El líquido en la rodilla es una acumulación anormal de fluido dentro de la articulación, conocida como derrame articular. Esta condición puede estar relacionada con la inflamación de la membrana sinovial, lo que favorece el aumento de líquido y provoca dolor, hinchazón, rigidez y dificultad para caminar o estirar completamente la pierna.
El derrame articular puede aparecer tras un golpe, caída o fractura en la rodilla, pero también puede ser consecuencia de enfermedades reumáticas, como artritis reumatoide, osteoartritis o gota.
El tratamiento para reducir el líquido debe ser indicado por un ortopedista. Puede incluir reposo, fisioterapia, medicamentos y, en algunos casos, cirugía exploratoria o artroscopia.
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Posibles causas
El líquido en la rodilla puede aparecer tras golpes, caídas o lesiones en músculos, huesos o ligamentos de la articulación. En personas que practican deporte o realizan trabajos con carga de peso, esta acumulación puede deberse a sobrecarga mecánica.
Las enfermedades reumáticas, como la artritis reumatoide, la artritis psoriásica o la gota, pueden provocar inflamación de la membrana sinovial. Esta inflamación suele generar dolor, hinchazón y aumento de la temperatura en la articulación.
Además, las infecciones en la rodilla, como la artritis séptica, pueden provocar inflamación de la membrana sinovial, lo que genera dolor, hinchazón y limitación del movimiento. Conozca más sobre la qué es y cómo se trata la artritis séptica.
Esta inflamación suele estar acompañada de aumento del líquido dentro de la articulación, conocido como derrame articular, que puede causar incomodidad y dificultad para caminar.
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Los principales síntomas de líquido en la rodilla son:
- Dolor en la rodilla;
- Rigidez en la rodilla, especialmente en la mañana;
- Dificultad para caminar y estirar completamente la pierna;
- Hinchazón en la rodilla;
- Enrojecimiento en la rodilla;
- Sensación de calor o aumento de la temperatura en la rodilla;
- Debilidad de los músculos del muslo y la pierna.
Los síntomas de líquido en la rodilla aparecen cuando se acumula de forma excesiva líquido sinovial, un fluido lubricante que recubre la articulación y nutre el cartílago.
Cómo saber si tengo líquido en la rodilla
El diagnóstico de líquido en la rodilla es realizado por el ortopedista a través de la evaluación de los síntomas, antecedentes de salud o de traumas recientes en la rodilla o pierna, y de un examen físico de la rodilla.
Cuando no hay causa evidente, el ortopedista puede realizar una artrocentesis para analizar el líquido sinovial. El laboratorio evalúa recuento celular, cristales y bacteriología (Gram y cultivo) para diferenciar infección, gota u otras causas.
Otros exámenes que el médico puede solicitar para evaluar el líquido en la rodilla incluyen la resonancia magnética o el ultrasonido. Estas pruebas permiten verificar si existe alguna lesión en los huesos, músculos o ligamentos que pueda estar provocando la acumulación de líquido.
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El tratamiento para reducir el líquido en la rodilla debe ser indicado por el ortopedista, según los síntomas y la cantidad de líquido acumulado por la inflamación. Entre las opciones de tratamiento se encuentran:
1. Compresas frías
La aplicación de compresas frías o hielo en la rodilla es uno de los tratamientos caseros más efectivos que provoca la contracción de los vasos sanguíneos, lo que reduce el flujo sanguíneo y disminuye la llegada de células inflamatorias que favorecen la acumulación de líquido sinovial.
Además, el frío adormece las terminaciones nerviosas superficiales, contribuyendo a reducir el dolor.
2. Elevación
Elevar la pierna por encima del corazón mejora el flujo de la linfa, que recoge el exceso de líquidos y desechos de los tejidos.
Esto ayuda a reducir la hinchazón alrededor de la rodilla y alivia la presión causada por el derrame articular, aunque no reemplaza otros tratamientos indicados por el médico.
3. Uso de medicamentos
El tratamiento de la sinovitis en la rodilla suele comenzar con medicamentos antiinflamatorios y, en algunos casos, corticoides, ya sea oral o inyectado.
En algunos casos, el médico puede retirar el exceso de líquido articular mediante una punción.
4. Fisioterapia
La fisioterapia puede ayudar a disminuir la hinchazón en la rodilla mediante ejercicios como la activación isométrica. Para este ejercicio, se coloca una toalla o almohadón debajo de la rodilla con la pierna extendida y se presiona suavemente contra la superficie, manteniendo la presión durante unos segundos.
Además, el fisioterapeuta puede utilizar técnicas como la presoterapia, que favorece el drenaje de líquidos, así como TENS y ultrasonido, que ayudan a reducir el dolor asociado al derrame articular.
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La cirugía artroscópica de rodilla puede considerarse cuando el tratamiento no quirúrgico no consigue aliviar la inflamación ni el dolor en la rodilla.
Este procedimiento puede emplearse tanto para visualizar el interior de la articulación como para drenar el líquido acumulado y retirar tejido inflamado, lo que contribuye a mejorar la movilidad y disminuir las molestias.
Tiempo de recuperación
El tiempo que tarda en disminuir el líquido en la rodilla depende de la causa y del tratamiento aplicado. En la sinovitis transitoria, los síntomas agudos suelen resolverse en 24 a 48 horas, y la recuperación completa ocurre generalmente en 1 a 2 semanas.
En casos de derrames asociados a osteoartritis, el drenaje puede reducir el líquido de inmediato, mientras que los medicamentos antiinflamatorios o inyecciones de corticosteroides pueden tardar semanas en disminuir la inflamación y mejorar el dolor.
Con terapias conservadoras, como fisioterapia y medicamentos antiinflamatorios, la reducción del líquido en la rodilla puede tardar varias semanas o hasta 3 meses de tratamiento constante.