Linfócitos altos: qué significa (y qué hacer)

Tener los linfocitos altos en un análisis de sangre puede indicar la presencia de enfermedades o condiciones como hepatitis, mononucleosis, rubéola, o puede deberse a efectos secundarios de algunos medicamentos.

El aumento de la cantidad de linfocitos, conocido como linfocitosis, se considera anormal cuando los valores superan los 4,000 linfocitos por mm³ de sangre.

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El tratamiento para los linfocitos altos puede variar según la causa primaria, y el médico podría recomendar medidas simples, como reposo, aumento de la ingesta de líquidos, uso de medicamentos o incluso cirugía.

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Posibles causas

Los linfocitos altos pueden indicar enfermedades y condiciones como:

1. Hepatitis

La hepatitis puede provocar un aumento en la cantidad de linfocitos, ya que esta enfermedad estimula el funcionamiento del sistema inmunológico, lo que consecuentemente incrementa el número de linfocitos.

Esta condición puede causar síntomas como dolor de cabeza, malestar general, dolor e hinchazón abdominal, piel y ojos amarillentos, orina oscura y heces claras.

Qué hacer: ante la sospecha de hepatitis, se recomienda consultar con un médico general, hepatólogo o gastroenterólogo para que realicen una evaluación y diagnóstico adecuado.

El tratamiento de la hepatitis puede incluir el uso de medicamentos, una dieta en la que se debe suprimir el consumo de bebidas alcohólicas y, en algunos casos, un trasplante de hígado.

2. Mononucleosis

Los linfocitos altos pueden indicar mononucleosis, ya que los linfocitos son células de defensa que responden ante la presencia del virus Epstein-Barr, causante de esta enfermedad. Conozca más sobre la mononucleosis.

En esta condición, además de los linfocitos altos, el médico puede observar una alteración de linfocitos atípicos, monocitos y cambios en la proteína C reactiva.

Qué hacer: luego de la confirmación del diagnóstico, el médico podrá recomendar beber abundante líquido, realizar reposo durante 1 o 2 semanas y tomar analgésicos, antitérmicos o antiinflamatorios.

3. Efectos secundarios de medicamentos

Algunos medicamentos, como alopurinol, carbamazepina, vancomicina y sulfas, pueden provocar efectos secundarios y reacciones de hipersensibilidad, lo que causa un aumento del número de linfocitos en sangre.

Qué hacer: se recomienda consultar con el médico que indicó el tratamiento inicial para que pueda realizar una nueva evaluación y ajustar la dosis o, incluso, cambiar el medicamento

4. Tuberculosis

La tuberculosis puede provocar un aumento en el número de linfocitos, ya que durante la infección, el sistema inmunológico incrementa la producción de células de defensa para intentar combatir las bacterias Mycobacterium tuberculosis, responsables de esta enfermedad.

Esta enfermedad afecta principalmente a los pulmones y provoca síntomas, como tos seca y con sangre, dolor en el pecho y dificultad para respirar.

Qué hacer: ante la presencia de síntomas de tuberculosis, es importante consultar a un infectólogo o médico general para que realicen una evaluación adecuada, diagnóstico y la indicación del tratamiento.

El tratamiento de la tuberculosis se basa en el uso de medicamentos tuberculostáticos, como rifampicina, isoniazida, pirazinamida y etambutol. Este tratamiento suele durar aproximadamente seis meses, o el tiempo recomendado por el médico según el caso específico.

5. Rubéola

La rubéola puede causar un aumento en los niveles de linfocitos, especialmente de los linfocitos T citotóxicos, como parte de la respuesta del sistema inmunológico para combatir la infección y generar inmunidad.

Qué hacer: el tratamiento de la rubéola debe ser indicado por un médico pediatra, general, obstetra o infectólogo, y puede incluir reposo, aumento de la ingesta de líquidos y de la higiene.

Además, el médico puede indicar el uso de analgésicos, como paracetamol o dipirona, para disminuir la fiebre, dolor articular y malestar general. Conozca más sobre los síntomas y tratamientos de la rubéola.

6. Sífilis

La sífilis es una infección de transmisión sexual que provoca un aumento de linfocitos y causa síntomas como heridas indoloras en el pene, el ano o la vulva. Estas heridas desaparecen espontáneamente, pero pueden reaparecer después de semanas o años, generando lesiones más graves si la bacteria no se trata adecuadamente.

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Qué hacer: ante la sospecha de sifilis se recomienda consultar con un ginecólogo, urólogo, infectólogo o médico general para que realicen una evaluación e indiquen el tratamiento adecuado.

