Rinofaringitis: qué es, contagio, síntomas y tratamiento

La rinofaringitis, conocida como resfriado común, es una infección viral de las vías respiratorias superiores que provoca síntomas como fiebre, inflamación de la mucosa nasal, tos y congestión ocular, y cuya intensidad puede variar según la edad de la persona.

Se trata de una infección benigna que afecta con mayor frecuencia a los niños de forma aguda y suele resolverse de manera espontánea luego de 7 o 10 días, aunque también puede presentarse en personas de todas las edades y aparecer de forma recurrente a lo largo del año, lo que en algunos casos puede derivar en complicaciones.

Esta infección es contagiosa y se transmite principalmente cuando una persona infectada tose o estornuda cerca de otra. El tratamiento debe ser indicado por un médico y se enfoca en aliviar los síntomas, con medidas como lavados nasales con suero salino, inhalaciones de vapor, buena hidratación y, si es necesario, el uso de analgésicos.

Niño con rinofaringitis

¿La rinofaringitis es contagiosa?

La rinofaringitis es contagiosa porque los virus que la causan se transmiten por gotitas al toser o estornudar y por el contacto con manos u objetos contaminados, siendo el riesgo de contagio mayor durante los primeros días de síntomas.

El período de incubación de la enfermedad es de 1 a 3 días, y la fase de mayor contagio suele ocurrir durante los primeros 2 o 3 días. No obstante, la eliminación del virus puede prolongarse hasta las dos primeras semanas, manteniendo el riesgo de transmisión.

Diferentes tipos

Dependiendo de la causa, la rinofaringitis puede clasificarse en:

1. Rinofaringitis viral

La rinofaringitis viral es una infección de las vías respiratorias altas causada principalmente por rinovirus y otros virus estacionales como coronavirus o adenovirus. Es contagiosa, aparece de forma repentina y suele resolverse sola en 7 a 10 días.

Los síntomas más intensos se presentan en los primeros 2–3 días e incluyen congestión y goteo nasal, estornudos, tos y malestar general.

2. Rinofaringitis bacteriana

La rinofaringitis bacteriana rara vez ocurre como enfermedad primaria y, por lo general, surge como complicación de otras infecciones, como otitis media o sinusitis aguda. 

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Se debe sospechar cuando los síntomas duran más de 10 días sin mejoría, empeoran después de uno o más días de mejoría, o aparecen fiebre alta, dolor facial intenso con rinorrea purulenta, dolor de oído, fiebre o secreción en el oído.

Principales síntomas 

Los principales síntomas de la rinofaringitis aguda son:

  • Fiebre;
  • Inflamación de la mucosa nasal;
  • Estornudos;
  • Tos;
  • Lagrimeo y congestión ocular;
  • Rinorrea o goteo nasal;
  • Obstrucción nasal;
  • Falta de apetito;
  • Malestar general.

Los síntomas del resfriado común surgen por la respuesta inflamatoria del organismo frente al virus en el epitelio respiratorio, y en algunos casos se acompañan de vómitos, diarrea, dolor abdominal, mialgias y congestión ocular.

Cómo se realiza el diagnóstico

Generalmente, el diagnóstico de la rinofaringitis es realizado por el médico mediante la evaluación de los síntomas y la exploración física, no siendo necesaria la realización de exámenes.

Además, el médico también puede explorar otras áreas del cuerpo, como los oídos o pulmones, para descartar la presencia de otro foco infeccioso o complicación de esta enfermedad. 

¿Rinofaringitis o Covid?

La rinofaringitis aguda muchas veces puede confundirse con Covid-19. Aunque algunos tipos de coronavirus pueden causar resfriado común, la enfermedad Covid-19 está provocada por el virus SARS-CoV-2, diferente de los coronavirus estacionales responsables de la rinofaringitis.

Además, el Covid-19 se distingue de la rinofaringitis y de otros tipos de gripe por la intensidad, duración y tipo de síntomas.

Ante la sospecha de infección por SARS-CoV-2, se recomienda realizar una prueba de diagnóstico, que puede ser PCR o prueba rápida. Conozca cómo diferenciar los síntomas de covid con una gripe o resfriado. 

Causas

La rinofaringitis aguda es causada principalmente por virus, siendo el rinovirus el más frecuente. Otros virus que pueden provocarla incluyen coronavirus, virus respiratorio sincitial (VRS), virus de la gripe, parainfluenza, adenovirus y enterovirus, entre otros.

En total, existen más de 200 virus capaces de generar esta enfermedad. Aunque la infección induce cierta inmunidad local, esta es de corta duración debido a la gran variedad de subtipos virales, lo que permite que las infecciones se repitan a lo largo del tiempo.

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Factores de riesgo

Algunos factores de riesgo del desarrollo de la rinofaringitis son:

  • Tabaquismo pasivo;
  • Contaminación;
  • Sequedad ambiental;
  • Reflujo gastroesofágico, que puede causar irritación e inflamación local;
  • Vida en comunidad, como la guardería en niños;
  • Carencia de hierro o zinc, lo que puede disminuir la respuesta inmune;
  • Inmunodeficiencia adquirida o congénita;
  • Ausencia de lactancia materna;
  • Antecedentes familiares;
  • Alergia.

Además de eso, la deficiencia de algunos nutrientes, como hierro o zinc, puede afectar el sistema inmunitario, haciendo que la persona sea más propensa a sufrir de rinofaringitis recurrentes. Conozca algunos alimentos que ayudan a mejorar la inmunidad.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de la rinofaringitis depende de su causa y tiene como objetivo aliviar los síntomas y prevenir complicaciones, especialmente en niñas y niños, personas mayores y quienes padecen enfermedades crónicas.

En los casos de rinofaringitis viral se recomiendan lavados nasales con solución salina, mantener una buena hidratación, descansar lo suficiente y, si es necesario, usar analgésicos o antitérmicos como paracetamol o ibuprofeno.

Mientras que la rinofaringitis bacteriana requiere un tratamiento específico según la causa primaria y generalmente incluye el uso de antibióticos.

Es importante seguir las indicaciones del médico y mantener las medidas de cuidado general favorece una recuperación más rápida y segura.

Cómo prevenir

Para prevenir la rinofaringitis es importante reducir la transmisión del virus a través del contacto con secreciones nasales infectadas. Algunas recomendaciones son:

  • Lavado frecuente de manos;
  • Evitar el contacto con personas afectadas;
  • Evitar permanecer en ambientes cerrados;
  • Taparse la boca al estornudar o toser;
  • Evitar compartir objetos que puedan estar contaminados, como vasos, biberones o cubiertos, por ejemplo;
  • Mantener la nariz limpia y despejada con suero salino;
  • Tomar suficiente líquido para aliviar la tos y para mantenerse hidratado;
  • Ventilar regularmente las habitaciones;
  • Dormir bien y mantener una alimentación saludable.

En caso de que reaparezca la fiebre o si después de 10 días no hay mejoría, se recomienda consultar nuevamente al médico, quien evaluará posibles complicaciones y sugerirá el tratamiento más adecuado.