Parto prematuro: síntomas y qué puede causarlo

Actualizado en noviembre 2023

El parto prematuro es cuando el bebé nace antes de las 37 semanas de gestación, lo que puede ocurrir debido a una infección uterina, rotura prematura del saco amniótico, desprendimiento de la placenta o enfermedades relacionadas con la mujer, como anemia o preeclampsia, por ejemplo. 

El parto prematuro puede identificarse a través de síntomas como contracciones uterinas frecuentes y regulares, aumento de la cantidad de flujo vaginal y presión o dolor en la región pélvica, siendo importante que la mujer acuda al hospital lo antes posible para evitar riesgos en el bebé.

Por ello, en el caso de inicio de trabajo de parto prematuro, el médico puede optar por administrar tratamiento para evitar las contracciones uterinas y la dilatación del cuello uterino. Sin embargo, no en todos los casos es posible detener la progresión del parto, por lo que en caso de que el niño nazca antes de la semana 37 de gestación, es posible que permanezca en la UCI para recibir atención y monitorear su desarrollo.

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Signos y síntomas del parto prematuro

La mujer puede sospechar que está comenzando un trabajo de parto prematuro cuando presenta algunos de los siguientes signos y síntomas:

  • Contracciones uterinas;
  • Presión en el vientre;
  • Aumento de las ganas de orinar;
  • Aumento de la cantidad de flujo vaginal, que se torna gelatinoso y puede o no contener vestigios de sangre;
  • Dolor en la parte baja de la espalda;
  • Diarrea, en ciertos casos;
  • Cólicos intensos. 

De esta forma, si la mujer presenta estos síntomas antes de la semana 37 de gestación, es importante que se comunique con su obstetra y acuda al hospital para que sea evaluada y puedan tomarse las medidas necesarias. 

Para certificar si existe riesgo de parto prematuro y decidir qué hacer en este caso, el médico podrá evaluar la medida del cuello uterino mediante una ecografía transvaginal y la presencia de fibronectina fetal en el flujo vaginal. Conozca más sobre cómo se realiza la ecografía transvaginal.

La medida por encima de 30 mm en el cuello uterino indica un mayor riesgo de parto prematuro dentro de 7 días, y a las mujeres que presentan dicho valor se les debe evaluar la presencia de fibronectina. Si la mujer tiene medidas entre 16 y 30 mm y la fibronectina fetal es negativa, posee bajo riesgo de parto; mientras que si la fibronectina fetal es positiva, existe riesgo de parto en 48 horas. 

Principales causas

Las principales causas que pueden provocar un trabajo de parto prematuro incluyen:

  • Rotura prematura del saco amniótico;
  • Debilitamiento del cuello uterino;
  • Infección por la bacteria Streptococcus agalactiae (estreptococo del grupo B);
  • Desprendimiento de la placenta;
  • Preeclampsia;
  • Anemia;
  • Enfermedades como tuberculosis, sífilis e infección renal;
  • Embarazo múltiple;
  • Realización de fertilización in vitro;
  • Malformación fetal;
  • Esfuerzo físico intenso;
  • Uso de drogas ilícitas y bebidas alcohólicas;
  • Presencia de mioma en el útero

Existen mayores probabilidades de que el parto prematuro ocurra en mujeres mayores de 35 años de edad o menores de 16 años, en embarazo gemelar, si la mujer ya tuvo otro parto prematuro o cuando pierde sangre por la vagina en el tercer trimestre de embarazo.

Asimismo, las mujeres con antecedentes de vaginosis también poseen un mayor riesgo de tener un parto prematuro, esto porque ciertas bacterias pueden segregar toxinas y promover la liberación de citocinas y prostaglandinas que favorecen el trabajo de parto.

Algunos alimentos y plantas medicinales también pueden promover la contracción uterina y estimular el trabajo de parto prematuro, razón por la cual están contraindicados durante el embarazo. Conozca qué tés puede consumir la gestante

Posibles complicaciones

Las complicaciones del parto prematuro están relacionadas con la edad gestacional del bebé al nacer, pudiendo incluir las siguientes:

  • Parto prematuro entre la semana 23 y 25: discapacidades graves, como parálisis cerebral, ceguera o sordera;
  • Parto prematuro entre la semana 26 y 27: discapacidades moderadas, como dificultad visual, falta de control motor, asma crónica y dificultad para el aprendizaje;
  • Parto prematuro entre la semana 29 y 31: algunos pueden presentar formas leves de parálisis cerebral y problemas visuales;
  • Parto prematuro entre la semana 34 y 36: los bebés prematuros se desarrollan de forma semejante a los que nacen dentro de la fecha prevista, pero tienen mayores probabilidades de presentar problemas de desarrollo y aprendizaje.

Generalmente, los bebés de parto prematuro son colocados en una incubadora debido a que no son capaces de mantener la temperatura del cuerpo. De esta forma, este dispositivo mantiene una temperatura y una humedad semejantes al útero, permitiendo su desarrollo. 

Los bebés con menos de 34 semanas de gestación pueden estar conectados a un dispositivo para respirar, pues antes de las 34 semanas presentan falta de tensoactivos, una sustancia que facilita la entrada de aire en los pulmones, razón por la cual pueden surgir signos como color azulado de las uñas, de las yemas de los dedos y de los labios y aleteo de la nariz. 

Asimismo, los bebés prematuros tienen mayor riesgo de retinopatía, trastorno que disminuye la capacidad visual, por lo que todos estos necesitan usar una venda en los ojos mientras estén en la UCI neonatal. El bebé solo es mandado a casa cuando alcanza 2 kg y cuando sus órganos ya se encuentran más desarrollados, con el objetivo de que logre tragar sin sonda y respirar sin la ayuda de dispositivos. 

Cómo evitar el parto prematuro

Para evitar el parto prematuro, lo que la mujer embarazada puede hacer durante toda la gestación es evitar el exceso de actividad física y seguir todas las orientaciones del obstetra durante las consultas prenatales. 

No obstante, si el parto comienza antes del momento esperado, el obstetra podrá indicar el uso de medicamentos como los corticosteroides o los antagonistas de la oxitocina, que pueden emplearse entre la semana 25 y la 37 de gestación. Estas técnicas para evitar el parto prematuro deben ser realizadas bajo hospitalización y aplicadas de acuerdo con los beneficios para la madre y el bebé.