Crup: qué es, síntomas y tratamiento

El crup es una enfermedad respiratoria causada por una infección viral que provoca inflamación de la laringe y la tráquea, provocando síntomas como tos perruna, voz ronca, ruido áspero al respirar, irritabilidad y dificultad para respirar debido al estrechamiento de la vía aérea superior.

El principal virus responsable del crup es el parainfluenza, por lo que suele presentarse con mayor frecuencia al final del otoño y al inicio del invierno. Esta infección afecta principalmente a niños entre 1 y 6 años y puede transmitirse por contacto directo con personas infectadas o con objetos y superficies contaminadas.

El tratamiento debe ser indicado por el pediatra de acuerdo con la gravedad de los síntomas y puede incluir mantener una buena hidratación, evitar la exposición al aire seco y al humo, o incluso el uso de corticosteroides o nebulizaciones con epinefrina en los casos moderados o graves de la enfermedad.

niña con crup

Principales síntomas

Los principales síntomas del crup son:

  • Tos perruna, con un sonido similar al ladrido de una foca;
  • Ruido áspero o agudo al respirar, que puede aparecer solo cuando el niño se agita o también en reposo, según la gravedad;
  • Voz o llanto ronco;
  • Dificultad para respirar, debido a la inflamación de la vía aérea;
  • Irritabilidad.

Algunos niños presentan síntomas similares a los de un resfriado antes de que aparezca el crup, como dolor de garganta, secreción nasal, estornudos, congestión, tos, fiebre leve y falta de apetito.

Los síntomas del crup suelen iniciar de forma repentina y empeoran durante la noche. En la mayoría de los casos, la enfermedad mejora entre 3 y 7 días, siendo las primeras noches las más intensas.

Síntomas como la respiración acelerada, el hundimiento de la piel entre las costillas, el aleteo nasal, la somnolencia, la agitación o la coloración azulada en los labios o la piel pueden indicar una dificultad respiratoria grave que requiere atención médica inmediata.

Posibles causas

Las causas del crup están casi siempre relacionadas con infecciones virales que inflaman la laringe y la tráquea, dificultando el paso del aire. En la mayoría de los casos, el responsable es el virus parainfluenza, especialmente los tipos I, II y III, que provocan cerca del 75% de los casos.

Otros virus respiratorios también pueden causar esta enfermedad, como el virus sincitial respiratorio, los virus de la influenza A y B, el adenovirus, coronavirus, rinovirus, enterovirus o el virus del sarampión.

Desde la pandemia, se ha visto que el SARS-CoV-2, sobre todo con la variante Ómicron, puede originar cuadros de crup en niños. Esto ocurre porque esta variante se multiplica más fácilmente en la parte superior del sistema respiratorio.

En situaciones poco comunes, el crup puede tener un origen bacteriano, llamado traqueítis bacteriana, causado por microorganismos como Mycoplasma pneumoniae o Corynebacterium diphtheriae, que suelen provocar síntomas más graves y requieren tratamiento médico inmediato.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento del crup debe ser indicado por un pediatra o un médico de urgencias, y depende de la gravedad de los síntomas. El objetivo principal es reducir la inflamación de las vías respiratorias y mantener al niño tranquilo, ya que el llanto o la angustia pueden empeorar la dificultad para respirar.

En los casos leves, el tratamiento puede realizarse en casa bajo orientación médica, procurando mantener una buena hidratación, evitar el aire seco o el humo y crear un ambiente tranquilo que favorezca la respiración.

En algunas situaciones, el médico puede indicar una dosis única de corticosteroide, como dexametasona oral, que ayuda a reducir la inflamación y acelera la mejoría de los síntomas. Conozca más sobre la dexametasona.

Cuando el crup es moderado o grave, el tratamiento debe iniciarse lo antes posible en un centro médico, donde además de los corticosteroides, el médico puede indicar nebulizaciones con epinefrina, que ayudan a reducir la hinchazón de las vías respiratorias y facilitan la respiración rápidamente.

Es importante no administrar jarabes para la tos ni medicamentos antitusivos sin indicación médica, ya que pueden dificultar la eliminación de las secreciones y empeorar la obstrucción respiratoria, aumentando el riesgo de complicaciones.

Cuándo acudir al médico

Es importante acudir al servicio de urgencia pediátrico más cercano cuando se presentan los síntomas a continuación:

  • Aumento del ritmo cardíaco;
  • Dificultad respiratoria severa;
  • Empeoramiento de la tos;
  • Somnolencia;
  • Agitación.

Además, si el niño presenta labios y puntas de los dedos azulados, esto puede deberse a la mala oxigenación, siendo necesario acudir al servicio médico más cercado.