La fecundación in vitro, es una técnica de reproducción asistida que consiste en la fecundación del óvulo por el espermatozoide en un laboratorio, que después será implantado dentro del útero, siendo todos estos procedimientos realizados en un clínica de fertilidad, sin que haya una relación sexual de por medio.
Esta es una de las técnicas de reproducción asistida más utilizadas actualmente y puede realizarse en clínicas y hospitales particulares e incluso en el servicio de salud pública dependiendo del país de residencia.
La fecundación in vitro está indicada en parejas que no logran un embarazo de forma espontánea en 1 año de intentos sin uso de métodos anticonceptivos, siendo importante que antes de su realización se hagan exámenes para identificar la causa de la infertilidad.
Indicaciones de la fecundación in vitro
De forma general, la fecundación in vitro está indicada cuando las mujeres presentan alteraciones ginecológicas que interfieren en la ovulación o en el desplazamiento del los óvulos en las trompas de Falopio. De esta forma, las principales indicaciones de la fecundación in vitro son:
- Lesión tubaria irreversible;
- Adherencias pélvicas severas;
- Salpingectomía bilateral;
- Secuelas de enfermedad inflamatoria pélvica;
- Endometriosis moderada a grave.
La fecundación in vitro también puede indicarse en mujeres que no han logrado un embarazo después de 2 años de la salpingoplastia o que la obstrucción tubaria permanezca después de la cirugía. Además, la fecundación in vitro puede recomendarse cuando el hombre tiene alteraciones en la producción de espermatozoides o se ha hecho una vasectomía.
Antes de que se realice la fecundación in vitro, el médico indicará la realización de exámenes para evaluar la causa de la infertilidad de la pareja. En algunos casos puede indicarse tratamiento para evaluar si después de este, es posible lograr un embarazo natural. En caso contrario, se realiza la fecundación in vitro.
Cómo se realiza la fecundación in vitro
La fecundación in vitro se realiza en una clínica de reproducción asistida, la cual se hace por etapas:
- Etapa I: estimulación de los ovarios para que haya producción de cantidades suficientes de óvulos a través del uso de medicamentos. Los óvulos producidos son recolectados a través de la aspiración transvaginal con ultrasonido y enviados al laboratorio;
- Etapa II: evaluación de los óvulos de acuerdo a su viabilidad y probabilidad de fecundación. De esta forma, después de la selección de los mejores óvulos, el semen es preparado, siendo seleccionados los espermatozoides con la mejor calidad, es decir, aquellos con motilidad, vitalidad y morfología adecuadas, ya que son estos los que logran fecundar más fácilmente al óvulo;
- Etapa III: en esta etapa se introducen los espermatozoides escogidos en el mismo vidrio en que están los óvulos y, a continuación, se realiza la observación de la fertilización de los óvulos durante el cultivo embrionario para que después se haga la implantación de uno o más embriones en el útero de la mujer, debiendo hacerse por el ginecólogo en la clínica de reproducción asistida;
Para confirmar el éxito del tratamiento, después de 14 días de la fecundación in vitro, se realiza un ultrasonido transvaginal para evaluar la salud de la mujer y del embrión.
Posibles riesgos
Uno de los riesgos comunes de la fecundación in vitro es el embarazo gemelar debido a la presencia de varios embriones dentro del útero de la mujer. Además, existe también un riesgo aumentado de aborto espontáneo, por lo que la gestación debe estar siempre acompañada por el obstetra y el médico especialista en reproducción asistida.
Asimismo, algunos bebés que nacen por técnicas de fertilización in vitro tienen mayor riesgo de presentar alteraciones como problemas cardíacos, labio leporino, alteración en el esófago y malformación en el recto, por ejemplo.
