Rodilla inflamada: 9 causas y qué hacer

La rodilla se hincha cuando aumenta la cantidad de líquido sinovial, que es el encargado de lubricar esta articulación. Esta inflamación puede surgir por accidentes, como golpes o caídas, o al practicar deportes como fútbol, baloncesto o carreras, donde es posible lesionarse los ligamentos o el menisco.

Además, la hinchazón de la rodilla también puede estar relacionada con enfermedades como artrosis, artritis, infecciones o la presencia de un quiste de Baker, que es un pequeño bulto que aparece detrás de la rodilla.

Es importante informar al médico o fisioterapeuta cómo inició el dolor, si hubo una caída, en qué posición estaba la rodilla o si existe alguna enfermedad previa. Según la causa, el profesional podrá indicar el tratamiento más adecuado, que puede incluir reposo, compresas frías o el uso de pomadas antiinflamatorias para aliviar el dolor y reducir la inflamación.

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9 causas de rodilla inflamada

Algunas situaciones pueden causar inflamación en la rodilla son:

1. Traumatismo directo 

Después de una caída o un golpe directo o indirecto en la rodilla, es común que aparezcan inflamación y dolor. Esto suele indicar una contusión, un esguince o una sinovitis traumática aguda, que ocurre cuando la membrana sinovial, responsable de recubrir la parte interna de la articulación, se inflama tras el impacto.

Cuando la persona cae de rodillas y, al pasar las horas, nota que la zona se hincha o duele más durante la noche, es probable que se trate de una sinovitis traumática aguda. En algunos casos, puede haber acumulación de sangre dentro de la articulación, lo que provoca dolor más intenso, rigidez y un color morado en la rodilla afectada.

Qué hacer: colocar una compresa helada puede aliviar el dolor, pero también se recomienda reposo con la pierna elevada y se puede aplicar una pomada para traumatismo, como diclofenaco, por ejemplo. Conozca más sobre la sinovitis en la rodilla.

2. Artrosis

La artrosis puede dejar la rodilla aparentemente hinchada, debido a las deformidades que la enfermedad produce, que deja la rodilla más grande, más ancha y menos redonda de lo normal. Esta alteración es muy común en ancianos, pero puede afectar a personas más jóvenes, como aquellas cerca de los 40 años de edad. 

Qué hacer: se recomienda hacer fisioterapia, con aparatos electrónicos para el alivio del dolor, técnicas de manipulación articular, ejercicios de estiramiento y fortalecimiento.

Otras medidas que pueden ayudar son modificaciones en la vida diaria como, perder peso, evitar hacer esfuerzos, preferir usar tenis o calzado muy cómodo que caminar de sandalias o descalzo, por ejemplo. 

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3. Artritis

La artritis en la rodilla puede ser causada por una caída, exceso de peso, desgaste natural de la articulación o alteraciones del sistema inmune, como ocurre en la artritis reumatoide, que provoca hinchazón y dolor.

También puede presentarse una artritis reactiva, en la que la inflamación y el dolor en la rodilla surgen como respuesta a infecciones en otras partes del cuerpo, como gonorrea en los genitales, infecciones intestinales por Salmonella o infestaciones por parásitos.

Qué hacer: se recomienda informar al médico si se presentan otros síntomas, si existe alguna enfermedad previa o si se está bajo tratamiento médico. En caso de artritis, el tratamiento suele incluir antiinflamatorios recetados por el médico y sesiones de fisioterapia para aliviar el dolor y mejorar la movilidad.

Además, es importante realizar cambios en el estilo de vida, evitando esfuerzos físicos que puedan empeorar la inflamación. La alimentación también desempeña un papel clave: se aconseja seguir una dieta rica en alimentos con propiedades antiinflamatorias y reducir el consumo de productos industrializados, como salchichas y tocino.

4. Infección en la rodilla

Cuando la rodilla se mantiene roja e hinchada, puede estar ocurriendo un proceso inflamatorio o incluso una infección en la articulación. En estos casos, también pueden aparecer otros síntomas, como calor local, dolor intenso, fiebre o dificultad para mover la pierna.

Estas señales pueden indicar problemas como artritis infecciosa, bursitis séptica o sinovitis, condiciones que requieren evaluación médica inmediata para evitar complicaciones y recibir el tratamiento adecuado.

Qué hacer: en estos casos, se aconseja acudir al médico lo antes posible, especialmente si la rodilla está muy caliente, permanece inflamada por más de 7 días, el dolor impide mover la pierna o aparecen otros síntomas como fiebre por encima de 38 °C. Estas señales pueden indicar una infección o inflamación más grave que requiere tratamiento inmediato.

5. Quiste de Baker 

El quiste de Baker es un pequeño bulto que se forma detrás de la rodilla y que puede causar una hinchazón ligera en la zona. Es común que se presente dolor y rigidez, los cuales suelen empeorar al extender la rodilla o durante la actividad física.

Cómo tratar: la fisioterapeuta se recomienda para combatir el dolor y el malestar, pero no elimina el quiste, aunque pueda facilitar la vivencia como él. Conozca más sobre el tratamiento del quiste de Baker.

