Neoplasia maligna: qué es, diagnóstico y tratamiento

Actualizado en marzo 2023

La neoplasia maligna, también llamada cáncer o tumor maligno, se caracteriza por la proliferación descontrolada y anormal de células debido a alteraciones en el ADN o a hábitos de vida, pudiendo estas células diseminarse por el cuerpo y comprometer al organismo de manera general. 

Los síntomas de una neoplasia maligna varían de acuerdo al tipo de tumor, localización y células involucradas, siendo de manera general la pérdida de peso, sudoración nocturna y fiebre algunos de los síntomas más comunes. El diagnóstico precoz de una neoplasia maligna y el inicio rápido del tratamiento podría curar la enfermedad, mejorando la calidad de vida de la persona. 

Por ello, en caso de presentar antecedentes familiares o personales de neoplasias malignas y/o síntomas que sugieran la presencia de estos, es importante  acudir con un oncólogo para que realice una exploración física, solicite exámenes de laboratorio e imagen para confirmar o descartar el diagnóstico de una neoplasia maligna, además de indicar el tratamiento adecuado de acuerdo al estadio y gravedad.

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Síntomas de neoplasia maligna

La identificación del cáncer puede ocurrir por medio de la observación de ciertos síntomas, como por ejemplo:

  • Pérdida de peso sin causa aparente;
  • Tos persistente;
  • Fiebre;
  • Dolor al orinar u orina oscura;
  • Cansancio intenso;
  • Surgimiento de nódulos, en especial en la mama, por ejemplo;
  • Aparición de manchas en la piel. 

Los síntomas de una neoplasia maligna pueden variar de acuerdo con el tipo de localización del cáncer; sin embargo, al estar ante la presencia de cualquier síntomas que sugiera cáncer, es importante acudir al médico general para que sea realizado el diagnóstico. Conozca otros síntomas de la neoplasia maligna

Principales causas

La neoplasia maligna ocurre debido a la proliferación descontrolada y anormal de células malignas, que puede ocurrir gracias a alteraciones del ADN en función de la genética o hábitos, como el tabaquismo, la alimentación pobre en nutrientes y rica en grasas, el consumo de bebidas alcohólicas, las infecciones virales y la exposición a sustancias tóxicas o radiación, por ejemplo. 

Las células malignas se multiplican rápidamente y pueden diseminarse hacia otros órganos y tejidos, puesto que estas células poseen comportamiento autónomo, caracterizando la metástasis; lo que torna el tratamiento y la cura más complicados. 

¿Neoplasia maligna y cáncer?

Cáncer y neoplasia maligna se tratan de lo mismo, es decir, cuando en el examen se indica que hay neoplasia maligna o que fue observada la presencia de células malignas, significa que a la persona le han diagnosticado cáncer. 

En estos casos, es de extrema importancia que sean realizados los exámenes para confirmar el diagnóstico y que sea iniciado el tratamiento lo más rápido posible para evitar la metástasis y aumentar las probabilidades de cura de la persona. 

Cómo se diagnostica

El diagnóstico es realizado por el oncólogo basándose en los signos y síntomas presentados por el paciente, además de exámenes de imagen como la resonancia magnética o la tomografía, por ejemplo, pueden ser solicitados con el objetivo de identificar la localización del tumor. 

Los exámenes de laboratorio que pueden ser indicados son un hemograma completo y exámenes bioquímicos, además de los niveles de marcadores tumorales, que son sustancias producidas por las células o por el propio tumor, indicando la presencia de una neoplasia maligna.

Asimismo, el médico puede solicitar la realización de un examen histopatológico a través de una biopsia de la neoplasia, el cual tiene como objetivo confirmar la malignidad de las células. Conozca cuáles son los exámenes que identifican el cáncer

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento para la neoplasia maligna es realizado con el objetivo de disminuir la tasa de proliferación de las células malignas, evitar la metástasis y mejorar la calidad de vida de la persona. Normalmente, el médico indica la realización de cirugía, radioterapia o quimioterapia de acuerdo con el tipo de neoplasia y sus características. 

La cirugía puede ser indicada en los casos donde la metástasis aún no haya ocurrido y donde el tumor o parte de él pueda ser removido. No obstante, en ciertos casos, la cirugía puede no ser indicada debido a su localización y a la irrigación sanguínea de la zona, siendo recomendada por el médico la realización de otros tratamientos. Normalmente, después de la realización de la cirugía, se recomienda la quimioterapia o la radioterapia con el objetivo de eliminar cualquier célula maligna que no haya sido removida. 

La quimioterapia es el tratamiento más recomendado en caso de cáncer, la cual es realizada mediante medicamentos específicos que actúan contra el tumor, que pueden ser administrados por vía oral o intravenosa. La radioterapia también es una opción de tratamiento para las neoplasias malignas y consiste en aplicar radiación en la zona del tumor para disminuir su tamaño y evitar que se disemine hacia otras regiones del cuerpo. 

¿La neoplasia maligna tiene cura?

Es posible lograr la cura cuando la neoplasia maligna es identificada de forma precoz y el tratamiento es iniciado rápidamente; pues, de esta forma, es posible evitar que ocurra una metástasis, que es la diseminación de las células malignas hacia otros locales del cuerpo, lo que dificulta el tratamiento.