Hernia de Schmorl: causas, síntomas y tratamiento

Actualizado en abril 2024

La hernia de Schmorl, también conocida como nódulo de Schmorl, es un tipo de hernia de disco que ocurre cuando parte del material gelatinoso que se encuentra dentro del disco se desplaza hacia el interior del cuerpo vertebral. Por lo general, no suele causar síntomas, sin embargo, en algunas ocasionar puede ocurrir la compresión de algún nervio local, lo que ocasiona dolor en la columna.

En la mayor parte de los casos, la hernia de Schmorl no suele ser motivo de preocupación y es descubierta a través de la realización de exámenes de imagen, como una resonancia magnética o una tomografía, por ejemplo.

La hernia de Schmorl es más común en la parte final de la columna torácica y al inicio de la lumbar, entre las vértebras L5 y S1. Además, suele surgir en personas con más de 45 años de edad.

Imagem ilustrativa número 1

Síntomas de la hernia de Schmorl

En la mayoría de los casos, la hernia de Schmorl no causa síntomas. No obstante, cuando el nódulo es grande y existe inflamación asociada o cuando existe más de un nódulo, es posible que se sienta dolor en la columna o en la región lumbar, sobre todo cuando hay compresión de algún nervio local. 

Posibles causas

Las causas de la hernia de Schmorl todavía no son totalmente conocidas; sin embargo, se cree que ciertos factores pueden estar relacionados con esta alteración, los cuales incluyen:

  • Traumatismos de gran impacto, como en el caso de un accidente de motocicleta o cuando una persona cae e impacta primero su cabeza contra el suelo;
  • Traumatismo repetitivo, como cuando la persona levanta frecuentemente objetos pesados por encima del nivel de la cabeza;
  • Enfermedades degenerativas del disco vertebral;
  • Reacción del sistema inmune, que ejerce su acción contra el disco cuando este se encuentra dentro de una vértebra;
  • Alteración genética durante la formación de las vértebras en la gestación.

Asimismo, ciertas enfermedades como osteomalacia, hiperparatiroidismo, osteoporosis, enfermedad de Paget, infecciones o cáncer también pueden estar relacionadas con el surgimiento del nódulo de Schmorl. 

Cómo es realizado el diagnóstico

El diagnóstico de la hernia de Schmorl es realizado por el ortopedista a través de una evaluación física y de la indicación de exámenes de imagen, como una tomografía computarizada, radiografía o resonancia magnética, por ejemplo.

Entre estas pruebas, la más indicada es la resonancia magnética, pues además de revelar la presencia del nódulo, también indica si hay signos de inflamación, lo que puede sugerir la posible causa de la hernia, mientras que la tomografía y la radiografía solo revelan la presencia del nódulo.

Lea también: Resonancia magnética: para qué sirve, tipos y cómo se realiza tuasaude.com/es/resonancia-magnetica

Cómo se hace el tratamiento

El tratamiento para la hernia de Schmorl solo es realizado en los casos donde existen síntomas asociados.

En estos casos, el traumatólogo además de indicar reposo, también puede prescribir el uso de una faja para la espalda y analgésicos, como el paracetamol, o antiinflamatorios no esteroideos (AINES).

Lea también: Antiinflamatorios: qué son, principales tipos y cómo usar tuasaude.com/es/antiinflamatorios

Asimismo, también puede indicar la realización de infiltración o vertebroplastia, que es un procedimiento que consiste en la aplicación de cemento óseo en la vértebra, con el objetivo de disminuir la compresión intravertebral y aliviar el dolor y, en los casos más graves, puede ser indicado llevar a cabo una cirugía. 

La cirugía consiste en extirpar el disco dañado y reemplazarlo con un injerto óseo. En algunos casos, podría ser aplicada una placa o ser utilizados tornillos de metal para proporcionar más estabilidad durante la fusión vertebral.

Consecuencias de la hernia de Schmorl

El nódulo de Schmorl es una patología benigna que normalmente no genera síntomas y no suele causar ningún tipo de consecuencias a largo plazo.

Sin embargo, en situaciones más raras, el nódulo puede complicarse y ocasionar una infección o inflamación que afecta los nervios de la médula espinal, generando síntomas como dolor que se irradia hacia las piernas, debilidad muscular o entumecimiento.

En estos casos, es importante acudir al traumatólogo para que realice una evaluación e indique el tratamiento más adecuado.