Fístula anal: qué es, síntomas y tratamiento

Actualizado en marzo 2024

La fistula perianal es un conducto anormal que se forma desde el interior del ano hasta la piel de los glúteos, desarrollándose principalmente después de un absceso anal, cuando este no se cura adecuadamente.

El surgimiento de la fistula puede acompañarse de diversos síntomas, como apertura de la piel delos glúteos alrededor del ano, dolor e irritación en la región anal y fluido que sale por la apertura en la piel.

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Es importante que ante la sospecha de una fistula anal se acuda al proctólogo para que realice una evaluación y se inicie el tratamiento, pues en la mayoría de los casos, el médico indica la realización de una cirugía.

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Foto ilustrativa de fistula anal

Principales síntomas

Los principales síntomas de la fistula anal son:

  • Dolor o malestar al defecar, sentarse o caminar;
  • Apertura de la piel de los glúteos, alrededor del ano;
  • Comezón en el ano. Vea otras causas de picazón en el ano;
  • Enrojecimiento, irritación y/o hinchazón en la región;
  • Fluido que sale alrededor del ano, que puede ser pus, sangre o heces por la abertura de la fístula.

Además de estos síntomas, también pueden aparecer dolor abdominal, diarrea, pérdida de apetito, disminución del peso corporal, náuseas y, en algunos casos, incontinencia fecal.

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Cómo confirmar el diagnóstico

El diagnóstico de fístula perianal o anal lo realiza el proctólogo mediante la evaluación de los síntomas, los antecedentes médicos y el examen físico observando la región anal.

Además, el médico podrá indicar algunos exámenes de diagnóstico, como una anoscopia, ecografía endoanal, tomografía computarizada, resonancia magnética o fistulograma, por ejemplo, para evaluar el túnel de la fistula e identificar su causa. Vea cómo se realiza la anoscopia.

Posibles causas

Las principales causas de la fístula perianal o anal son:

  • Infección anal;
  • Trauma en la región anal;
  • Radioterapia para el cáncer anal;
  • Inflamación de la próstata causada por radioterapia;
  • Parto vaginal complicado, que requiere episiotomía;
  • Enfermedades inflamatorias intestinales, como la enfermedad de Crohn o la diverticulitis.

Estas condiciones pueden aumentar el riesgo de desarrollar una fístula perianal o anal, sin embargo, en la mayoría de los casos, se relaciona con un absceso anal, que puede surgir debido a una obstrucción o infección de las glándulas anales.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de la fístula perianal o anal debe realizarse bajo la orientación de un proctólogo, y normalmente se realiza con cirugía, para evitar complicaciones como infección o incontinencia fecal.

Cirugía para la fistula perianal

La cirugía para la fístula perianal o anal, llamada fistulectomía anal, la realiza el médico de la siguiente manera:

  • Aplicación de anestesia general o epidural;
  • Introducción de una sonda anal para evaluar la fístula y comprobar si existe un solo túnel o si se trata de una fístula compleja, en la que hay varios túneles;
  • Realizar un corte sobre la fístula para exponer todo el túnel entre el intestino y la piel;
  • Extracción del tejido lesionado del interior de la fístula;
  • Colocar un hilo especial dentro de la fístula para favorecer su cicatrización;
  • Agarrar los puntos para cerrar la herida.

Además de la fistulectomía anal, existen otros métodos para tratar las fístulas mediante cirugía, como injertos, tampones y suturas especiales, llamada setón, por ejemplo.

Estas técnicas dependen del tipo de fístula y de la enfermedad que la provocó, como la enfermedad de Crohn, por ejemplo, en la que es necesario utilizar medicación, como el infliximab, antes de cualquier cirugía. Vea cómo se trata la enfermedad de Crohn.

Cómo es la recuperación

Después de la cirugía, suele ser necesario permanecer hospitalizado durante al menos 24 horas. Al alta hospitalaria se recomienda descansar de 2 a 3 días, y tomar antibióticos y antiinflamatorios prescritos por el médico para evitar infecciones y reducir el dolor y las molestias.

Para reducir el riesgo de infección también se debe mantener la higiene de la zona con agua y un jabón de pH neutro, además de cambiar los apósitos.

Durante el postoperatorio es normal que la herida sangre un poco, sobre todo al utilizar papel higiénico en la zona, sin embargo, si el sangrado es excesivo o si aparece algún tipo de dolor agudo, es importante volver a el doctor.

Además, en la primera semana también es importante seguir una dieta en fibras y baja en residuos, ya que la acumulación de heces puede aumentar la presión sobre las paredes del ano y dificultar la cicatrización. Vea cómo hacer la dieta baja en fibras y residuos.

Cuándo acudir al médico

Se recomienda consultar inmediatamente a un proctólogo cuando se presentan algunos síntomas, que incluyen:

  • Sangrado en el ano;
  • Aumento del dolor, enrojecimiento o hinchazón;
  • Fiebre superior a 38ºC;
  • Dificultad para orinar.

Además, también es importante acudir al médico si presenta estreñimiento que no desaparece al cabo de 3 días, incluso con el uso de laxantes.