Hemorragia interna: síntomas, causas y tratamiento

Actualizado en julio 2022

La hemorragia interna es el sangrado que ocurre dentro del cuerpo, debido a venas o arterias que se rompen, causado por traumas o fracturas, así como por enfermedades, como hemofilia, gastritis o enfermedad de Crohn, o incluso por el uso de anticoagulantes o antiinflamatorios, por ejemplo.

Los síntomas de la hemorragia interna dependen del lugar en que se produzca y de la gravedad de la lesión, pudiendo no causar síntomas iniciales. Sin embargo, pueden haber síntomas como mareos, debilidad, falta de aire, confusión mental o por la pérdida de consciencia.

En caso de que haya síntomas de hemorragia interna se debe procurar atención médica de inmediato o acudir al servicio de urgencias más cercano, para que se realice el tratamiento lo antes posible, que puede ser por medio de una cirugía, aplicación de suero intravenoso o transfusión sanguínea, para evitar complicaciones que puedan poner la vida en riesgo.

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Síntomas de hemorragia interna

Los síntomas de hemorragia interna son:

  • Mareos;
  • Debilidad, que puede ser de un lado del cuerpo;
  • Sensación de adormecimiento de un lado del cuerpo;
  • Dolor de cabeza fuerte y súbita;
  • Dolor abdominal intensa;
  • Sangre en la orina o en las heces;
  • Sudor frío;
  • Dificultad para deglutir o masticar;
  • Falta de aire;
  • Tos con sangre;
  • Dolor en el pecho;
  • Náuseas y vómitos;
  • Alteraciones en la vista y la audición;
  • Diarrea;
  • Pérdida del equilibrio;
  • Falta de coordinación motora;
  • Somnolencia;
  • Pérdida de consciencia o desmayo.

Además, pueden surgir síntomas de choque hipovolémico, que es una situación que ocurre como consecuencia de la pérdida de una gran cantidad de sangre, y que puede poner la vida en riesgo, pudiendo observarse, como piel pálida y fría, palpitación cardíaca, confusión mental, así como dedos y labios morados. Vea cómo identificar el choque hipovolémico.

Es importante buscar ayuda médica de inmediato o acudir al servicio de urgencias más cercano, en caso de que surjan síntomas de hemorragia interna, para que se realice el diagnóstico y se inicie el tratamiento adecuado.

Cómo se confirma el diagnóstico

El diagnóstico de una hemorragia interna es realizado por el médico a través de una evaluación física, historial de salud, además de exámenes de sangre para conocer la gravedad de la hemorragia.

Además, el médico puede solicitar exámenes de imagen, como ultrasonido, tomografía computarizada, resonancia magnética o angiografía, para identificar la zona de la hemorragia, gravedad del sangrado y analizar los vasos sanguíneos.

Otros exámenes que pueden solicitarse son, análisis de sangre en las heces, endoscopia o colonoscopia, especialmente en caso de sospecha de sangrado gastrointestinal.

Posibles causas

La hemorragia interna es causada por la rotura de venas o arterias, debido a:

  • Traumas, como accidentes de carro, agresiones o caídas;
  • Fracturas, especialmente de huesos de las piernas, pelvis o brazos;
  • Aneurisma cerebral o de la aorta;
  • Alteraciones de la coagulación sanguínea como hemofilia o deficiencia de vitamina K;
  • Embarazo ectópico;
  • Presión alta crónica;
  • Trombosis venosa profunda;
  • Cáncer o tumor en el intestino, estómago, esófago, vejiga, pulmón, útero o leucemia;
  • Enfermedades en el hígado, vesícula o riñones;
  • Uso de anticoagulantes, como warfarina, heparina o clopidogrel;
  • Uso de medicamentos antiinflamatorios, como ibuprofeno o ácido acetilsalicílico;
  • Consumo de bebidas alcohólicas en exceso o a largo plazo, ya que puede causar cirrosis;
  • Uso de drogas de abuso;
  • Infecciones virales, como dengue, Chikungunya, ébola, hantavirus o fiebre amarilla.

Además, enfermedades gastrointestinales como pólipos en el intestino, úlceras en el estómago, colitis, várices esofágicas, enfermedad de Crohn, enfermedad celíaca, gastroenteritis o esofagitis también pueden causar hemorragias internas en el estómago o en el abdomen.

La hemorragia interna también puede ocurrir en horas o incluso días después de cirugías, pudiendo ser necesario regresar al hospital para detener el sangrado.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de la hemorragia interna debe estar orientado por el médico con el objetivo de identificar la zona de sangrado y detener la hemorragia, y varía dependiendo de la causa, extensión de sangrado, órgano, tejido y vaso lesionado y del estado de salud de la persona.

Algunas hemorragias internas puede detenerse por sí solas sin necesidad de tratamiento. Sin embargo, en la mayoría de los casos es necesario realizar una cirugía de urgencia, ya que una pérdida considerable de sangre puede poner en riesgo la vida.

Además, puede ser necesario la aplicación de suero intravenoso o transfusión sanguínea para reponer el volumen de sangre perdido y prevenir complicaciones.

Posibles complicaciones

Algunas complicaciones que pueden surgir debido a hemorragia interna, son:

  • Choque hipovolémico;
  • Fallas orgánicas, como riñones, hígado, pulmones o cerebro;
  • Coma.

Por eso, es importante buscar ayuda médica siempre que surjan los síntomas de hemorragia interna, para evitar complicaciones, ya que pueden poner la vida en riesgo.