La neoplasia es el crecimiento anormal de células en el cuerpo que forman un tumor, el cual es provocado por mutaciones en el ADN. Estos cambios pueden deberse a predisposición genética o a factores como obesidad, consumo de alcohol y tabaquismo.
Los síntomas varían según el tipo y la localización del tumor, e incluyen cansancio, pérdida o aumento de peso inexplicables, y bultos o áreas endurecidas bajo la piel.
Estos tumores pueden ser benignos o malignos y su tratamiento depende del tipo de neoplasia, su localización, tamaño y grado de propagación, e incluye cirugía para extirpación, quimioterapia y/o radioterapia, según lo indique el médico.
Principales síntomas
Los principales síntomas de la neoplasia pueden incluir:
- Cansancio;
- Pérdida o aumento de peso sin explicación;
- Bultos o áreas endurecidas bajo la piel;
- Fiebre o sudoración nocturna sin causa aparente;
- Falta de apetito;
- Dolores musculares o articulares;
- Escalofríos.
Los síntomas varían según la localización del tumor y pueden afectar el funcionamiento del órgano afectado o comprimir estructuras cercanas.
Lea también: 12 signos y síntomas de alarma de cáncer tuasaude.com/es/sintomas-de-cancer¿La neoplasia es cáncer?
La neoplasia no siempre es cáncer, ya que este término se refiere al crecimiento anormal de células que forman un tumor, y puede ser benigna o maligna.
Cuando la neoplasia es maligna, se considera cáncer, porque sus células crecen de forma descontrolada, invaden tejidos cercanos y pueden propagarse a otras partes del cuerpo.
Tipos de neoplasia
Los tipos de neoplasia son:
1. Neoplasia maligna
La neoplasia maligna, también conocida como cáncer, se caracteriza por el crecimiento y la multiplicación descontrolados de células, que pueden invadir los tejidos cercanos y propagarse a otras partes del cuerpo, en un proceso llamado metástasis. Conozca qué es y cómo se produce la metástasis.
Este tipo de neoplasia tiende a crecer de forma agresiva y rápida, y puede reaparecer incluso después del tratamiento.
Algunos ejemplos de neoplasias malignas incluyen carcinoma, sarcoma, leucemia y linfoma.
Lea también: Neoplasia maligna: qué es, diagnóstico y tratamiento tuasaude.com/es/neoplasia-maligna2. Neoplasia benigna
La neoplasia benigna, también llamada tumor no canceroso, es un crecimiento anormal de células que no invade otros tejidos ni se propaga a otras partes del cuerpo, y generalmente crece de forma lenta.
Este tipo de neoplasia rara vez representa un riesgo para la vida y suele ser reversible si se elimina el estímulo que la provocó.
Algunos ejemplos de neoplasias benignas incluyen mioma, lipoma, meningioma, pólipo, quiste y adenoma.
Posibles causas
Los factores que pueden favorecer el desarrollo de la neoplasia incluyen:
- Predisposición genética;
- Exposición excesiva a los rayos ultravioleta del sol;
- Consumo de bebidas alcohólicas;
- Tabaquismo;
- Obesidad;
- Mala alimentación;
- Infecciones por virus, como VPH o VIH.
Además, otros factores como la edad avanzada, la baja inmunidad y enfermedades crónicas, como la colitis ulcerosa, también pueden aumentar el riesgo de desarrollar neoplasia.
Como confirmar o diagnóstico
El diagnóstico de la neoplasia generalmente involucra a varios especialistas y puede comenzar con el médico general, quien evalúa los síntomas, los antecedentes familiares y realiza un examen físico.
Para confirmar el diagnóstico, el médico puede solicitar estudios de imagen, como tomografía computarizada, resonancia magnética o radiografía, que ayudan a localizar el tumor.
Además, se pueden utilizar biopsias y análisis de sangre para complementar la evaluación, incluyendo hemograma completo y marcadores tumorales como CA-125, PSA y MCA. Conozca otros análisis de sangre que detectan el cáncer.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la neoplasia varía según el tipo, la localización, el estadio de la enfermedad y la condición de salud de la persona, e incluye:
- Cirugía: para extirpar neoplasias benignas que causan molestias, cambios estéticos o compresión de órganos. También se recomienda en neoplasias malignas cuando el tumor es pequeño y no se ha propagado.
- Quimioterapia: uso de medicamentos para destruir las células de la neoplasia maligna.
- Radioterapia: aplicación de radiación para destruir o reducir el cáncer.
- Inmunoterapia: estimula el sistema inmunológico para combatir las células cancerígenas.
- Terapia hormonal: bloquea la acción de hormonas que favorecen el crecimiento de ciertos tipos de cáncer, como el de mama o próstata.
- Terapia dirigida: utiliza medicamentos que ayudan al sistema inmunológico a identificar y atacar específicamente las células malignas.
- Trasplante de médula ósea: reemplaza la médula comprometida por una sana, generalmente en leucemias y linfomas.
Además, en las fases avanzadas de la enfermedad se pueden aplicar cuidados paliativos para mejorar la calidad de vida y aliviar síntomas y efectos secundarios.
¿La neoplasia tiene cura?
La neoplasia puede curarse, aunque esto depende del tipo de tumor y de sus características.
En los tumores benignos, que no se diseminan a otras partes del cuerpo, la mayoría de los casos se curan y no representan un riesgo para la vida.
En las neoplasias malignas, factores como la localización del tumor, su estadio y la condición general de la persona determinan las posibilidades de controlar la enfermedad o de lograr la recuperación.
Cómo prevenir
Algunas formas de prevenir la neoplasia son:
- Evitar el tabaquismo: reduce el riesgo de neoplasia de pulmón y de otros tipos relacionados con el cigarro;
- Reducir el consumo de alcohol: disminuye el riesgo de neoplasia de esófago, hígado y otras regiones del tracto digestivo;
- Adoptar una alimentación saludable: priorizar frutas, vegetales, granos integrales, castañas y nueces, y evitar el consumo excesivo de carne roja, alimentos ultraprocesados y frituras;
- Proteger la piel del sol: usar protector solar de forma regular y evitar la exposición directa durante largos periodos;
- Practicar actividad física regularmente: ayuda a mantener un peso adecuado y fortalece el sistema inmunológico.
También es importante realizar estudios de rutina para la detección temprana de la neoplasia, siguiendo las indicaciones médicas, como mamografía, tacto rectal o colonoscopia, según corresponda.
Lea también: 9 beneficios de una alimentación saludable (y cómo hacerla) tuasaude.com/es/alimentacion-saludable