Luxación acromioclavicular: qué es, síntomas y tratamiento

La luxación acromioclavicular es una lesión en la que la clavícula se separa del hueso del hombro, llamado acromion, debido a la rotura o al estiramiento excesivo de los ligamentos que mantienen unidos estos huesos.

En esta lesión se ve afectado el ligamento acromioclavicular y, dependiendo del grado, también puede comprometerse el ligamento coracoclavicular, pudiendo provocar dolor, hinchazón, deformidad en el hombro y dificultad para mover el brazo.

El tratamiento debe ser indicado por el ortopedista según la gravedad de la lesión y puede incluir reposo, inmovilización, aplicación de compresas frías y uso de analgésicos o antiinflamatorios, como paracetamol o ibuprofeno. En los casos de rotura total de los ligamentos, puede ser necesaria la cirugía.

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mujer con luxación acromioclavicular

Signos y síntomas

Los principales síntomas de la luxación acromioclavicular son:

  • Dolor en el hombro, que puede extenderse al cuello, parte inferior del hombro, pecho o espalda;
  • Hinchazón o deformidad en la parte superior del hombro;
  • Dificultad para mover el brazo;
  • Chasquidos o sensación de desplazamiento, que ocurre en el momento de la lesión.

Además, en algunos casos la persona puede sentir como si el hombro estuviera fuera de lugar. Por eso, es común sostener el brazo con la otra mano para aliviar el dolor e intentar estabilizar la zona.

En casos raros de luxación acromioclavicular, puede presentarse palidez en la piel y adormecimiento en brazos y dedos, lo que puede indicar lesiones en nervios o vasos sanguíneos.

Signo de la tecla

El signo de la tecla indica una lesión en la articulación acromioclavicular del hombro.

Aparece al presionar suavemente la clavícula, que baja y vuelve a subir como una tecla de piano, mostrando que está inestable y fuera de su posición normal.

Este signo es útil tras accidentes o golpes directos en el hombro, ya que permite al médico diferenciar lesiones leves de las más graves.

Diferentes tipos

La luxación acromioclavicular se clasifica según la escala de Rockwood, la cual establece:

  • Tipo I: rotura parcial de los ligamentos acromioclaviculares, siendo considerada una lesión leve;
  • Tipo II: rotura total de los ligamentos acromioclaviculares y rotura parcial de los coracoclaviculares;
  • Tipo III: rotura total de ambos ligamentos;
  • Tipo IV: rotura total de ambos ligamentos acompañada de un desplazamiento de la clavicula hacia atrás, pudiendo quedar atrapada detras de la articulación generando una inestabilidad en la misma;
  • Tipo V: además de la rotura de los ligamentos, el extremo de la clavícula perfora los músculos que cubren la clavícula.

Además, existe un tipo raro de luxación acromioclavicular, llamado tipo VI, en el cual la clavícula es empujada hacia abajo, pudiendo causar lesiones en nervios y vasos sanguíneos.

Las luxaciones de tipo I y II se consideran de bajo grado, mientras que los tipos III, IV, V y VI se clasifican como de alto grado, debido a la mayor gravedad de la lesión.

Principales causas

La principal causa de la luxación acromioclavicular es un golpe o una caída sobre la parte superior o lateral del hombro con el brazo junto al cuerpo.

Este impacto provoca un desplazamiento hacia abajo del acromion, que forma parte de la escápula (omóplato), mientras que la clavícula permanece en su lugar.

Con menor frecuencia, la luxación acromioclavicular puede producirse por una caída sobre la mano extendida. En este caso, además de lesionarse el ligamento acromioclavicular, también puede dañarse el ligamento coracoclavicular.

Este tipo de luxación es frecuente en deportes de contacto, como el fútbol americano o el jiu-jitsu, así como en actividades de alta velocidad, como el ciclismo o el esquí.

Además, los accidentes de tránsito y las caídas en bicicleta se consideran entre las principales causas de luxaciones acromioclaviculares graves, debido a la fuerte intensidad del impacto.

Cómo se realiza el diagnóstico

El diagnóstico de la luxación acromioclavicular lo realiza el ortopedista a través de la evaluación física, los síntomas presentados y el historial de trauma, caída o accidente.

