Los vómitos y la diarrea en niños pueden deberse a infecciones virales, bacterianas o por parásitos intestinales, además de ocurrir tras consumir alimentos contaminados o por la ingesta accidental de medicamentos.
Cuando el niño presenta vómitos y diarrea al mismo tiempo existe un alto riesgo de deshidratación y malnutrición debido a la pérdida rápida de agua y minerales, por eso es importante vigilar signos como ojos hundidos, piel seca, llanto sin lágrimas o somnolencia, que pueden indicar falta de líquidos.
Ante los signos de deshidratación o cuando el niño no tolera ningún alimento ni líquido luego de episodios de diarrea y vómitos, se debe acudir de inmediato al servicio médico más cercano para recibir una evaluación y el tratamiento adecuado.
Posibles causas
Las posibles causas de vómitos y diarrea en niños incluyen:
1. Gastroenteritis
La gastroenteritis es una inflamación intestinal contagiosa causada por virus, bacterias o parásitos que, según el agente infeccioso, además de vómitos y diarrea, puede provocar fiebre, dolor abdominal y, en algunos casos, diarrea con moco o sangre.
Qué hacer: se debe acudir al médico para que realice un diagnóstico que permita identificar si el origen es viral, bacteriano o parasitario y así determinar el tratamiento más adecuado, que puede incluir antibióticos o antiparasitarios.
El pediatra también puede indicar rehidratación oral y una dieta específica para proteger el sistema digestivo y favorecer la recuperación.
2. Intoxicación alimentaria
La intoxicación alimentaria por toxinas bacterianas se caracteriza por vómitos intensos de inicio súbito, que suelen aparecer pocas horas después de ingerir alimentos contaminados, y puede acompañarse de diarrea y cólicos abdominales.
Qué hacer: es importante mantener la hidratación con sales de rehidratación oral o suero casero. Conozca más sobre la intoxicación alimentaria.
3. Efecto secundario de medicamentos
El uso de antibióticos y otros medicamentos puede alterar la microbiota intestinal y provocar diarrea, además de causar náuseas o vómitos como efecto secundario.
Qué hacer: se recomienda mantener una adecuada hidratación y acudir al médico para evaluar la necesidad de ajustar o suspender el tratamiento.
4. Infecciones transmitidas por agua o alimentos
Las infecciones transmitidas por agua o alimentos suelen presentarse durante brotes originados por fallas en la higiene, la preparación o el almacenamiento de los alimentos, o por el consumo de agua no segura, y puede ser causadas por virus, bacterias o parásitos.
Qué hacer: se recomienda mantener una hidratación adecuada mientras el médico determina el agente infeccioso causante que le permita elegir el tratamiento más apropiado.
Signos de alerta de deshidratación
Los signos de alerta de deshidratación en niños con vómitos y diarrea son:
- Ojos hundidos;
- Llanto sin lágrimas;
- Disminución de la cantidad de orina;
- Piel seca;
- Comportamiento fuera de lo normal, como irritabilidad o apatía;
- Sequedad en la boca, labios y lengua.
La presencia de uno o más de estos signos indica que el niño puede estar deshidratado y necesita atención médica inmediata.
La deshidratación puede avanzar rápidamente en los niños, por lo que recibir tratamiento oportuno es esencial para restablecer el equilibrio de líquidos y prevenir complicaciones.
Lea también: Deshidratación en niños: qué es, síntomas y tratamiento tuasaude.com/es/deshidratacion-en-ninosCómo evitar la deshidratación
Para prevenir la deshidratación, se pueden usar suero de rehidratación oral disponible en farmacias o preparar suero casero, que deben ingerirse después de cada episodio de vómito o diarrea. La administración del suero se debe realizar de la siguiente manera:
- Vómitos: se debe comenzar la rehidratación con poca cantidad 1 cucharadita cada 5 minutos en lactantes, y en niños más grandes 1 o 2 cucharaditas cada 2 o 5 minutos e ir aumentando de forma gradual según tolerancia.
- Diarrea: se debe ofrecer la cantidad de suero que el niño desee después de cada evacuación, ya que si está deshidratado, su cuerpo indicará la cantidad necesaria. De forma práctica, si el niño no está deshidratado, se recomienda ofrecer a menores de 2 años de 1/4 a 1/2 taza de suero por evacuación, y a mayores de 2 años, de 1/2 a 1 taza.
El suero no debe mezclarse con otros líquidos para mejorar el sabor, ya que esto puede empeorar la diarrea. Una vez abierto o preparado, debe mantenerse en refrigeración y desecharse después de 24 horas.
Cómo debe ser la alimentación
La tabla a continuación muestra los alimentos permitidos y los que deben ser evitados en niños con vómitos y diarrea:
Cuando hay diarrea y vómitos en niños, es importante ofrecer alimentos en pequeñas porciones varias veces al día, preferiblemente cocidos y de fácil digestión, para favorecer la recuperación del intestino y evitar la sobrecarga del sistema digestivo.
Se debe mantener este tipo de alimentación hasta que el niño haya pasado al menos 24 horas sin presentar episodios de diarrea ni vómito.
En el caso de los bebés que reciben lactancia materna, esta debe mantenerse aunque existan vómitos o diarrea, procurando ofrecer tomas más cortas y frecuentes para evitar que el estómago se llene en exceso y se produzcan nuevos episodios de vómito.
Medicamentos para el vómito y diarrea en niños
El tratamiento para los vómitos y diarrea debe ser indicado por el pediatra y puede incluir:
- Solución de rehidratación oral, para prevenir y corregir la deshidratación;
- Suplementos con zinc, ayuda a reducir la duración e intensidad de la diarrea, sobre todo en niños con riesgo de deficiencia.
- Racecadotrilo, indicado para la diarrea;
- Antieméticos y antibióticos, solo bajo indicación médica en casos específicos, según la causa y gravedad de los síntomas.
- Antidiarreicos que frenan el intestino, como loperamida, no recomendados en menores de 5 años;
- Probióticos.
Además, si el niño tiene vómitos persistentes y si presenta otros síntomas como fiebre, dolor y malestar abdominal, el pediatra puede indicar el uso de paracetamol para aliviar los síntomas.
El tratamiento principal de los vómitos y la diarrea en niños se basa en la rehidratación oral con soluciones de baja osmolaridad, que siempre debe ser la prioridad.
Los medicamentos se utilizan únicamente en situaciones concretas y como complemento de la rehidratación, nunca como sustituto.
Vea cómo preparar el suero casero en el vídeo a continuación: