La Legionella pneumophila es una bacteria que puede ser encontrada en agua estancada y en ambientes calientes y húmedos, como bañeras y aires acondicionados. Cuando es inhalada, esta bacteria logra permanecer y desenvolverse en el sistema respiratorio, ocasionando el desarrollo de la enfermedad denominada legionelosis, también conocida como enfermedad del legionario.
La infección por la Legionella pneumophila ocasiona el surgimiento de síntomas respiratorios como dificultad para respirar, falta de aire y dolor en el pecho. Es importante que la infección por dicha bacteria sea identificada y tratada de acuerdo con las indicaciones del neumólogo o médico general, con el objetivo de que sean evitadas complicaciones que puedan colocar en riesgo la vida.
El tratamiento para la legionelosis debe ser realizado con antibióticos, de acuerdo con la gravedad de los síntomas, pudiendo ser necesaria la hospitalización y el uso de mascarillas de oxígeno.

Principales síntomas
Los principales síntomas de la infección por Legionella son:
- Dolor en el pecho;
- Fiebre alta;
- Tos seca, pero que puede contener sangre;
- Dificultad para respirar y falta de aire;
- Escalofríos;
- Malestar general;
- Dolor de cabeza;
- Vómitos, dolor abdominal y diarrea.
Los síntomas de la infección pueden surgir hasta 10 días después del contacto con la bacteria. En caso de que sea determinada la presencia de estos síntomas, es importante que la persona consulte el neumólogo o médico general, con la finalidad de confirmar el diagnóstico e iniciar el tratamiento más apropiado, evitando el desarrollo de complicaciones graves, como insuficiencia respiratoria, por ejemplo.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico de la infección por Legionella normalmente es realizado mediante la observación de los signos y síntomas presentados, así como la evaluación del resultado del hemograma, del análisis de las secreciones respiratorias y de la radiografía de tórax.
Causas de la infección por Legionella
La Legionella pneumophila se desarrolla fácilmente en ambientes calientes y húmedos, por lo cual puede encontrarse en agua estancada (principalmente si existen algas o musgo), tanques de agua contaminada, pozos de agua, ríos, lagos, suelos húmedos, sistemas de refrigeración, nebulizadores, humidificadores de aire, saunas, spas o filtros de aire acondicionado.
La infección por dicha bacteria ocurre cuando se tienen contacto con algunos de esos ambientes, aunque la forma más común es por inhalación de partículas de polvo liberadas en el aire cuando el aire acondicionado, cuyo filtro no se ha limpiado periódicamente, es encendido. Pese a que la inhalación sea la forma más común de contaminación, la bacteria también puede ser adquirida al nadar en lagos y piscinas contaminadas.
Este tipo de infección puede ocurrir en cualquier individuo; no obstante, es más común en adultos mayores, fumadores y/o que tengan el sistema inmunitario debilitado debido a enfermedades crónicas como enfisema pulmonar, asma, diabetes o insuficiencia hepática, por ejemplo.
Cómo es realizado el tratamiento
El tratamiento de la infección por la Legionella pneumophila puede variar según la gravedad de los síntomas presentados por la persona, pudiendo ser realizado en el hospital y ser indicado por el médico el uso de antibióticos, la administración de suero directamente en la vena y el uso de mascarilla de oxígeno para favorecer la respiración de la persona.
Los antibióticos que pueden ser recomendados por el médico son ciprofloxacino, azitromicina, levofloxacino y eritromicina, pudiendo ser indicado su uso de 7 a 10 días.
El tiempo de hospitalización varía de acuerdo con la recuperación del paciente. En ciertos casos, la enfermedad puede ser curada en 10 días, pero en las situaciones más graves, que ocurren cuando el paciente posee una edad avanzada, es fumador o posee otras enfermedades respiratorias y el sistema inmune debilitado, puede tomar más tiempo para curarse.
Cómo prevenir la infección por Legionella
La infección por Legionella pneumophila puede ser grave, por lo que es importante tener ciertos cuidados para evitar la infección, siendo recomendado tomar las siguientes medidas:
- No bañarse o ducharse con agua muy caliente, especialmente en sitios públicos como gimnasios u hoteles;
- No usar saunas, bañeras de hidromasaje o jacuzzis que no se hayan limpiado durante mucho tiempo;
- Bañarse en la bañera abriendo poco el grifo, para disminuir la presión del agua;
- Limpiar los filtros y las bandejas de aire acondicionado con agua y cloro cada 6 meses;
- Sumergir la regadera de la ducha en una mezcla de agua con cloro, para desinfectarla.
Estos cuidados son especialmente indicados en caso de epidemia por Legionella; sin embargo, es importante evitar todo tipo de agua estancada y crear el hábito de limpiar las regaderas con cloro regularmente.