El síncope vasovagal es una pérdida de conciencia súbita y transitoria provocada por una breve reducción del flujo sanguíneo al cerebro, y ocurre cuando hay una disminución de la presión arterial y la frecuencia cardíaca debido a un estímulo inapropiado en el nervio vago. Este nervio se extiende desde el cerebro al estómago y es muy importante para regular muchas funciones vitales.
Las causas exactas que dan lugar a la aparición del síncope vasovagal, también llamado reflejo vagal, síncope o desmayo común, aún no se conocen bien, pero esta alteración es más frecuente en jóvenes de entre 20 y 30 años, y en personas mayores de 70 años.
Aunque el síncope vasovagal es benigno y no presenta riesgos graves para la salud, puede ser extremadamente incómodo y causar caídas y/o fracturas. No existe un tratamiento específico para la afección, pero es posible adoptar medidas para prevenir este problema, como reducir el estrés, mantenerse hidratado y hacer ejercicio.

Causas del síncope vasovagal
El síncope vasovagal es causado por una caída en la presión arterial y la frecuencia cardíaca debido a ciertos estímulos en el nervio vago. La causa exacta que lleva al desarrollo de esta reacción por parte del organismo aún se desconoce, sin embargo, algunas de las principales situaciones que desencadenan este cambio son:
- Ansiedad;
- Estrés emocional extremo;
- Miedo;
- Dolor;
- Alteraciones en la temperatura del ambiente;
- Mantenerse de pie por mucho tiempo;
- Ejercicios físicos.
Además, es importante observar si la persona utiliza algún medicamento que pueda estar estimulando la aparición de crisis, como diuréticos o antihipertensivos betabloqueantes, por ejemplo.
Además, el médico debe investigar otras causas de desmayo que puedan confundirse con el síndrome vasovagal, como las arritmias o la epilepsia, por ejemplo. Conozca las principales causas del desmayo y cómo evitarlo.
Principales síntomas
Los principales síntomas del síncope vasovagal son:
- Pérdida de consciencia que dura algunos segundos a minutos;
- Fatiga y debilidad;
- Sudoración;
- Náuseas;
- Alteraciones visuales;
- Mareos;
- Palidez;
- Dolor de cabeza;
- Disartria, que es la dificultad para pronunciar palabras;
- Hormigueo o adormecimiento del cuerpo.
La recuperación después de un desmayo suele ser rápida y algunas personas, especialmente las personas mayores, pueden experimentar síntomas después de despertarse, como desorientación, confusión, dolor de cabeza, náuseas y mareos.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico del síncope vasovagal lo realiza el médico a través de una cuidadosa evaluación clínica, con identificación de los síntomas, examen físico, observación de los fármacos utilizados y solicitud de exámenes, como electrocardiograma, holter y análisis de laboratorio, que permiten el diagnóstico de este síndrome y diferenciarlo de otros tipos de mareos.
La prueba de inclinación es un examen que puede estar indicado para ayudar a confirmar, cuando existen dudas sobre la causa del síncope. Es un examen realizado por un cardiólogo experimentado, ya que trata de simular una condición que suele desencadenar la pérdida del conocimiento, especialmente cuando se presenta por cambios en la postura. Durante la prueba, el paciente se acuesta en una camilla, que estará inclinada en una posición que puede provocar cambios en la presión arterial, e incluso puede ser estimulada por la medicación.
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Cómo se realiza el tratamiento
La principal forma de tratamiento del síndrome vasovagal es la adopción de medidas para evitar las causas desencadenantes y prevenir nuevas crisis, como no estar mucho tiempo de pie, levantarse rápidamente, permanecer en un ambiente muy caluroso o estar muy estresado.
Además, mantenerse bien hidratado, beber de 1,5 a 2 litros de agua al día y retirar los medicamentos antihipertensivos que pueden estar empeorando la condición son medidas muy importantes. Si aparecen síntomas que indiquen la crisis, se pueden adoptar posiciones que alivien el padecimiento, como acostarse con las piernas elevadas, realizar maniobras de contracción muscular y respirar profundamente.
El uso de medicamentos puede ser indicado por el médico en casos que no mejoren con el tratamiento inicial. Por lo que puede indicar fludrocortisona, que es un mineralocorticoide que aumenta la retención de agua y sodio en el torrente sanguíneo, o midodrina que es un medicamento que aumenta la contracción de los vasos sanguíneos y del corazón, contribuyendo a mantener estable la presión arterial.