El tratamiento puede incluir inyecciones de penicilina-benzatina u otros antibióticos orales, como doxiciclina o ceftriaxona.

7. Toxoplasmosis

En la toxoplasmosis, los niveles de linfocitos aumentan debido a que el sistema inmunológico debe combatir el parásito Toxoplasma gondii, y para ello el organismo responde aumentando las células de defensa.

En personas con el sistema inmunológico debilitado, esta enfermedad puede causar síntomas como inflamación de los ganglios linfáticos, fiebre y dolor muscular.

Qué hacer: luego de confirmar el diagnóstico, el médico podrá indicar el uso de medicamentos, como sulfadiazina y sulfametoxazol. 

En el caso de mujeres embarazadas, el tratamiento debe ser indicado por un ginecólogo y  puede realizarse con antibióticos, como espiramicina, pirimetamina, sulfadiazina y ácido fólico. 

8. Tos ferina

Los linfocitos altos en niños puede ser causados por la tos ferina, que es una enfermedad que afecta principalmente a menores de 6 meses que no han sido vacunados. 

Sin embargo, también puede presentarse en adolescentes y adultos que no cuentan con el esquema de vacunación completo.

Qué hacer: para tratar la tos ferina, el médico puede prescribir antibióticos como azitromicina, claritromicina o eritromicina. 

En el caso de los niños, puede ser necesario administrar el tratamiento en el hospital, ya que durante esta fase las crisis de tos suelen ser intensas y pueden provocar complicaciones, como la rotura de pequeños vasos sanguíneos cerebrales.

9. Linfoma

El linfoma es un tipo de cáncer que provoca una multiplicación descontrolada de linfocitos, lo que puede afectar el funcionamiento de los nódulos linfáticos, la médula ósea y otros órganos.

Los síntomas del linfoma pueden incluir inflamación de los ganglios linfáticos en el cuello, ingle, clavícula, abdomen o axila, fiebre, sudoración nocturna, picazón, pérdida de peso sin motivo aparente, falta de aire y tos.

Qué hacer: luego de confirmar el diagnóstico, el médico podrá indicar la realización de quimioterapia y/o radioterapia, inmunoterapia, trasplante de médula ósea o cirugía.

10. Leucemia

La leucemia provoca un aumento descontrolado en el número de glóbulos blancos, y los linfocitos son un tipo de glóbulo blanco, por lo que su cantidad se incrementa en esta enfermedad. 

Algunos tipos de leucemia asociados con el aumento de linfocitos incluyen la leucemia linfocítica aguda y crónica, la leucemia de células pilosas y la leucemia de linfocitos granulares grandes.

Esta enfermedad puede causar síntomas como fiebre, sudores nocturnos, pérdida de peso, dolor óseo y articular, y la aparición de manchas rojas en la piel.

Qué hacer: se recomienda consultar a un médico general, hematólogo u oncólogo para que puedan realizar un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado. 

El tratamiento puede incluir sesiones de quimioterapia y/o radioterapia, así como inmunoterapia, terapia dirigida y, en algunos casos, un trasplante de médula ósea.

Linfocitos altos en niños

La presencia de linfocitos altos en un análisis de sangre en niños suele ser provocada principalmente por infecciones virales, como la gripe, faringitis o la rubéola. 

Sin embargo, algunas infecciones bacterianas, como la tos ferina y enfermedades como el linfoma o la leucemia, también pueden provocar un aumento de los linfocitos en niños.

Linfocitos absolutos altos

Los linfocitos absolutos altos indican un aumento en el número de linfocitos totales en la sangre, lo que puede señalar que el cuerpo está combatiendo una infección viral, como hepatitis o mononucleosis, así como otras enfermedades como linfoma o leucemia.

En niños se consideran altos los valores superiores a 9,000 linfocitos por mm3 de sangre, y en adultos valores superiores a 4,00 linfocitos por mm3 de sangre.

Cómo saber si los están linfocitos altos

Para determinar si los linfocitos están altos, el médico debe solicitar un hemograma completo para evaluar el leucograma, que es una parte del análisis de sangre que permite conocer la cantidad de linfocitos.

Para saber si los linfocitos son altos, coloque los resultados de su análisis de sangre en la siguiente calculadora:

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Mínimo admitido, el valor puede verse alterado según su laboratorio.
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Máximo admitido, el valor puede verse alterado según su laboratorio.
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Esta calculadora es una herramienta de orientación; no constituye un diagnóstico ni sustituye la consulta con un médico general.