Gripe porcina: síntomas, transmisión y tratamiento

Actualizado en marzo 2024

La gripe porcina es una enfermedad respiratoria causada por el virus de la Influenza A, también conocida como gripe H1N1, la cual puede ser transmitida a través del contacto directo con cerdos infectados o por medio de pequeñas gotas de saliva liberadas en el aire cuando la persona tose o estornuda.

Los síntomas de la gripe porcina surgen habitualmente 3 a 5 días después del contacto con el virus y son semejantes a los de la gripe común, ocasionando fiebre, malestar general, dolor en el cuerpo y dolor de cabeza.

El tratamiento de la gripe porcina depende de la gravedad de los síntomas, pudiendo ser indicado por el médico mantener reposo, aumentar de la ingesta de líquidos, además de utilizar medicamentos antiinflamatorios o antivirales, y en los casos más graves el internamiento hospitalario.

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Síntomas de la gripe porcina

Los principales síntomas de la gripe porcina son:

  • Fiebre alta, arriba de 38 °C;
  • Cansancio;
  • Dolor de cabeza;
  • Pérdida de apetito;
  • Tos persistente;
  • Falta de aire;
  • Dolor de garganta;
  • Estornudos, nariz congestionada o tapada;
  • Dolor en el cuerpo y malestar general.

Los síntomas de la gripe porcina suelen aparecer de 3 a 5 días después del contacto con el virus H1N1, pudiendo surgir también en algunos casos otros síntomas como diarrea, náuseas y vómitos.

Además de eso, la persona puede desarrollar complicaciones respiratorias graves pocos días después del inicio de los síntomas, lo que puede generar una insuficiencia respiratoria.

Por eso, siempre que surjan síntomas de gripe porcina, es importante consultar a un médico general o dirigirse al hospital para que sea realizado el diagnóstico e iniciado el tratamiento más adecuado. 

Cómo confirmar el diagnóstico

El diagnóstico de la gripe porcina es realizado en el hospital por el médico general a través de la evaluación de los síntomas y la realización de exámenes y el test de RT-PCR, en que se colecta una muestra de las secreciones de la nariz o garganta para verificar la presencia del virus.

Este tipo de test ayuda a descartar otras condiciones que tienen síntomas parecidos, como infecciones con adenovirus, citomegalovirus o dengue, o síndrome respiratorio agudo grave (SRAG), por ejemplo.

Cómo se transmite

El contagio de la gripe porcina ocurre por medio de pequeñas gotas de saliva y de secreciones respiratorias que permanecen suspendidas en el aire cuando la persona infectada tose, estornuda o habla.

Además, este virus es capaz de mantenerse hasta 8 horas en superficies y, por esta razón, es posible que la enfermedad también sea transmitida a través del contacto con superficies contaminadas. 

La gripe porcina también puede transmitirse mediante el contacto directo con cerdos infectados, no obstante, la transmisión no ocurre cuando se consumen carnes de estos cerdos, puesto que el virus se inactiva y es eliminado cuando es expuesto a altas temperaturas. 

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de la gripe porcina normalmente es realizado con la orientación de un médico general o infectólogo, siendo normalmente indicado el aislamiento para evitar la transmisión del virus a otras personas, este incluye reposo, ingesta de líquidos y una alimentación liviana y de fácil digestión.

Además de eso, el médico puede llegar a indicar el uso de medicamentos antivirales, como zanamivir o oseltamivir, los cuales son indicados dentro de las 48 horas después del inicio de los síntomas, pues disminuyen la taza de multiplicación del virus y reducen la gravedad de los síntomas, evitando posibles complicaciones.

En los casos más graves, puede ser necesaria la ventilación mecánica para evitar una insuficiencia respiratoria y, en estos casos, también puede ser indicado el uso de antibióticos para prevenir infecciones bacterianas secundarias. 

Posibles complicaciones

Las posibles complicaciones de la gripe porcina son deshidratación, neumonia viral o bacteriana, bronquitis hemorrágica, síndrome de angustia respiratoria aguda o paro respiratorio.

Estas complicaciones son más comunes en las mujeres embarazadas o en personas que poseen otras enfermedades como EPOC, asma bronquial, diabetes, enfermedades autoinmunes o cardíacas o que realizan tratamiento para el cáncer.

Cómo prevenir

Es importante que sean adoptadas medidas que ayuden a prevenir la infección y transmisión de la gripe porcina, como:

  • Evitar el intercambio de objetos de uso personal;
  • Evitar permanecer durante mucho tiempo en ambientes cerrados o con poca circulación de aire;
  • Evitar el contacto con personas que se sospeche que tienen gripe porcina; 
  • Cubrir siempre la nariz y la boca al toser o al estornudar, utilizando un pañuelo descartable;
  • Realizar aislamiento por 5 días, pues así es posible prevenir la transmisión del virus a otras personas. 

Además de eso, se deben lavar las manos regularmente, utilizando agua y jabón neutro, por lo menos 20 segundos antes de enjuagar, de forma de prevenir la gripe porcina y evitar su transmisión.

Observe en el siguiente video cómo lavarse las manos correctamente para evitar la transmisión de enfermedades: 

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