Trasplante de médula ósea: qué es, indicaciones y riesgos

Actualizado en mayo 2023

El trasplante de médula ósea es un tipo de tratamiento que está indicado en caso de enfermedades graves que afectan a la médula ósea y que hacen que no sea capaz de cumplir con la función de producir células sanguíneas y del sistema inmune, como eritrocitos, plaquetas, linfocitos y leucocitos.

Este procedimiento está indicado principalmente en los casos de cáncer de médula y algunos tipos de anemia, siendo que el hemato oncólogo es el responsable de evaluar cada caso individualmente para elegir el mejor tratamiento.

Para la realización del trasplante de médula ósea son necesarios varios exámenes en el donador que indiquen que es compatible con la persona que recibirá la nueva médula, siendo los hermanos las personas que tienen mayores posibilidades de ser compatibles.

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Principales indicaciones

El trasplante de médula ósea normalmente está indicado para tratar:

  • Cáncer de médula, como leucemia, linfoma o mieloma múltiple;
  • Algunos tipos de anemia, como anemia aplásica, falciforme o talasemia;
  • Lesiones en la médula debido a tratamientos agresivos, como quimioterapia;
  • Neutropenia congénita.

La médula ósea está constituida por las células madre hematopoyéticas, que son responsables de la producción de las células sanguíneas y del sistema inmune. De esta forma, el trasplante de médula ósea se realiza con el objetivo de sustituir la médula ósea deficiente por otra saludable por médio de células madre hematopoyéticas saludables y funcionales.

Tipos de trasplantes de médula ósea

Existen 2 tipos principales de trasplante de médula ósea:

  • Trasplante de médula autólogo o autotrasplante: se utiliza principalmente en personas que requieren radioterapia o quimioterapia. Consiste en retirar las células saludables de médula antes de iniciar el tratamiento y, después, inyectarlas de nuevo en el organismo, después de los tratamientos para permitir la creación de más médula saludable.
  • Trasplante de médula alogénico: las células trasplantadas son retiradas de un donador saludable, el cual debe realizarse exámenes de sangre especiales para garantizar la compatibilidad de las células, que posteriormente serán trasplantadas a un paciente saludable.

Además de estos tipos de trasplante, existe una nueva técnica que permite guardar células madre de cordón umbilical del bebé, pudiendo utilizarse para tratar cáncer y otros problemas de salud que surjan a lo largo de la vida.

Cómo se obtienen la células para el trasplante

Antes de realizar la recolección de las células saludable para el trasplante son necesarios algunos exámenes. En caso de trasplante autólogo, también conocido como autotrasplante, el paciente debe realizarse varios exámenes que evalúan su estado de salud y el desarrollo de la enfermedad. En caso del trasplante alogénico, es decir de un donador diferente, es muy importante hacer pruebas de compatibilidad para garantizar que las células puedan ser usadas en el paciente.

Algunos de los exámenes que pueden realizarse incluyen: exámenes de sangre completos, prueba de HLA (antígenos leucocitarios humanos), electrocardiograma, radiografías o tomografía computarizada, por ejemplo.

Cuando los exámenes presenten resultados favorables, puede realizarse la obtención de las células saludables para el trasplante. Para eso, el donador o el propio paciente, dependiendo del tipo de trasplante, es puesto bajo anestesia general o epidural y se realiza una pequeña cirugía con la ayuda de una aguja, para retirar la médula del interior de los huesos de la cadera. Estas células son congeladas y guardadas hasta que el trasplante de médula pueda ser realizado.

Cómo se realiza el trasplante

El trasplante se realiza por medio de un proceso semejante al de la transfusión de sangre, en que el médico utiliza un catéter, que es un tubo fino, para introducir las células retiradas del donador en el torrente sanguíneo. Este procedimiento puede tardar entre 30 minutos hasta 2 horas.

Sin embargo, antes de recibir el trasplante, el paciente debe hacer un tratamiento de acondicionamiento, que consiste en hacer una quimio o radioterapia con el objetivo de eliminar todas las células malignas y destruir la médula. Posteriormente, la persona está lista para recibir la médula saludable, la cual se multiplicará y dará origen a una nueva médula saludable, capaz de producir células sanguíneas.

Cómo saber si el trasplante es compatible

La compatibilidad del trasplante de médula ósea debe ser evaluado para evitar el riesgo de rechazo y complicaciones graves, como hemorragias internas o infecciones. Para eso, el posible donador de médula ósea debe hacer una donación de sangre en un centro especializado para que sea evaluado. En caso de que el donador no sea compatible podrá permanecer en una lista de datos para ser llamado para otro paciente con el que sea compatible.

Normalmente, el proceso de evaluación de compatibilidad de médula ósea está indicado en hermanos del paciente, ya que tienen mayores posibilidades de tener una médula ósea semejante, siendo después tomada en cuenta la lista de datos nacionales de donadores en caso de que los hermanos no sean compatibles o la persona no tenga hermanos.

Posibles riesgos del trasplante

Los principales riesgos o complicaciones del trasplante de médula ósea incluyen:

  • Anemia;
  • Cataratas;
  • Hemorragias en los pulmones o cerebro;
  • Lesiones en los riñones, pulmones o corazón;
  • Infecciones graves;
  • Rechazo;
  • Enfermedad del injerto contra el hospedero;
  • Reacción a la anestesia;
  • Recidiva de la enfermedad.

Las complicaciones del trasplante de médula ósea son más frecuentes cuando el donador no es completamente compatible, pero también pueden estar relacionadas con la respuesta del organismo del paciente, por lo que es importante realizar todas las pruebas de laboratorio tanto en el donador como en el receptor, para confirmar la compatibilidad y posibilidad de reacciones.