Vértigo: qué es, síntomas, causas y tratamiento

Actualizado en abril 2024

El vértigo es la pérdida de equilibrio, generalmente acompañado por una sensación de que el entorno o el propio cuerpo están girando, además de náuseas, vómitos o zumbido en el oído, que puede surgir por trastornos en el oído interno, como la laberintitis o el vértigo posicional paroxística benigna (VPPB), o ser causado por alteraciones neurológicas, como un accidente cerebrovascular (ACV), migraña o tumor cerebral.

El vértigo es más común en personas mayores de 65 años, pudiendo afectar tanto a mujeres como a hombres, aunque es más frecuente en mujeres, pudiendo también surgir durante el embarazo, debido a las alteraciones hormonales normales de la gestación.

El tratamiento de la vértigo debe ser realizado por el médico clínico general, otorrinolaringólogo o neurólogo, según la causa de la vértigo, pudiendo indicarse medicamentos antihistamínicos, corticoides o antibióticos, o maniobras de fisioterapia, por ejemplo.

Síntomas de vértigo

Los principales síntomas de vértigo son:

  • Sensación de que el entorno está girando alrededor de uno mismo;
  • Sensación de que el propio cuerpo está girando;
  • Pérdida del equilibrio;
  • Náuseas o vómitos;
  • Zumbido en el oído;
  • Sordera o pérdida temporal de la audición;
  • Nistagmo, que es el movimiento involuntario, repetitivo e incontrolado de los ojos;
  • Dolor de cabeza;
  • Sudoración excesiva;
  • Palidez;
  • Dificultad para enfocar objetos.

Los síntomas de vértigo son más intensos cuando la persona está de pie, mueve la cabeza o camina, y pueden durar desde unos segundos hasta varios días, dependiendo de su causa.

Es importante consultar al médico clínico general siempre que aparezcan síntomas de vértigo, para que se diagnostique, se identifique su causa y, así, se inicie el tratamiento más adecuado.

Asimismo, se debe buscar el servicio de urgencias más cercano si aparecen síntomas de vértigo acompañados de visión doble, hormigueo o entumecimiento en los brazos o piernas, en solo un lado del cuerpo, dificultad para hablar o sonreír, boca torcida y rostro asimétrico, o desmayo, ya que puede indicar un ACV. 

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Diferencia entre vértigo y mareos

El mareo sin vértigo suele causar sensaciones como "debilidad súbita", "flotación", "inminencia de desmayo", "visión oscurecida" o "visión con puntos brillantes", ya que es común que sea causado por falta de oxigenación del cerebro debido a situaciones como la caída de la presión arterial, anemia o alteraciones cardíacas, o incluso el embarazo, por ejemplo.

En cambio, en la vértigo, hay una sensación de que el entorno o el propio cuerpo están "girando" o "balanceándose", asociada a la pérdida del equilibrio, náuseas y vómitos. A pesar de estas diferencias, puede ser difícil entender qué tipo de mareo se trata, por lo que es importante pasar por una evaluación médica, para que se realice el diagnóstico correcto.

Cómo confirmar el diagnóstico

El diagnóstico del vértigo lo realiza el médico clínico general, otorrinolaringólogo o neurólogo, mediante la evaluación de los síntomas, el historial médico y familiar, y el uso de medicamentos.

El médico también debe realizar un examen físico, al realizar la maniobra de Dix-Hallpike en la consulta, que provoca el mareo y el nistagmo, siendo posible confirmar el diagnóstico de vértigo posicional paroxística benigna.

Además, en caso de que el médico sospeche de lesiones cerebrales, pueden solicitarse exámenes de imagen, como resonancia magnética, angiografía por resonancia magnética o tomografía computarizada, para diagnosticar la causa y el tipo de vértigo.

Tipos de vértigo

El vértigo puede ser clasificado según su origen, siendo los principales:

  • Vértigo periférico: es el tipo más común de vértigo causado por alteraciones en el oído interno o en el nervio vestibular, responsable de controlar el equilibrio corporal;
  • Vértigo central: este tipo de vértigo es causado por alteraciones en el cerebro, como infecciones, traumatismos o accidentes cerebrovasculares (ACV).

El tipo de vértigo es identificado por el médico durante la consulta y los exámenes de diagnóstico, lo que permite iniciar el tratamiento específico para la causa.

Posibles causas

El vértigo puede ser causado por trastornos en el oído interno o lesiones cerebrales, que incluyen:

  • Laberintitis;
  • Infecciones bacterianas o virales del oído interno;
  • Vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB);
  • Neuritis vestibular;
  • Colesteatoma;
  • Enfermedad de Menière;
  • Migraña vestibular;
  • Tumor cerebral;
  • Traumatismo craneoencefálico;
  • ACV hemorrágico o isquémico;
  • Síndrome de Ramsay-Hunt;
  • Neuroma acústico;
  • Esclerosis múltiple.

El vértigo también puede ser causado por el uso de medicamentos como anticonvulsivantes, salicilatos, antibióticos, antiinflamatorios, diuréticos, antipalúdicos o quimioterapia, entre otros. Consulte otros medicamentos que pueden causar vértigo o mareos.

Además, en algunas personas, sustancias como alcohol, cafeína y nicotina pueden desencadenar o empeorar los ataques de vértigo.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de la vértigo debe ser realizado bajo la orientación del médico clínico general, otorrinolaringólogo o neurólogo, según el tipo y la causa de la vértigo.

Si la vértigo ha sido causada por trastornos vestibulares, el tratamiento generalmente consiste en el uso de medicamentos que actúan como supresores vestibulares, como antihistamínicos, antieméticos y sedantes. Consulte los principales medicamentos para la laberintitis.

Además, en el caso del vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB), el médico también puede recomendar maniobras fisioterapéuticas para reposicionar los cristales de calcio en el oído interno, mediante movimientos que aprovechan la gravedad, como la maniobra de Epley. Aprenda cómo se realiza la maniobra de Epley.

Cuando la vértigo tiene causa neurológica, el tratamiento debe ser orientado por el neurólogo, según el tipo de enfermedad y las necesidades de cada persona. En el caso de infecciones bacterianas o virales del oído interno, el otorrinolaringólogo puede recomendar el tratamiento con corticosteroides y antibióticos, pudiendo ser necesaria una drenaje quirúrgico del líquido acumulado.