Antibióticos: qué son, clasificación y para qué sirven

Actualizado en diciembre 2022

Los antibióticos son medicamentos que combaten las bacterias, impidiendo su crecimiento o causando su muerte, siendo indicados para el tratamiento de diversos tipos de infecciones, como neumonía, otitis, sinusitis, infección urinaria, conjuntivitis, meningitis, gonorrea, sífilis, forúnculos o erisipela.

El tipo de antibiótico que puede ser usado depende de la infección a tratar, por lo que el médico puede indicar el uso de penicilinas, macrólidos, fluoroquinolonas, cefalosporinas o tetraciclinas, por ejemplo.

Los antibióticos deben ser usado solo bajo indicación médica, tomados correctamente en el horario indicado y por el tiempo establecido por el médico, incluso si hay mejoría de los síntomas, para evitar las resistencia bacteriana, lo que puede hacer el tratamiento de infección más difícil y tardado, además de poder empeorar los síntomas. 

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Clasificación de los antibióticos

Algunos de los antibióticos más usados para el tratamiento de infecciones incluyen:

1. Penicilinas

Las penicilinas son la clase de antibiótico más indicados por el médico para el tratamiento de infecciones como neumonía, bronquitis, amigdalitis, sinusitis, infecciones urinarias o vaginales, de la piel y de las mucosas, por ejemplo.

Los principales antibióticos de la clase de penicilinas son:

Estas penicilinas pueden ser indicadas por el médico en forma de comprimido o inyección, dependiendo del tipo de infección.

Las penicilinas pueden causar efectos secundarios, como dolor de cabeza, náuseas, vómito, diarrea, candidiasis oral y en la zona genital, o hasta la reacción alérgica grave o choque anafiláctico. Vea cómo identificar los síntomas de choque anafiláctico.

2. Tetraciclinas

Las tetraciclinas generalmente están indicadas para el tratamiento de infecciones causadas por organismos sensibles a las tetraciclinas, como brucelosis, gingivitis, enfermedad de Lyme, gonorrea o sífilis, por ejemplo.

Las principales tetraciclinas que puede indicar el médico son:

Las tetraciclinas no deben tomarse junto con leche o productos lácteos, ya que pueden disminuir la eficacia del tratamiento, siendo recomendado esperar por lo menos de 1 a 2 horas antes o después del uso de tetraciclinas para consumir productos lácteos.

Además, las tetraciclinas tampoco deben tomarse junto con antiácidos o medicamentos ni suplementos que contengan calcio, magnesio, aluminio o hierro, ya que pueden disminuir la eficacia del antibiótico, siendo recomendado esperar por lo menos 2 horas antes o después del uso de tetraciclinas par usar estos suplementos o medicamentos.

3. Sulfonamidas

El sulfametoxazol y la sulfadiazina son los antibióticos más utilizados de la clase de las sulfonamidas, generalmente indicados para infecciones de oído, urinarias, bronquitis, diarrea del viajero, neumonía, úlceras venosas, heridas quirúrgicas o escaras, por ejemplo.

Otros ejemplos de sulfonamidas son la sulfacetamida, sulfanilamida, sulfafurazol, ácido paraaminobenzoico, por ejemplo.

4. Fluoroquinolonas

Las fluoroquinolonas normalmente se indican para el tratamiento de las infecciones respiratorias, óticas, oculares, renales, del sistema urinario, piel, huesos y órganos reproductores, además para infecciones generales, por ejemplo.

Los principales antibióticos de la clase de las fluoroquinolonas son:

  • Ciprofloxacino;
  • Norfloxacino;
  • Ofloxacino;
  • Levofloxacino;
  • Gatifloxacina;
  • Moxifloxacino.

Estos medicamentos pueden causar efectos secundarios como ruptura del tendón de Aquiles, agitación o alteraciones en los riñones, estando contraindicados durante el embarazo o lactancia.

5. Macrólidos

La eritromicina, claritromicina y la azitromicina son los antibióticos más comunes de la clase de los macrólidos, siendo generalmente indicados para el tratamiento de infecciones como sinusitis, neumonía, infecciones de la piel o de transmisión sexual, como gonorrea o clamidia, por ejemplo.

Los macrólidos pueden encontrarse presentación de comprimidos, jarabes o inyección, debiendo evitarse en personas con enfermedades hepáticas, renales y con alteraciones del sistema cardiovascular debido a los posibles efectos secundarios y el proceso de absorción y metabolización de este medicamento.

6. Cefalosporinas

Las cefalosporinas son generalmente indicadas para el tratamiento de infecciones del tracto respiratorio, otitis media, infecciones en la piel y tejidos blandos, infecciones urinarias e infecciones óseas.

Algunos ejemplos de antibióticos de la clase de las cefalosporinas son:

  • Cefalexina;
  • Cefaclor;
  • Cefalotina
  • Cefazolina
  • Cefadroxilo;
  • Ceftriaxona;
  • Cefotaxima;
  • Ceftazidima;
  • Cefepime.

