Dengue en el embarazo: riesgos y tratamiento

El dengue en el embarazo puede ser peligroso, ya que puede afectar la coagulación sanguínea y provocar complicaciones como aborto o parto prematuro. Sin embargo, con seguimiento médico adecuado y el tratamiento correcto, los riesgos para la madre y el bebé suelen ser bajos.

Las embarazadas tienen mayor riesgo de desarrollar dengue grave, por lo que ante síntomas como fiebre o dolor en el cuerpo, es fundamental acudir al médico para confirmar el diagnóstico. Si aparecen signos de alarma, como dolor abdominal intenso o manchas rojas en la piel, se debe buscar atención médica de inmediato.

En los casos leves, el tratamiento podrá llevarse a cabo en la casa, debiendo mantenerse de reposo e ingerir suficientes líquidos, así como tomar analgésico y antipirético indicado por el médico. En los casos más graves, la mujer deberá ser internada para una mayor monitorización.

Principales riesgos

Los principales riesgos del dengue durante el embarazo son:

• Aumento de riesgo de aborto al inicio del embarazo;
• Desprendimiento de placenta;
• Alteraciones de la coagulación sanguínea;
• Hemorragia;
• Eclampsia;
• Preeclampsia;
• Compromiso del hígado;
• Insuficiencia de los riñones.

Los riesgos del dengue son mayores al inicio y al final del embarazo. Sin embargo, si la enfermedad es diagnosticada y el tratamiento es seguido correctamente, es posible prevenir los riesgos tanto para la embarazada, como para el bebé. Vea cómo se diagnostica el dengue. 

Posibles riesgos para el bebé

En general, el dengue no afecta el desarrollo del bebé durante el embarazo. Sin embargo, si la madre se contagia al final de la gestación, existe el riesgo de que el bebé también se infecte.

En esos casos, el recién nacido puede presentar fiebre, manchas rojas en la piel y temblores en los primeros días de vida, siendo necesario el ingreso hospitalario para recibir el tratamiento adecuado. Vea otros síntomas del dengue.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento del dengue en el embarazo debe realizarse con especial precaución, ya que tanto la madre como el feto corren un mayor riesgo de complicaciones. Por este motivo, el tratamiento consiste en:

1. Reposo e hidratación

Es fundamental que la embarazada mantenga una adecuada hidratación con sueros orales o intravenosos, ya que la deshidratación puede empeorar la infección.

Además, también debe mantener reposo absoluto para reducir el riesgo de complicaciones hemorrágicas y para ayudar al cuerpo a combatir el virus.

2. Medicamentos

El médico pueden indicar el uso de paracetamol, un analgésico y antipirético que es es seguro durante el embarazo, para aliviar el dolor. el malestar y la fiebre.

Es importante que no se utilice medicación sin indicación médica, pues medicamentos como el ibuprofeno, el naproxeno o el ácido acetilsalicílico están contraindicados durante el embarazo.

3. Hospitalización en casos moderados o graves

En los casos en que la embarazada presenta signos de alarma, como sangrado, dolor abdominal, vómitos persistentes y/o letargo, o si se trata de un dengue grave, el médico recomendará la hospitalización.

Durante el tercer trimestre, se requiere una vigilancia más estricta debido al mayor riesgo de parto prematuro o sufrimiento fetal.

Si la embarazada desarrolla dengue hemorrágico, el tratamiento siempre debe realizarse en un hospital, y puede ser necesario administrar transfusiones de sangre, aunque esta situación no es frecuente.

En los casos leves, el tratamiento puede realizarse en casa, con reposo, aumento en la ingesta de líquidos y medicación prescrita por el médico.

Cómo prevenir el dengue en el embarazo

Algunas medidas para prevenir el dengue son:

• Eliminar fuentes de agua estancada, donde el mosquito puede reproducirse.
• Usar ropa holgada que cubra brazos y piernas, sobre todo en zonas con muchos mosquitos.
• Aplicar repelente en las áreas expuestas de la piel.
• Encender velas de citronela en casa, ya que ayudan a repeler los mosquitos.

Además, para disminuir el riesgo y las complicaciones del dengue en el embarazo, es fundamental estar atento a los síntomas que pueden surgir, como el surgimiento de manchas rojas en la piel, fiebre alta, malestar general, dolor atrás de los ojos y en las articulaciones, siendo importante consultar al médico a penas se manifiesten.