaciones para el trasplante de pulmón.

Este tipo de trasplante se realiza donando el pulmón de una persona fallecida.

6. Trasplante de útero

Un trasplante de útero puede ser recomendado por un ginecólogo para mujeres en edad reproductiva, de 20 a 40 años, en casos de ausencia de útero, malformaciones en este órgano o cirugía para extirpar el útero, por ejemplo.

Este tipo de trasplante se puede realizar en mujeres que deseen quedar embarazadas, extrayendo el útero de una donante viva o con muerte cerebral.

7. Trasplante fecal

El trasplante fecal es un tipo de trasplante en el que las heces se transfieren de una persona sana a otra persona con enfermedades relacionadas con el intestino.

El objetivo de este trasplante es regular la microbiota intestinal, que es el conjunto de innumerables bacterias que viven de forma natural en el intestino, y que permiten que el intestino funcione con normalidad. Vea más sobre el trasplante fecal.

8. Trasplante de ovario

El trasplante de ovario consiste en extraer tejido del propio ovario de la persona antes de someterse a un tratamiento con quimioterapia o radioterapia, ya que pueden afectar a la fertilidad.

Este tejido ovárico se congela, es decir, se criopreserva y se transfiere de nuevo a la mujer una vez finalizado el tratamiento contra el cáncer, cuando el deseo es preservar la fertilidad y tener un embarazo.

9. Trasplante de córnea

El trasplante de córnea lo realiza un oftalmólogo reemplazando la córnea enferma por una sana de un donante fallecido.

Este tipo de trasplante se realiza cuando otras opciones de tratamiento no han sido efectivas, en casos de queratocono, quemaduras, herpes ocular o queratitis fúngica, por ejemplo.

10. Trasplante de páncreas

El trasplante de páncreas implica extraer el páncreas del donante fallecido y transferirlo al receptor, sin extraer el páncreas defectuoso.

Este tipo de trasplante normalmente es recomendado por el endocrinólogo en casos de diabetes tipo 1 en los que no se puede controlar la glucosa en sangre con el uso de insulina o cuando la persona tiene complicaciones graves, como insuficiencia renal.

Órganos y tejidos que pueden ser trasplantados

Los órganos y tejidos que se pueden trasplantar de donante no vivo son:

  • Corazón, válvulas, venas y arterias;
  • Pulmón;
  • Córnea;
  • Páncreas;
  • Hígado;
  • Intestino;
  • Útero;
  • Huesos, músculos o piel.

En el caso de donante vivo se puede trasplantar parte del hígado, pulmón o médula ósea, uno de los riñones o el útero.

Tipos de trasplantes

Los principales tipos de trasplantes son:

Trasplante autólogo

El trasplante autólogo o autógeno es cuando los propios tejidos de la persona se transfieren de un lugar del cuerpo a otro.

Trasplante alogénico

El trasplante alogénico o alotrasplante consiste en transferir tejidos de una persona sana al receptor, siempre que el donante y el receptor sean genéticamente compatibles.

Trasplante singénico

Al igual que el alotrasplante, el trasplante singénico implica la donación de tejido de una persona a otra pero de un gemelo idéntico.

Trasplante heterólogo

Este tipo de trasplante consiste en trasplantar órganos, tejidos o células de un donante completamente diferente al receptor.

Xenotrasplante

El xenotrasplante o trasplante xenogénico es un tipo de trasplante menos común, en el que el órgano o tejido proviene de un animal y se trasplanta a un ser humano.

¿Cómo se evalúa si el trasplante es compatible?

Antes de realizar el trasplante se realizan análisis de sangre con el objetivo de comprobar la compatibilidad del órgano, tejido o células, tanto del donante como del receptor, con la finalidad de reducir el riesgo de rechazo.

Por tanto, los donantes pueden tener o no parentesco con la persona que será trasplantada, siempre que exista compatibilidad.

¿Cómo funciona la lista de espera para trasplantarse?

La lista de espera de trasplantes de órganos es una base de datos en el que el médico registra los datos de la persona que necesita un órgano específico y, una vez que aparece algún órgano donante disponible, este es ingresado al sistema para buscar quién es el mejor candidato.

¿Qué afecta el orden de la lista de espera de trasplantes?

Algunos factores pueden afectar la lista de espera de trasplantes, estos son:

  • Orden de llegada, es decir, cuando el médico registró a la persona en la cola de trasplantes;
  • Etapa y gravedad de la enfermedad;
  • Compatibilidad del donante con el destinatario;
  • Ubicación del donante y del receptor.

Además, la lista de espera de trasplantes también puede verse afectada por la edad, teniendo generalmente prioridad los niños y los adultos con enfermedades muy graves.

¿En cuánto tiempo se debe trasplantar el órgano?

El órgano debe trasplantarse lo más rápido posible, por lo que existe un plazo llamado tiempo de isquemia, que es el tiempo que transcurre entre la extracción del órgano del donante y la implantación del órgano en el receptor.

Este tiempo para realizar el trasplante varía según el órgano, siendo el corazón de 4 horas, el riñón 48 horas, el pulmón 6 horas y el hígado y el páncreas 12 horas.

Cómo es la recuperación

La recuperación del trasplante varía según el tipo de trasplante realizado.

Por lo general, la recuperación inicial se realiza en el hospital durante algunas semanas para que se pueda monitorear a la persona y observar la reacción del cuerpo ante el nuevo órgano, previniendo complicaciones que puedan ocurrir.

Tras el alta, la recuperación se realiza en casa, con seguimiento médico periódico y el uso diario de medicamentos inmunosupresores para prevenir el rechazo de órganos. Vea qué son los inmunosupresores.

Riesgos del trasplante

Algunas complicaciones que pueden surgir después del trasplante son:

  • Rechazo del órgano trasplantado;
  • Infecciones;
  • Problemas renales;
  • Sangrado o hemorragia;
  • Gota;
  • Aterosclerosis.

Además, el uso de inmunosupresores puede provocar algunos efectos secundarios, como osteoporosis, aumento de peso, diabetes, hinchazón corporal, cambios en la piel o incluso aumentar el riesgo de cáncer de piel o linfoma, por ejemplo.

Aunque son poco frecuentes, también pueden producirse complicaciones de la anestesia general, como reacciones anafilácticas, náuseas, vómitos, descenso de la presión arterial, escalofríos, temblores, fiebre o infección.