Hepatitis E: qué es, síntomas y tratamiento

Actualizado en agosto 2021

La hepatitis E es una enfermedad causada por el virus de la hepatitis E (VHE), el cual puede entrar en el organismo por medio del contacto o el consumo de agua y alimentos contaminados. Esta enfermedad es muchas veces asintomática, principalmente en niños, y normalmente es combatida por el propio organismo. 

Por el hecho de ser combatida por el propio sistema inmunitario, la hepatitis E no posee tratamiento específico, siendo únicamente recomendado permanecer en reposo y beber muchos líquidos, además de intentar garantizar mejores condiciones de saneamiento e higiene, especialmente con respecto a la preparación de los alimentos. 

Imagem ilustrativa número 1

Principales síntomas

La hepatitis E por lo general es asintomática, principalmente en niños; sin embargo, cuando surgen síntomas, los principales son:

  • Piel y ojos amarillos;
  • Comezón en el cuerpo;
  • Heces claras;
  • Orina oscura;
  • Fiebre baja;
  • Indisposición;
  • Náuseas;
  • Dolor abdominal;
  • Vómito;
  • Falta de apetito;
  • Puede haber diarrea. 

Los síntomas normalmente surgen entre 15 a 40 días después del contacto con el virus. El diagnóstico es realizado por medio de la búsqueda de anticuerpos contra el virus de la hepatitis E (anti-VHE) en una muestra de sangre o por medio de la búsqueda de partículas virales en las heces. 

Hepatitis E en el embarazo

La hepatitis E en el embarazo puede ser bastante grave, principalmente si la mujer tiene contacto con el virus de la hepatitis E en el tercer trimestre del embarazo, pues aumenta el riesgo de insuficiencia hepática fulminante y está asociada a una mayor tasa de mortalidad. Asimismo, puede generar un parto prematuro. 

Cómo se contagia la hepatitis E

La transmisión del virus de la hepatitis E ocurre vía fecal-oral, principalmente por el contacto o consumo de agua o alimentos contaminados por orina o heces de personas enfermas. En la actualidad también se han encontrado algunos casos de hepatitis E transmitidos por ratas infectadas, pero todavía no se tiene mucha información al respecto.  

El virus también puede ser transmitido por medio del contacto directo con personas infectadas, sin embargo, este modo de transmisión es más raro. 

No existe vacuna para la hepatitis E, pues se trata de una enfermedad de pronóstico benigno, autolimitada y poco usual. De esta forma, la mejor manera de prevenir la infección por el virus de la hepatitis E es por medio de medidas de higiene, como lavar las manos después de ir al baño y antes de comer, además de solo utilizar agua filtrada para beber, preparar o cocinar los alimentos. 

Cómo se realiza el tratamiento

La hepatitis E es autolimitada, es decir, es solucionada por el propio organismo, siendo necesario solo reposo, buena alimentación e hidratación. Asimismo, en caso de que la persona esté utilizando medicamentos inmunosupresores, como en personas trasplantadas, es recomendada la evaluación y el seguimiento médico hasta que la enfermedad sea solucionada, esto porque el virus de la hepatitis E es combatido por el sistema inmunitario. En caso de que haya necesidad, el médico podrá optar por tratar los síntomas presentados por la persona. 

En casos más graves, principalmente cuando haya coinfección con el virus de la hepatitis C o A, puede ser indicado el uso de medicamentos antirretrovirales, como a Ribavirina, por ejemplo, el cual no debe ser utilizado por embarazadas.