Tuberculosis: qué es, síntomas, tipos y tratamiento

Actualizado en septiembre 2022

La tuberculosis es una enfermedad infectocontagiosa causada por el Mycobacterium tuberculosis, popularmente conocido como bacilo de Koch, que entra en el organismo a través de las vías aéreas superiores, por medio de la inhalación de gotículas de saliva o secreciones nasales liberadas cuando una persona tose, estornuda o habla.

La tuberculosis afecta principalmente los pulmones, causando tos seca y con sangre, dolor en el pecho y dificultad para respirar, pero también puede afectar otros órganos, como los riñones, huesos o cerebro, por ejemplo, produciendo síntomas como dolor en los huesos, sangre en la orina o dolor de cabeza.

Es importante consultar al infectólogo o médico general en cuanto surjan los primeros síntomas que indiquen tuberculosis, ya que de esta forma es posible iniciar el tratamiento lo antes posible, el cual suele hacerse con una combinación de antibióticos.

Imagem ilustrativa número 1

Síntomas de tuberculosis 

Los principales síntomas de tuberculosis son:

  • Tos con o sin sangre;
  • Tos persistente, por más de 3 semanas;
  • Pérdida de peso sin motivo aparente;
  • Dolor en el pecho al toser o respirar;
  • Dificultad respiratoria;
  • Cansancio excesivo;
  • Fiebre baja;
  • Escalofríos;
  • Sudoración nocturna.

Estos síntomas son más comunes cuando la bacteria se desarrolla en los pulmones.

Además, cuando la bacteria se desarrolla en otros órganos, como riñones, cerebro o columna, es posible que surjan otros síntomas como hinchazón en la zona en que la bacteria está instalada, dolor en la espalda o presencia de sangre en la orina. Conozca otros síntomas de la tuberculosis.

Tipos de tuberculosis

De acuerdo al lugar en que la bacteria de la tuberculosis se instale y desarrolle, la tuberculosis puede clasificarse en algunos tipos, siendo los principales:

  • Tuberculosis pulmonar: es la forma más común de la enfermedad y ocurre debido a la entrada del bacilo a las vías respiratorias superiores y se aloja en los pulmones. Este tipo de tuberculosis se caracteriza por tos seca y constante, con o sin sangre, siendo la tos la principal forma de contagio, ya que las gotículas de saliva liberadas por medio de la tos contienen los bacilos de Koch, pudiendo infectar a otras personas;
  • Tuberculosis miliar: es una de las formas más graves de la tuberculosis y ocurre cuando el bacilo entra al torrente sanguíneo y llega a todos los órganos, existiendo el riesgo de meningitis. Además de que el pulmón se ve gravemente afectado, también pueden verse afectados otros órganos;
  • Tuberculosis ósea: A pesar de no ser muy común, ocurre cuando el bacilo logra penetrar y desarrollarse en los huesos, pudiendo provocar dolor e inflamación, que no siempre se diagnostica y se trata como tuberculosis;
  • Tuberculosis ganglionar: es causada por la entrada del bacilo al sistema linfático, pudiendo afectar los ganglios del tórax, ingle, abdomen o con más frecuencia los del cuello. Este tipo de tuberculosis extrapulmonar, no es contagiosa y tiene cura cuando se trata de manera adecuada. Conozca más sobre los síntomas de tuberculosis ganglionar.
  • Tuberculosis pleural: ocurre cuando el bacilo afecta la pleura, tejido que recubre a los pulmones, causando intensa dificultad para respirar. Este tipo de tuberculosis extrapulmonar no es contagiosa, sin embargo, puede ser adquirida al entrar en contacto con una persona con tuberculosis pulmonar o ser una evolución de la tuberculosis pulmonar.
  • Tuberculosis cerebral o neurotuberculosis: es causada por la entrada del bacilo en el sistema nervioso central, pudiendo causar meningitis o encefalopatía, y síntomas como dolor de cabeza, rigidez en la nuca, vómitos o incluso convulsiones.

Es importante que el tipo de tuberculosis sea diagnosticado por el infectólogo o médico general de acuerdo a los síntomas presentados y el resultado de los exámenes, ya que de esta forma es posible iniciar el tratamiento adecuado para combatir la bacteria, y así, prevenir el desarrollo de la enfermedad y surgimiento de las complicaciones.

En caso de la tuberculosis pulmonar, el diagnóstico puede realizarse por medio de la realización de rayos X y análisis de la flema para identificar el bacilo de la tuberculosis, también llamado BAAR (Bacilo Alcohol Ácido Resistente). Para diagnosticar la tuberculosis extrapulmonar se recomienda la realización de una biopsia de tejido afectado. De igual forma, el médico puede recomendar la realización de un test cutáneo de tuberculina, conocido también como Mantoux ou PPD, que es negativo en 1/3 de los pacientes. Conozca cómo se realiza el PPD.

Transmisión de la tuberculosis

La transmisión de la tuberculosis puede ocurrir a través del aire, de persona a persona, a través de la inspiración de gotículas infectadas liberadas a través de tos, el estornudo o al hablar. La transmisión sólo puede ocurrir si hay implicación pulmonar hasta 15 días después del inicio del tratamiento.

Las personas que tienen el sistema inmunitario comprometido por enfermedades, debido a la edad, que fuman y/o consumen drogas, poseen más probabilidades de infectarse con el bacilo de la tuberculosis y desarrollar la enfermedad.

La prevención de las formas más graves de la tuberculosis, se pueden realizar a través de la vacuna BCG en la infancia. Además, se recomienda evitar sitios cerrados, mal ventilados y con poca o ninguna exposición solar, pero es fundamental mantenerse alejado de las personas diagnosticadas con tuberculosis. 

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento para la tuberculosis debe ser orientado por un neumólogo o médico general, por lo que si la persona sospecha que presenta esta enfermedad, debe acudir al hospital o al puesto de salud de inmediato. El tratamiento consiste en el uso de medicamentos del tipo tuberculostáticos, durante 6 meses seguidos o de acuerdo con las indicaciones del médico. Por lo general, el esquema de tratamiento indicado para la tuberculosis, es la combinación de Rifampicina, Isoniazida, Pirazinamida y Etambutol.

Los primeros 15 días de tratamiento la persona debe estar aislada, ya que aún puede transmitir el bacilo de la tuberculosis a otras personas. Después de este período, puede volver a su rutina normal y continuar usando los medicamentos.

¿La tuberculosis tiene cura?

La tuberculosis tiene cura, cuando el tratamiento se realiza de manera apropiada de acuerdo con las indicaciones del médico. El tiempo de tratamiento es alrededor de 6 meses consecutivos, lo que indica que aunque los síntomas desaparezcan en 1 semana, la persona debe continuar tomando los medicamentos hasta completar los 6 seis meses.

En situaciones en las que no se cumplen las indicaciones, puede ser que el bacilo de la tuberculosis permanezca aún en el organismo y la enfermedad no esté curada, además, puede haber resistencia bacteriana haciendo el tratamiento más difícil.