Rubéola: síntomas y tratamiento

Actualizado en julio 2022

La rubéola es una enfermedad infecciosa causada por el virus del género Rubivirus, que es fácilmente transmitido de persona a persona a través de pequeñas gotas de saliva, las cuales se diseminan en el ambiente cuando una persona infectada con la enfermedad estornuda, tose o habla, por ejemplo.

Los síntomas de la rubéola suelen aparecer hasta 21 días después del contacto con el virus, siendo posible observar el surgimiento de pequeñas manchas rojas en la piel diseminadas por todo el cuerpo, además de comezón y fiebre baja.

No existe tratamiento específico para la rubéola, por lo que el tratamiento tiene como objetivo promover el alivio de los síntomas, ya que tampoco presenta complicaciones graves. Sin embargo, la infección por rubéola durante el embarazo puede ser grave, por lo que en caso de que la mujer nunca se haya contagiado o recibido la vacuna contra esta enfermedad, debe vacunarse antes de embarazarse.

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Síntomas de la rubéola

Los síntomas de la rubéola suelen surgir de 12 a 21 días después del contacto con el virus, siendo los principales:

  • Pequeñas manchas rojas en la piel, que surgen en el rostro y detrás de las orejas que se diseminan a todo el cuerpo;
  • Fiebre baja, hasta 38ºC;
  • Dolor de cabeza;
  • Pérdida del apetito;
  • Conjuntivitis leve;
  • Dolor en las articulaciones;
  • Nariz tapada o secreción nasal;
  • Ganglios inflamados, especialmente en el cuello y detrás de las orejas.

La rubéola puede afectar a niños y adultos, y aunque puede ser considerada una enfermedad propia de la infancia, no es común que los niños menores de 4 años tengan la enfermedad. 

Cómo se realiza el diagnóstico

El diagnóstico inicial de la rubéola es realizado por el médico a traves de la evaluación de los signos y síntomas presentados por la persona, además de indicar la realización de un examen de sangre para evaluar la presencia de anticuerpos IgG e IgM contra la rubéola.

Generalmente, cuando se tiene anticuerpos del tipo IgM significa que tiene la infección, mientras que la presencia de los anticuerpos de tipo IgG son más comunes en aquellos que ya tuvieron la enfermedad en el pasado o en quienes están vacunados.

Causas de la rubéola

La rubéola es una enfermedad causada por el virus del género Rubivirus que puede ser contagiado a través de la inhalación de pequeñas gotas de saliva que contienen el virus o por medio del contacto directo con otra persona infectada, siendo más común en la infancia.

Además, la rubéola en el niño puede ser consecuencia de la infección de la madre durante la gestación, de modo que el virus puede atravesar la barrera placentaria e infectar al feto, produciendo alteraciones de acuerdo a la edad gestacional.

¿La rubéola en el embarazo es grave?

Aunque la rubéola sea una enfermedad relativamente común y sin grandes complicaciones en la infancia, cuando se produce en la gestación puede provocar malformaciones en el bebé, especialmente si la embarazada ha tenido contacto con el virus en los primeros 3 meses.

Algunas de las complicaciones más comunes que pueden surgir por la rubéola en el embarazo incluyen autismo, sordera, ceguera o microcefalia, por ejemplo. Vea otras complicaciones de la rubéola en el embarazo.

Por ello, lo que más se recomienda es que todas las mujeres se vacunen durante la infancia o, por lo menos, 1 mes antes de embarazarse, para protegerse contra el virus.

Rubéola congénita

El síndrome de rubéola congénita se produce en bebés cuya madre haya tenido contacto con el virus de la rubéola durante la gestación y que no fue tratada. El contacto del bebé con el virus de la rubéola puede llevar a varias consecuencias, principalmente las relacionadas con su desarrollo, ya que este virus es capaz de causar calcificaciones en algunas zonas del cerebro, además de sordera y problemas de la vista, por ejemplo.

Es importante que el bebé con rubéola congénita reciba tratamiento clínico, cirugía y rehabilitación durante la infancia para mejorar la calidad de vida. Además, como la enfermedad se contagia de persona a persona por medio de secreciones respiratorias y de la orina hasta durante 1 año, está indicado que se mantenga distanciado de otros niños que no hayan sido vacunados y acuda al jardín de infancia a partir del primer año de vida o cuando los médicos indiquen que no hay riesgo de contagio de la enfermedad.

Cómo se realiza el tratamiento

Como la rubéola es una enfermedad que normalmente no tiene implicaciones graves, su tratamiento consiste en aliviar los síntomas, por lo que se recomienda tomar medicamentos analgésicos y que controlen la fiebre, como paracetamol y dipirona, prescritos por el médico. Además, es importante que la persona se mantenga en reposo y beba bastantes líquidos para evitar la deshidratación y facilitar la eliminación del virus del organismo.

Además de los medicamentos, algunos cuidados que también pueden ayudar a aliviar el malestar durante el tratamiento, son:

  • Beber por lo menos 2 litros de agua al día;
  • Permanecer en reposo, evitando acudir al trabajo o lugares públicos;
  • Utilizar un humidificador en la habitación para facilitar la respiración, o colocar un recipiente con agua tibia en el cuarto;

Algunas personas también pueden presentar malestar y mucho enrojecimiento en los ojos. En estos casos, se debe evitar la exposición a la luz directa del sol, así como permanecer mucho tiempo frente a la televisión, además de aplicar compresas frías sobre los ojos.

Vacuna contra la rubéola

La vacuna para la rubéola, también llamada triple viral, protege contra el sarampión, paperas y rubéola, y está indicada después del primer año de vida con un refuerzo entre los 15 y 24 meses, sirviendo para prevenir la enfermedad. Vea más sobre la vacuna triple viral.

Aquellas mujeres que deseen embarazarse deben pedir al médico realizar un test para evaluar la inmunidad contra la rubéola, y en caso de no ser inmunes, deben aplicarse la vacuna, recordando que es necesario esperar al menos 1 mes después de la aplicación para poder embarazarse, y que esta vacuna está contraindicada durante la gestación. 

Diferencias entre sarampión y rubéola

Generalmente, la rubéola es una enfermedad que es considerada más leve en comparación con el sarampión, produciendo una erupción en la piel de forma generalizada y múltiples ganglios inflamados. Asimismo, la mayoría de las mujeres pueden presentar artritis o artralgias, situación que no ocurre con el virus del sarampión. 

Al menos del 25 al 50% de las infecciones por rubéola cursan de forma asintomática, no siendo así en el sarampión. Además, la rubéola es una enfermedad que raramente causa problemas graves, mientras que algunos casos de sarampión pueden tener un mal pronóstico, en especial en bebés y niños pequeños y en personas desnutridas o con compromiso inmunitario. 

Por otra parte, en el sarampión suele aparecer un signo denominado manchas de Koplik, que son lesiones características que aparecen en la boca 2 o 3 días después de la fiebre inicial. Asimismo, el sarampión es considerado una enfermedad más contagiosa por vía aérea, siendo que este virus puede sobrevivir hasta dos horas en un espacio aéreo donde una persona contagiada tosió o estornudó, por lo que cualquier persona que ingrese a ese lugar podría contagiarse. Vea cuáles son los síntomas del sarampión y cómo confirmar el diagnóstico

En el caso de la rubéola, las mujeres embarazadas que contraigan esta enfermedad pueden contagiar a su bebé a través de la placenta y causar un daño fetal severo, denominado Síndrome de Rubéola Congénita (SRC), situación que no suele ocurrir con mujeres embarazadas que están contagiadas con sarampión.