6. Lesión en los ligamentos 

La ruptura del ligamento cruzado anterior suele ocurrir de forma repentina, como durante un partido de fútbol o una actividad que implique un giro brusco de la rodilla. En muchos casos, la persona escucha un “chasquido” fuerte en el momento de la lesión, lo que ayuda a identificar el problema.

Tras la ruptura, es común sentir que la rodilla se hincha rápidamente, además de presentar dolor y, en algunos casos, una sensación de crepitación o inestabilidad al intentar moverla.

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Qué hacer: se debe acudir al ortopedista porque son necesarios exámenes para aliviar el nivel de ruptura del ligamento, y evaluar la posibilidad de fisioterapia y/o cirugía. Conozca cómo tratar una lesión en los ligamentos de la rodilla.

7. Lesión en el menisco 

La rodilla no siempre se inflama en caso de lesión en el menisco, pero una pequeña hinchazón en el lateral de la rodilla puede sugerir esa lesión. Otros síntomas comunes son el dolor en la rodilla al caminar, subir y bajar escaleras. 

Qué hacer: una consulta con el ortopedista está indicada porque pueden ser necesarios exámenes como resonancia para comprobar la lesión. Para tratarla está indicado hacerle una fisioterapia, y en algunos casos, la cirugía puede ser una opción para eliminar definitivamente el dolor.

8. Luxación de la rótula 

Una caída o accidente brusco puede dislocar la rótula provocando una luxación o fractura rotular. En este caso, además de dolor y de la hinchazón, se puede observar que la rótula se encuentra dislocada para un lado. 

Qué hacer: se debe acudir al servicio de urgencias para realizar exámenes, como una radiografía, que permitan evaluar la gravedad de la lesión. El ortopedista podrá reposicionar la rótula manualmente o, si es necesario, indicar una cirugía.

Mientras se espera la atención médica, aplicar una compresa fría sobre la rodilla puede ayudar a aliviar el dolor y la inflamación. Si el dolor persiste después de unas 3 semanas, también se recomienda iniciar fisioterapia para recuperar la movilidad y fortalecer la articulación.

9. Bursitis 

La bursitis de rodilla es la inflamación de un saco o bolsita pequeña que se encuentra cerca de la articulación de la rodilla. Esta bolsita tiene un líquido adentro que ayuda a reducir la fricción y amortigua los puntos de presión entre los huesos y tendones, músculos y la piel. 

Esta inflamación ocasiona dolor y puede restringir tu movilidad. Las causas generalmente son una sobrecarga fuerte, un golpe importante sobre la rodilla o ser parte de una complicación relacionada con otras enfermedades como artrosis, artritis o gota, por ejemplo.

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Qué hacer: el tratamiento debe ser orientado por un médico y depende de la causa de la bursitis. Cuando los primeros síntomas aparecen, suele ser posible aliviar el dolor descansando la rodilla, aplicando hielo varias veces al día o manteniéndola elevada.

Además, el médico puede indicar el uso de medicamentos antiinflamatorios, como diclofenaco o ketoprofeno, o relajantes musculares como ciclobenzaprina. Si la bursitis está asociada a una infección, también puede ser necesario el uso de antibióticos. 

Dolor e hinchazón en la rodilla en el embarazo

La hinchazón en la rodilla durante el embarazo es común y se debe a la retención natural de líquidos en las piernas, causada por el efecto de las hormonas progesterona y estrógeno, que provocan la dilatación de las venas.

El aumento del peso y del tamaño del abdomen también puede favorecer la acumulación de líquido y la inflamación de los tejidos de la rodilla, lo que contribuye a la hinchazón.

Qué hacer: se recomienda descansar con las piernas elevadas y usar calzado bajo y cómodo, como tenis suaves. También puede ayudar aplicar chorros de agua fría sobre las rodillas mientras las piernas están elevadas, por ejemplo, apoyadas en el borde de una piscina. No se debe tomar medicamentos ni aplicar pomadas sin la orientación de un obstetra.

Cómo se realiza el tratamiento

Cuando la rodilla está hinchada se aconseja descansar la pierna afectada y aplicar una compresa fría en las primeras 48 horas para reducir la hinchazón. Sin embargo, si el dolor y la hinchazón se mantienen por más de 2 días, se recomienda consultar a un ortopedista para diagnosticar el problema e iniciar el tratamiento adecuado.

En caso de rodilla hinchada, lo que se puede hacer para tratar el problema en casa incluye:

  • Mantener el reposo, apoyando la pierna en una superficie más alta;
  • Aplicar una compresa fría en las primeras 48 horas para reducir la hinchazón;
  • Aplicar una compresa tibia a partir de las 48 horas para aliviar el dolor muscular;
  • Tomar medicamentos antiinflamatorios y analgésicos, como Paracetamol o Ibuprofeno, de 8 en 8 horas y bajo la orientación de un médico.

Sin embargo, si el dolor y la hinchazón se mantienen por más de 7 días, se aconseja consultar a un ortopedista, ya que puede ser necesario hacer tratamiento con fisioterapia, retirar el exceso de líquido de la rodilla con aguja o, en los casos más graves, hacer cirugía de la rodilla. Conozca cómo tratar una lesión de rodilla.