El uso de las cefalosporinas está contraindicado en mujeres embarazadas o que están amamantando, a no ser que sea indicado por el médico.

7. Aminoglucósidos

Los aminoglucósidos normalmente están indicados para el tratamiento de infecciones en la piel como úlceras, heridas con pus, forúnculos, eccema o dermatitis, además de otras infecciones como peritonitis, meningitis o infección generalizada, por ejemplo.

Los principales ejemplos de antibióticos aminoglucósidos son:

  • Gentamicina;
  • Tobramicina;
  • Neomicina;
  • Estreptomicina;
  • Amikacina.

Estos aminoglucócidos pueden ser indicados por el médico en forma de comprimido, colirio o pomada oftalmológica o inyección, dependiendo del tipo de infección.

8. Nitroimidazoles

Los principales antibióticos nitroimidazoles son metronidazol y tinidazol, indicados para el tratamiento de giardiasis, amebiasis, tricomoniasis, vaginitis causada por Gardnerella vaginalis y otras infecciones causadas por bacterias y protozoarios sensibles a esta sustancias. Vea las principales dosis de metronidazol.

Dudas comunes sobre los antibióticos

Las dudas más comunes en relación al uso de antibióticos son:

1. ¿Tomar antibióticos hace que aumente de peso?

La ingestión de antibióticos no engorda, ya que no tienen efectos secundarios que indiquen que su uso favorezca al aumento de peso o del apetito. Sin embargo, algunos antibióticos pueden causar indigestión y exceso de gases, pudiendo ocasionar hinchazón en el abdomen, pudiendo ser confundido con aumento de peso.

2. ¿Los antibióticos cortan el efecto de las pastillas anticonceptivas?

Son pocos los antibióticos que reducen el efecto de los anticonceptivos, y recientemente ha sido comprobado científicamente, que sólo la rifampicina y la rifabutina interfieren con su acción. Conozca qué hacer en estos casos.

Sin embargo, como uno de los efectos secundarios más comunes de la mayoría de los antibióticos es la diarrea, existe el riesgo de que el anticonceptivo no se absorba completamente si la diarrea se produce 4 horas después de haberlo ingerido. En estos casos se aconseja la utilización de preservativo desde que se detuvo la diarrea hasta 7 días después.

3. ¿Es necesito tomarse la caja de antibiótico hasta el final?

El antibiótico siempre debe tomarse hasta el final o durante el tiempo que el médico indique, incluso cuando existen señales que indican una mejoría de los síntomas, que suele ocurra al cabo ​de 3 a 5 días de haber iniciado el tratamiento.

En algunos casos, las personas que sienten una mejoría de los síntomas tienen la tendencia de dejar de tomar el antibiótico antes del tiempo recomendado, pero no lo deben hacer, porque las bacterias responsables de causar la infección pueden no haber sido eliminadas por completo. Por lo que al interrumpir el tratamiento, pueden volver a multiplicarse, desarrollando de nuevo la enfermedad y, además de esto, es posible que desarrollen resistencia a los compuestos ya utilizados, haciendo con que el antibiótico sea ineficaz en el futuro. 

4. ¿Por qué los antibióticos causan diarrea?

La diarrea es un efecto secundario común de los antibióticos, que surge debido al efecto que causan sobre la flora intestinal. Lo que ocurre es que los antibióticos son medicamentos que eliminan las bacterias que son sensibles a ciertos compuestos, eliminando por esto tanto a las bacterias malas como a las bacterias buenas, lo que provoca alteraciones en el funcionamiento del intestino. Conozca cómo combatir la diarrea por antibióticos. 

5. ¿El alcohol corta el efecto del antibiótico?

El alcohol no corta el efecto del antibiótico, pero puede disminuir su eficacia porque el alcohol tiene efecto diurético, lo que puede facilitar la salida del medicamento en la orina y disminuir su concentración en el torrente sanguíneo, pudiendo no ser eficaz para el tratamiento.

Además, el uso de alcohol y de antibiótico al mismo tiempo puede sobrecargar el hígado, ya que ambos son metabolizados en este órgano, por lo que la biodisponibilidad del medicamento puede verse perjudicada y puede aumentar la toxicidad del antibiótico.

Por estas razones, normalmente los médicos recomiendan que no haya ingestión de alcohol durante el tratamiento, ya que existen antibióticos específicos que no se pueden ingerir con alcohol, como es el caso del Metronidazol, Tinidazol, Cefoxitina y la combinación de Sulfametoxazol y Trimetoprima, ya que además de ser tóxico para el organismo, puede causar síntomas desagradables como: vómitos, palpitaciones, calor, sudor excesivo, dificultad para respirar, dolor de cabeza e hipotensión.