La hernia de Schmorl, también conocida como nódulo de Schmorl, es una hernia de disco que se produce dentro de la vértebra, la cual suele ser descubierta por medio de la realización de exámenes de imagen como resonancia magnética o tomografía, por ejemplo.
En la mayor parte de los casos, la hernia de Schmorl no causa síntomas, por lo que no es motivo de preocupación. Sin embargo, en ciertas ocasiones, es posible que exista compresión de algún nervio local, lo que ocasiona dolor en la columna.
Este tipo de hernia es más común en la parte final de la columna torácica y al inicio de la lumbar, entre L5 y S1, siendo más encontrada en personas mayores de 45 años de edad. Esta afección no se considera grave ni tampoco indica cáncer.

Síntomas de la hernia de Schmorl
En la mayoría de los casos, la hernia de Schmorl no genera el surgimiento de signos ni síntomas; no obstante, cuando el nódulo es grande, cuando existe inflamación asociada o cuando existe más de un nódulo, es posible que se sienta dolor en la columna o en la región lumbar, sobre todo cuando hay compresión de algún nervio local.
Posibles causas
Las causas de la hernia de Schmorl todavía no son totalmente conocidas; sin embargo, se cree que ciertos factores pueden estar relacionados con esta alteración, los cuales incluyen:
- Traumatismos de gran impacto, como en el caso de un accidente de motocicleta o cuando una persona cae e impacta primero su cabeza contra el suelo;
- Traumatismo repetitivo, como cuando la persona levanta frecuentemente objetos pesados por encima del nivel de la cabeza;
- Enfermedades degenerativas del disco vertebral;
- Reacción del sistema inmune, que ejerce su acción contra el disco cuando este se encuentra dentro de una vértebra;
- Alteración genética durante la formación de las vértebras en la gestación.
Asimismo, ciertas enfermedades como osteomalacia, hiperparatiroidismo, osteoporosis, enfermedad de Paget, infecciones o cáncer también pueden estar relacionadas con el surgimiento del nódulo de Schmorl.
Cómo es realizado el diagnóstico
El diagnóstico de la hernia de Schmorl es realizado mediante exámenes de imagen, como la tomografía computarizada, radiografía o resonancia magnética. Entre estas pruebas, la más indicada es la resonancia magnética, pues además de revelar la presencia del nódulo, también indica si hay signos de inflamación, lo que puede sugerir la posible causa de la hernia, mientras que la tomografía y la radiografía solo revelan la presencia del nódulo.
Cómo se hace el tratamiento
El tratamiento para la hernia de Schmorl solo es realizado en los casos donde existe sintomatología, pudiendo ser indicado por el traumatólogo el uso de medicamentos para aliviar los síntomas, aparte de la realización de infiltración o vertebroplastia, que es un procedimiento que consiste en la aplicación de cemento óseo en la vértebra, con el objetivo de disminuir la compresión intravertebral y aliviar el dolor. En los casos más graves, puede ser indicado llevar a cabo una cirugía.
Consecuencias de la hernia de Schmorl
El nódulo de Schmorl es una patología benigna que normalmente no genera síntomas y no suele causar ningún tipo de consecuencias a largo plazo. Sin embargo, en ocasiones más raras, el nódulo puede complicarse causando infección o inflamación que afecta los nervios de la médula espinal, generando síntomas como dolor que se irradia hacia las piernas, debilidad muscular o entumecimiento. En estos casos, es necesario acudir al médico para que se realice el tratamiento más adecuado.