Viruela del mono: síntomas, cómo empieza, contagio y tratamiento

La mpox, también conocida anteriormente como viruela del mono o monkeypox, es una enfermedad viral rara causada por el virus mpox, del género Orthopoxvirus. Esta infección puede provocar síntomas como fiebre, escalofríos, dolor muscular, cansancio excesivo y la aparición de ampollas o llagas en la piel, que pueden causar picazón o dolor.

La transmisión del virus ocurre principalmente por contacto directo con las lesiones, fluidos corporales o materiales contaminados, como ropa o sábanas. También puede transmitirse durante el contacto íntimo o sexual, o por secreciones respiratorias en casos de contacto muy cercano y prolongado.

Ante la presencia de signos y síntomas compatibles con la mpox, es importante acudir al hospital para confirmar el diagnóstico, prevenir la transmisión a otras personas y comenzar el tratamiento adecuado, que normalmente consiste en medidas de apoyo y, en algunos casos, el uso de medicamentos antivirales.

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Virus de la viruela

Principales síntomas

Los primeros síntomas de la mpox suelen incluir:

  • Ampollas y heridas en la piel, que pican o duelen;
  • Fiebre;
  • Escalofríos;
  • Dolor de cabeza;
  • Dolor muscular;
  • Cansancio excesivo;
  • Dolor de espalda.

Estos síntomas pueden aparecer entre 5 y 21 días después del contacto con el virus y durar de 2 a 4 semanas. En los brotes recientes, las lesiones suelen concentrarse en la zona genital, anal y perioral, aunque también pueden aparecer en la cara, la mucosa oral y otras partes del cuerpo. En algunos casos, las lesiones pueden presentarse sin fiebre u otros síntomas generales.

En raras ocasiones, la infección puede evolucionar a un cuadro más grave, especialmente en personas con el sistema inmunológico debilitado. En estos casos, puede haber afectación pulmonar o inflamación cerebral (encefalitis).

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¿Cómo empieza la viruela del mono?

La mpox (antes conocida como viruela del mono) suele comenzar con un malestar general leve, que puede incluir fiebre baja o cansancio, seguido pocos días después por la aparición de lesiones características en la piel.

En muchos casos recientes, las primeras lesiones se observan directamente en la zona genital, anal o perioral, sin que haya síntomas previos evidentes. El periodo de incubación suele variar entre 5 y 21 días, siendo más común de 7 a 10 días.

¿Cuánto dura la viruela del mono?

La mpox suele durar entre 2 y 4 semanas desde el inicio de los síntomas hasta la completa cicatrización de las lesiones. En la mayoría de los casos, la enfermedad se resuelve sin complicaciones y el periodo de contagio termina cuando todas las costras se han caído y aparece piel nueva.

El tiempo total puede variar según el estado del sistema inmunológico: en personas sanas, la recuperación suele ser más rápida, mientras que en personas inmunodeprimidas o con VIH avanzado la enfermedad puede prolongarse y requerir seguimiento médico más estrecho.

Cómo se contagia la viruela del mono

La mpox se transmite principalmente a través del contacto directo con las lesiones de la piel, fluidos corporales o materiales contaminados. También puede transmitirse durante el contacto íntimo o sexual, ya que las lesiones pueden encontrarse en el área genital o anal. Aunque es posible el contagio por secreciones respiratorias, esta vía requiere contacto cercano y prolongado, y no es la forma más común de transmisión.

El contagio puede ocurrir desde el inicio de los síntomas hasta que todas las lesiones cicatricen y se forme nueva piel. También se ha descrito la transmisión de madre a hijo durante el embarazo o el parto.

¿Es posible contraer la viruela del mono de los animales?

Sí. La mpox puede transmitirse de animales a personas, especialmente a través del contacto con roedores o primates infectados, mordeduras, arañazos o el consumo de carne poco cocida de animales infectados. Por esta razón, se recomienda evitar el contacto con animales silvestres y asegurarse de cocinar bien la carne.

Cepas del virus de la viruela del mono

La OMS reconoce actualmente dos clados principales del virus mpox:

  • Clado I (cuenca del Congo): más virulento, con tasas de mortalidad más elevadas.
  • Clado II (África Occidental): menos virulento, incluye los subclados IIa y IIb. Este último es el responsable de la mayoría de los brotes recientes a nivel mundial.

No se ha identificado una “cepa mutante” nueva, aunque sí se han detectado variantes dentro del clado IIb con comportamientos epidemiológicos ligeramente distintos. Los casos graves recientes se observan principalmente en personas inmunocomprometidas, especialmente aquellas con VIH avanzado.

Cómo se realiza el diagnóstico

El diagnóstico de la mpox es realizado por un médico general o infectólogo, que evalúa los síntomas y antecedentes de contacto. Para confirmar la enfermedad, se analiza una muestra del contenido de las lesiones mediante la prueba PCR, con el objetivo de identificar el virus. También pueden analizarse muestras de garganta en personas sin lesiones visibles.

Un caso se considera sospechoso cuando hay síntomas compatibles y antecedente de contacto con un caso confirmado, hasta que la PCR confirme o descarte la infección.

