Neumonía bilateral: qué es, síntomas y tratamiento

Actualizado en diciembre 2022

La neumonía bilateral es una infección que afecta los dos pulmones, siendo considerada más grave que la neumonía común, pues provoca una inflamación de los alvéolos pulmonares, que pueden llenarse de líquido o pus, reduciendo la capacidad respiratoria. Como consecuencia de eso, existe una disminución de la cantidad de oxígeno circulante en el organismo, incluyendo el cerebro, lo que puede ocasionar una alteración en el nivel de conciencia de la persona. 

Este tipo de neumonía puede ser causada por virus, bacterias u hongos, y es más frecuente en personas con el sistema inmune debilitado, como bebés, adultos mayores o que poseen enfermedades crónicas que puedan interferir en el funcionamiento del sistema inmunitario. 

El tratamiento de la neumonía bilateral normalmente es realizado en ambiente hospitalario para que la persona pueda ser monitorizada y recibir oxígeno, con el objetivo de reducir el riesgo de complicaciones como infección generalizada, paro respiratorio o derrame pleural, por ejemplo. 

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Principales síntomas

Entre los principales síntomas de neumonía bilateral se incluyen los siguientes:

  • Fiebre superior a 38 ºC;
  • Tos con mucha flema;
  • Gran dificultad para respirar;
  • Aumento de la frecuencia respiratoria;
  • Cansancio fácil e intenso;
  • Coloración azulada o violácea de las uñas o labios;
  • Dolor en el pecho al respirar o al toser;
  • Náuseas y vómitos;
  • Confusión, especialmente en adultos mayores. 

Estos síntomas están relacionados principalmente con la capacidad respiratoria de la persona, que puede verse bastante comprometida, pues los dos pulmones están afectados. 

Cuando la persona presenta otros síntomas relacionados con la falta de oxígeno, como labios ligeramente azulados o alteraciones de los niveles de conciencia, es muy importante informar al neumólogo para que el tratamiento pueda ser realizado lo antes posible, principalmente con el uso de mascarillas de oxígeno. 

Conozca cómo reconocer los síntomas de la neumonía.   

Cómo confirmar el diagnóstico

El diagnóstico de la neumonía bilateral es realizado por el médico general o neumólogo, mediante la evaluación de los síntomas, de los antecedentes de salud y del examen físico, en el cual se solicita a la persona que inhale y exhale mientras se escuchan los pulmones con un estetoscopio, con el objetivo de verificar si existen ruidos durante la respiración. 

El médico también debe llevar a cabo un examen de oximetría, colocando un dispositivo en uno de los dedos de la mano para medir la cantidad de oxígeno en la sangre. 

Asimismo, para confirmar que la neumonía afectó los dos pulmones, el médico debe solicitar una radiografía de tórax o tomografía computarizada. 

Otros exámenes que pueden ser pedidos por el médico son análisis de sangre, cultivo de esputo, broncoscopia y cultivo del líquido pleural, para identificar la infección y saber cuál es el microorganismo que está causando la neumonía bilateral. 

Posibles causas

La neumonía bilateral es causada por una inflamación en ambos pulmones debido a infección por virus, bacterias u hongos. 

Ciertos factores que aumentan el riesgo de desarrollo de neumonía en los dos pulmones incluyen:

  • Edad, siendo más común en niños menores de 2 años y en personas mayores;
  • Desnutrición;
  • Fumar o ser fumador pasivo;
  • Enfermedades crónicas, como diabetes, anemia o trastornos cardíacos;
  • Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC);
  • Fibrosis quística;
  • Asma;
  • Condiciones neurológicas que causan dificultad para tragar, como ACV;
  • Consumo excesivo de bebidas alcohólicas. 

Estos factores pueden debilitar el sistema inmunitario, lo que dificulta la acción del mismo en el combate de microorganismos.

Vea cómo se transmite la neumonía y cómo prevenirla.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento para la neumonía bilateral debe ser indicado por el neumólogo, siendo definido por medio de un sistema que clasifica los pacientes de acuerdo con los síntomas descritos y los resultados de los exámenes. Los pacientes clasificados como de bajo riesgo normalmente son tratados en casa mediante el uso de antibióticos, como levofloxacino o claritromicina, por ejemplo, siendo el tiempo de uso definido por el médico. 

Además, es importante que la persona permanezca en reposo durante el tratamiento, beba bastante líquido, se nebulice con agua potable y evite espacios públicos o con mucha polución, además de utilizar mascarillas de protección siempre que sea necesario. 

En el caso de pacientes clasificados como graves, principalmente cuando el mismo es un adulto mayor o cuando este presenta compromiso de la función renal, problemas de la presión arterial y mucha dificultad para realizar el intercambio gaseoso, el tratamiento es realizado en ambiente hospitalario. Este normalmente dura entre 1 y 2 semanas en el hospital, pudiendo variar de acuerdo con la respuesta del paciente a la terapia, la cual suele ser realizada mediante la administración de oxígeno y antibióticos. Luego del alta, el tratamiento con antibiótico debe ser continuado durante al menos 1 semana o de acuerdo con el criterio del neumólogo. 

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