La hipertensión intracraneal es un aumento de la presión dentro del cráneo y alrededor de la médula espinal, que puede provocar síntomas como dolor de cabeza persistente, alteraciones de la conciencia o de la visión, vómito y debilidad o parálisis de un lado del cuerpo, entre otros.
Este aumento de la presión puede presentarse sin una causa específica, lo que se conoce como forma idiopática, o de manera secundaria, asociada a traumatismos o enfermedades como el tumor cerebral, entre otras.
Es importante que la hipertensión intracraneal sea diagnosticada y tratada con rapidez para evitar complicaciones, como la pérdida de visión, y a menudo se maneja en el ámbito hospitalario mediante el uso de medicamentos diuréticos o la realización de una cirugía.
Principales síntomas
Los signos y síntomas de la hipertensión intracraneal pueden incluir:
- Dolor de cabeza persistente;
- Alteración en el nivel de consciencia;
- Vómitos;
- Alteraciones en la visión, como pupilas dilatadas, puntos oscuros, visión doble o borrosa;
- Zumbido en el oído;
- Debilidad o parálisis de un miembro o de un lado del cuerpo;
- Dolor en los hombros o el cuello.
En algunos casos, puede hasta existir ceguera temporal, en la cual la persona puede quedar ciega durante algunos periodos del día. En otras personas, puede tornarse permanente, dependiendo de la manera como la presión afecte al nervio óptico.
Posibles causas
Según las causas, la hipertensión intracraneal puede dividirse en:
La hipertensión intracraneal debe ser atendida por neurólogos y, cuando hay problemas de visión, también por oftalmólogos para identificar la causa y definir el tratamiento adecuado.
Cómo confirmar el diagnóstico
El médico puede sospechar de hipertensión intracraneal solo a través de los síntomas y cuando no existan otras causas que puedan estar provocando las alteraciones.
Sin embargo, generalmente es necesario hacer varios exámenes para confirmar el diagnóstico y lograr encontrar el origen.
Para esto, los exámenes más comunes incluyen tomografía computarizada, resonancia magnética o inclusive una punción lumbar. Vea cómo se realiza el examen de punción lumbar.
En caso de hipertensión intracraneal grave, el médico puede llegar al diagnóstico a través de la triada de Cushing.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la hipertensión intracraneal se realiza normalmente en el hospital y puede variar según se trate de una forma idiopática o secundaria.
El médico puede indicar medicamentos diuréticos, como los inhibidores de la anhidrasa carbónica, que ayudan a disminuir la producción de líquido cefalorraquídeo, reduciendo la presión dentro del cráneo y protegiendo los nervios ópticos.
Lea también: Diuréticos: qué son, tipos y contraindicaciones tuasaude.com/es/diureticos-tiposEn los casos más graves, puede requerirse una cirugía para drenar el exceso de líquido mediante un tubo colocado directamente en la zona afectada.
En la hipertensión intracraneal secundaria puede ser necesario tratar la enfermedad que provocó el aumento de la presión.
Posibles complicaciones
La hipertensión intracraneal puede causar complicaciones como:
- Pérdida de la visión;
- Episodios de visión borrosa o pérdida parcial de la vista, que pueden repetirse varias veces al día;
- Papiledema crónico, que es la inflamación del nervio óptico;
- Dolor de cabeza crónico.
Además, cuando la presión se mantiene elevada por mucho tiempo o aumenta demasiado, existe el riesgo de herniación, que puede manifestarse con la tríada de Cushing, una condición en la que se ven comprometidas funciones vitales como la respiración, la presión arterial y los latidos del corazón.