Diferencias entre la viruela del mono y otros problemas de piel

Algunas enfermedades pueden causar lesiones parecidas a las de la mpox. La siguiente tabla ayuda a diferenciarlas:

Enfermedad Características Color del líquido Región afectada
Mpox (viruela del mono) Bolitas rojas que aumentan de tamaño, se llenan de líquido, causan picazón y luego forman una costra Blanquecino, parecido al pus Cara, boca, región genital, anal y extremidades
Herpes zóster Ampollas rojas de diferentes tamaños que pican Transparente Tórax y abdomen, en un solo lado del cuerpo
Alergia en la piel Pequeñas bolitas blancas o enrojecidas que pican Transparente o sin líquido En cualquier parte del cuerpo
Sífilis Heridas pequeñas o bolitas que no pican Transparente Genitales, ano y boca
Varicela Ampollas con líquido que pican y se vuelven costras Transparente, volviéndose más oscuro Pecho, espalda y rostro
Impétigo Lesiones similares a espinillas que forman costra Blanquecino Nariz, boca, piernas y abdomen
Molusco contagioso Bolitas pequeñas aisladas o en grupo Sin líquido En cualquier parte del cuerpo, excepto palmas y plantas

Debido a la similitud con infecciones de transmisión sexual como sífilis o herpes genital, el médico puede solicitar pruebas adicionales para confirmar el diagnóstico.

Viruela del mono en niños

La mpox en niños suele presentarse de forma leve, aunque los menores de 8 años tienen un mayor riesgo de desarrollar complicaciones si están inmunocomprometidos o presentan desnutrición. Los síntomas son similares a los de los adultos, pero la fiebre y la erupción cutánea generalizada son más frecuentes.

La transmisión infantil suele producirse por contacto directo con un familiar infectado o con objetos contaminados. Los casos congénitos o en recién nacidos son raros, pero pueden ocurrir cuando la madre contrae la infección durante el embarazo o el parto.

En los cuadros graves, puede haber deshidratación, infecciones bacterianas secundarias o afectación pulmonar, por lo que los niños con síntomas deben ser evaluados en un centro médico. El tratamiento es principalmente de apoyo, aunque en casos moderados o graves puede indicarse el antiviral tecovirimat bajo supervisión médica.

Cómo se realiza el tratamiento

La mpox no tiene un tratamiento específico en la mayoría de los casos, ya que los síntomas suelen desaparecer por sí solos en unas semanas. Sin embargo, se recomienda mantener aislamiento hasta la curación total de las lesiones para evitar contagios.

En casos moderados o graves, o en personas inmunodeprimidas, el médico puede indicar antivirales como tecovirimat, que ha mostrado eficacia y buena tolerancia en personas con VIH. El uso de brincidofovir es actualmente limitado, ya que no ha demostrado beneficios significativos. Además, se pueden utilizar medicamentos para aliviar los síntomas, como analgésicos y antipiréticos.

Consecuencias de la viruela del mono

Las complicaciones son poco frecuentes, pero pueden incluir infección de la córnea con pérdida de visión, bronconeumonía, encefalitis, confusión, cicatrices permanentes o lesiones en la piel. También se han descrito casos de miocarditis y meningitis aséptica tras la infección.

¿La viruela del mono es mortal?

La mpox suele resolverse sin tratamiento y rara vez es mortal. Según la OMS, el clado actualmente circulante (IIb) presenta una tasa de letalidad inferior al 1%, aunque en personas con VIH avanzado o inmunosupresión severa puede ser mayor. En regiones con circulación del clado I, la mortalidad puede alcanzar hasta un 10%.

¿La viruela del mono tiene cura?

Sí. En la mayoría de los casos, el organismo elimina el virus por sí solo entre 2 y 4 semanas después del inicio de los síntomas. En personas con el sistema inmune debilitado, el tratamiento con antivirales puede ayudar a acelerar la recuperación y prevenir complicaciones.

Cómo prevenirla

Para reducir el riesgo de contagio se recomienda:

  • Evitar el contacto cercano con personas diagnosticadas con mpox o con lesiones sospechosas;
  • No tocar las lesiones, ropa o utensilios personales de personas infectadas;
  • Lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón o usar desinfectante con alcohol;
  • Evitar el contacto íntimo o sexual hasta la curación completa de las lesiones;
  • Usar mascarilla en entornos de riesgo o atención médica.

También es importante evitar el contacto con animales silvestres y consumir carne bien cocida.

Vacuna contra la viruela del mono

La prevención también puede realizarse mediante la vacunación. Actualmente, la vacuna más utilizada es MVA-BN (comercializada como Jynneos, Imvanex o Imvamune), aplicada en dos dosis con cuatro semanas de intervalo. Esta vacuna puede administrarse hasta 4 días después del contacto con una persona infectada para prevenir la infección, o hasta 14 días para reducir la gravedad de los síntomas.

Otra vacuna, ACAM2000, puede usarse en casos específicos, pero está contraindicada en personas inmunodeprimidas, con dermatitis atópica, eczema, enfermedades cardíacas o durante el embarazo.

La OMS no recomienda la vacunación masiva, sino dirigida a grupos con mayor riesgo de exposición, como trabajadores de la salud, personal de laboratorio y contactos estrechos de casos confirmados.