Broncoscopia: qué es, para qué sirve y cómo se realiza

Actualizado en julio 2022

La broncoscopia es un tipo de examen que sirve para evaluar las vías aéreas, a través de la introducción de un tubo fino y flexible que entra por la boca o nariz, y llega hasta el pulmón. Este tubo transmite imágenes a una pantalla, en la que el médico logra observar si hay alguna alteración en las vías respiratorias, incluyendo la laringe y la tráquea.

Por ello, este tipo de examen puede se utilizado para ayudar en el diagnóstico de algunas enfermedades, como una neumonía atípica o un tumor, pero también puede ser usado para tratar una obstrucción del pulmón, por ejemplo.

Imagem ilustrativa número 1

Para qué sirve

La broncoscopia puede ser solicitada por el neumólogo siempre que haya sospecha de alguna enfermedad en el pulmón que no fue posible confirmar por medio de los síntomas o de otros exámenes, como radiografías. Por ello, la broncoscopia puede ser solicitada cuando hay sospecha de:

  • Neumonía;
  • Cáncer;
  • Obstrucción de las vías aéreas.

Además, personas con tos persistente en que no desaparece con el tratamiento o que no tiene una causa específica, también pueden requerir de este tipo de examen para confirmar el diagnóstico e iniciar el tratamiento más adecuado.

En los casos de sospecha de cáncer, el médico realiza una broncoscopia con biopsia, en la que se obtiene un pequeño pedazo de revestimiento del pulmón para que sea analizado en el laboratorio y así, confirmar la presencia de células cancerígenas, por lo que el resultado puede tardar algunos días.

Cómo prepararse para el examen

Antes de realizar la broncoscopia, generalmente es necesario permanecer 6 a 12 horas sin comer o beber, siendo solo permitido beber un mínimo de agua para ingerir alguna pastilla. Medicamentos anticoagulantes, como la aspirina o la warfarina, deben ser interrumpidos algunos días antes del examen, para evitar el riesgo de sangrado.

Sin embargo, las indicaciones de preparación pueden variar de acuerdo a la clínica en que el examen va a ser realizado, por lo que es muy importante conversar con el médico antes, explicando cuál es la medicación que se realiza habitualmente.

También es importante llevar alguna compañía, ya sea un amigo o familiar, ya que en muchos casos, se utiliza una ligera anestesia para disminuir el malestar y, en estos casos, no se debe conducir en las primeras 12 horas después del examen.

Posibles riesgos del examen

Debido a que la broncoscopia consiste en insertar un tubo en las vías respiratorias, existen algunos riesgos, como:

  • Sangrado: generalmente es en poca cantidad, pudiendo causar tos con sangre. Este tipo de complicación es más frecuente cuando hay inflamación en el pulmón o cuando es necesario retirar una muestra por medio de una biopsia, volviendo a la normalidad en 1 o 2 días;
  • Colapso del pulmón: es una complicación muy rara que surge cuando hay una lesión en el pulmón. Aunque el tratamiento sea relativamente fácil, generalmente es necesario permanecer internado en el hospital;
  • Infección: puede surgir cuando hay alguna lesión en el pulmón y, generalmente causa fiebre y empeoramiento de la tos y sensación de falta de aire.

Estos riesgos son muy raros y normalmente fáciles de tratar, sin embargo, el examen solo debe ser realizado bajo la indicación del médico.