Hidrocefalia : qué es, síntomas y tratamiento

Actualizado en julio 2023

La hidrocefalia es la acumulación anormal y excesiva de líquido del cerebro, un líquido producido por los ventrículos cerebrales, y tiene la función de proteger las estructuras del cerebro y la médula espinal contra los daños, además de proveer nutrientes. Generalmente, la hidrocefalia es causada por una producción excesiva de líquido u obstrucción del flujo de ese líquido, llevando a la hinchazón del cerebro o problemas de desarrollo.

Aunque sea más común en los niños, debido a alteraciones del crecimiento del feto durante el embarazo, la hidrocefalia también puede surgir en los adultos como una complicación de enfermedades que afectan el cerebro, como meningitis o tumores cerebrales, por ejemplo.

En la mayoría de los casos la hidrocefalia no tiene una cura definitiva, sin embargo, se puede controlar y tratar por medio de diferentes tipos de cirugías, que deben ser orientadas por el neurólogo y realizarse lo más rápidamente posible para evitar secuelas, como retraso en el desarrollo físico y mental.

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Síntomas de hidrocefalia en niños

Los síntomas de hidrocefalia en niños varían de acuerdo con la edad, cantidad de líquido acumulado y las lesiones provocadas en el cerebro, que incluyen:

Niños con menos de 1 año

Los principales síntomas de hidrocefalia en niños con menos de 1 año de edad son:

  • Cabeza mayor de lo normal;

  • Mollera y venas de la cabeza dilatadas;

  • Crecimiento rápido del cráneo;

  • Dificultad para controlar la cabeza;

  • Irritabilidad;

  • Ojos que parecen mirar para abajo;

  • Convulsiones;

  • Náuseas y vómitos;

  • Somnolencia.

Además de eso, los niños pueden presentar rigidez, disminución de la fuerza muscular o dificultad para amamantar.

Niños de más de 1 año

En el caso de los niños con más de 1 año, los síntomas pueden ser un poco diferentes, incluyendo:

  • Dolor de cabeza;

  • Dificultad para caminar;

  • Ojos espaciados o estrabismo;

  • Movimientos involuntarios de los ojos;

  • Visión borrosa o doble;

  • Pérdida de los movimientos o falta de coordinación motora;

  • Irritabilidad o cambios de humor;

  • Crecimiento lento;

  • Incontinencia urinaria;

  • Somnolencia o cansando;

  • Náuseas o vómitos;

  • Problemas de aprendizaje, falta de memoria.

Asimismo, otros problemas que el niño puede tener son la pérdida del control de esfínteres, orinar frecuentemente, así como dificultad para despertar o permanecer despierto.

Síntomas de hidrocefalia en adultos

La hidrocefalia en la edad adulta no se presenta con el aumento del tamaño de la cabeza, ya que los huesos del cráneo ya están completamente desarrollados. Esto ocasiona que los síntomas sean más intensos, apareciendo más rápidamente, ya que el cerebro termina siendo presionado contra el cráneo.

Los principales síntomas de hidrocefalia en adultos o adultos mayores son:

  • Dolor de cabeza intenso;

  • Dificulta para caminar;

  • Incontinencia urinaria;

  • Pérdida de la coordinación y equilibrio.

Además de eso, otros síntomas que pueden ocurrir son la pérdida progresiva de la memoria, deterioro mental o del raciocinio.

Cómo confirmar el diagnóstico

La hidrocefalia puede ser diagnosticada por el obstetra en el periodo prenatal a través de la realización del ultrasonido obstétrico. Sin embargo, es más común que el diagnóstico sea realizado por el pediatra después del nacimiento, a través de la evaluación de los signos y síntomas del bebé, y del examen neurológico completo.

Por otro lado, el médico puede realizar exámenes de imagen, como ultrasonido, resonancia magnética o tomografía computada, para evaluar detalladamente el cerebro. Estos exámenes pueden ser efectuados en niños y en adultos con sospecha de hidrocefalia.

Posibles causas de hidrocefalia

La hidrocefalia sucede cuando hay un bloqueo del pasaje del líquido cerebral, aumento de la producción o mala absorción del mismo por el organismo, pudiendo suceder debido a malformaciones fetales, presencia de tumores, infecciones o como consecuencia de un accidente cerebrovascular (ACV), por ejemplo.