Durante la exploración, el médico puede realizar una prueba en la que la persona sostiene un peso ligero, lo que ayuda a que la separación de los huesos sea más evidente.

Para confirmar el grado de la lesión, el especialista puede solicitar una radiografía, que permite observar el desplazamiento óseo, o una resonancia magnética, que facilita la valoración del estado de los ligamentos.

Además, en casos más complejos o cuando existe sospecha de luxofractura, se puede indicar una tomografía computarizada o un ultrasonido.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de la luxación acromioclavicular es indicado por el ortopedista y puede incluir:

1. Reposo e inmovilización

Después de la lesión, puede ser necesario guardar reposo para iniciar el proceso de reparación de los tejidos y favorecer la disminución de la inflamación que ocurre tras la rotura.

Además, la inmovilización del hombro con un cabestrillo ayuda a reducir el dolor y favorece la cicatrización de los ligamentos, siendo indicada hasta que la inflamación se controle o hasta que se realice la cirugía, si esta es necesaria.

El tiempo de uso del cabestrillo depende de la gravedad de la lesión, variando por lo general entre 1 y 4 semanas.

2. Crioterapia

La aplicación de hielo en la zona de la lesión puede ser indicada por el médico durante 15 a 20 minutos, de 4 a 6 veces al día, durante las primeras 72 horas, con el fin de reducir el dolor, la hinchazón y la inflamación.

Es importante colocar una toalla húmeda entre la piel y el hielo para evitar quemaduras por el frío.

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3. Uso de medicamentos

Para aliviar los síntomas, el ortopedista puede indicar analgésicos y antiinflamatorios, como paracetamol o ibuprofeno.

En algunos casos, también pueden recetarse inyecciones de corticoides para aliviar el dolor.

4. Fisioterapia

El ortopedista puede indicar fisioterapia, que en los primeros días debe centrarse en reducir el dolor y la inflamación mediante técnicas como TENS, ultrasonido, drenaje linfático o aplicación de kinesiotape, también conocido como vendaje neuromuscular.

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Cuando el dolor y la inflamación lo permitan, el fisioterapeuta puede incorporar ejercicios de movilidad pasiva y activa, así como de fortalecimiento y propiocepción, con el objetivo de brindar mayor estabilidad al hombro y prevenir la inestabilidad.

5. Cirugía

La cirugía de la luxación acromioclavicular está indicada en personas con lesiones de tipo II o III, especialmente cuando presentan gran inestabilidad que afecta las actividades de la vida diaria o en deportistas.

En las lesiones de tipo IV y V, la cirugía puede programarse una vez que disminuyan el edema y la inflamación, siempre que sea posible reposicionar todas las estructuras. En estos casos, generalmente se realiza entre 2 y 3 semanas después de la lesión.

Cuando no es posible la reposición de las estructuras óseas, o en las lesiones de tipo VI, puede ser necesario realizar la cirugía inmediatamente después de la lesión.

Existen varias técnicas quirúrgicas, una de ellas es la fijación con placas y tornillos, que generalmente requiere una cirugía posterior para retirar el material.

Otra opción es la fijación coracoclavicular, que une la clavícula al hueso de la escápula mediante pequeños botones de sutura y suele presentar menos complicaciones.

Además, se pueden emplear técnicas de reconstrucción de los ligamentos rotos utilizando tendones del propio paciente o de un donante, con el objetivo de restaurar la estabilidad de la articulación.

¿Cómo es la recuperación posoperatoria?

Después de la cirugía, se recomienda el uso de un cabestrillo durante 4 a 6 semanas y el inicio temprano de fisioterapia, con el objetivo de reducir el dolor, la inflamación y la rigidez mediante la movilización pasiva del hombro y ejercicios de mano y codo.

Entre las semanas 6 y 12 se retira el cabestrillo y se pueden comenzar a trabajar más activamente los movimientos del hombro para fortalecer la musculatura.

La recuperación completa puede llevar alrededor de 6 meses, por lo que es muy importante realizar fisioterapia, ya que la articulación del hombro tiene una alta tendencia a la rigidez.