De acuerdo con las causas, la hidrocefalia puede clasificarse en 3 tipos principales:

  • Hidrocefalia fetal o congénita: ocurre en el feto, debido a factores genéticos que llevan a la malformación del sistema nervioso central, por ingestión de drogas de la mujer embarazada o infecciones en el embarazo, como toxoplasmosis, sífilis, rubéola o citomegalovirus;

  • Hidrocefalia infantil: es adquirida en la infancia y puede ser causada por malformaciones cerebrales, tumores o quistes que provocan obstrucción, siendo llamada hidrocefalia obstructiva o no comunicante. También puede suceder debido a hemorragias, traumatismos o infecciones del sistema nervioso central, que causan desequilibrio entre la producción de líquido y su absorción, siendo llamada hidrocefalia comunicante.

  • Hidrocefalia de presión normal: que ocurre en adultos o adultos mayores, principalmente a partir de los 65 años de edad, debido a traumatismos craneanos, ACV, tumores cerebrales, hemorragia o como consecuencia de enfermedades degenerativas, como Alzheimer. En estos casos, hay una mala absorción del líquido o exceso de producción.

Es importante que la causa de hidrocefalia sea identificada, pues así es posible que el pediatra o neurólogo pueda indicar el tratamiento más adecuado, de manera de eliminar la causa y evitar el agravamiento de los síntomas.

Tratamiento de hidrocefalia

El tratamiento para la hidrocefalia puede variar de acuerdo a la causa, sin embargo, el pediatra o neurólogo normalmente indican la realización de cirugía de emergencia para evaluar los síntomas y controlar la enfermedad.

Esta cirugía puede ser realizada de diferentes maneras:

  • Inserción de un shunt, que consiste en la colocación de un pequeño tubo en el cerebro con una válvula que drena el líquido acumulado para otra área del cuerpo, como el abdomen o tórax, impidiendo la acumulación de líquido en el cerebro, facilitando su absorción por la corriente sanguínea;
  • Ventriculostomía, que consiste en la introducción de un aparato fino, a través de una abertura en el cráneo, para aliviar la presión en el cerebro y hacer circular el líquido.

La inserción del shunt normalmente es realizada después del nacimiento del bebé con hidrocefalia fetal o congénita. Sin embargo, en algunos casos, la cirugía puede ser realizada con el bebé dentro del útero de la madre para desviar el exceso de líquido para el líquido amniótico, pudiendo ser indicada por el médico a partir de la semana 35 de embarazo.

Después del nacimiento, debe hacerse otra cirugía en el bebé para desviar el líquido para otra parte del cuerpo. A pesar de que aún no sea posible prevenir la hidrocefalia, las madres pueden evitarla, efectuando el tratamiento contra las infecciones conforme la indicación del obstetra, evitando el uso de drogas y tomando ácido fólico durante el embarazo. Conozca cómo tomar el ácido fólico durante el embarazo.

Asimismo, existen otras cirugías que ayudan a resolver la causa del problema y pueden ser realizadas para tratar la hidrocefalia, como cirugía para retirar tumores o partes del cerebro que estén produciendo mucho líquido, por ejemplo.

Posibles complicaciones

Las complicaciones de hidrocefalia en bebés o niños son más comunes cuando el tratamiento no es realizado en las etapas iniciales de la enfermedad, existiendo mayores posibilidades de daños en el tejido cerebral. De esta manera, el niño puede tener problemas en su desarrollo mental o motor, como dificultades de aprendizaje, raciocinio, comunicación, memoria, al caminar o controlar la voluntad de orinar o defecar, por ejemplo.

En los casos más graves, la hidrocefalia puede causar daños cerebrales irreparables, como retraso mental o parálisis, o inclusive colocar la vida del niño en riesgo.

De esta manera, es importante mantener el acompañamiento regular del médico para prevenir estas complicaciones y tratarlas lo más rápidamente posible, de forma de evitar daños en el cerebro.

¿La hidrocefalia tiene cura?

En la mayoría de los casos, la hidrocefalia no tiene una cura definitiva; sin embargo, se pueden aliviar los síntomas y evitar el surgimiento de complicaciones a través del tratamiento indicado por el médico.

De todas maneras, existen algunos casos en que es posible alcanzar la cura, principalmente en la situación que la hidrocefalia es causada por una infección y todavía se encuentra en su etapa inicial, ya que a partir del momento en que la infección es tratada, la presión en el cerebro disminuye y la hidrocefalia desaparece.