Absceso perianal: qué es, causas y cómo curar

Actualizado en septiembre 2022

El absceso perianal, anal o anorrectal, es la formación de una cavidad llena de pus en la piel de la región alrededor del ano, que puede provocar síntomas como: dolor al defecar o sentarse, la aparición de un bulto doloroso en la región anal, sangrado o eliminación de secreción amarillenta.

Generalmente, el absceso se forma cuando las bacterias infectan la región y provocan una gran inflamación, con acumulación de pus, y puede ser producto de muchas causas, como cáncer rectal o enfermedad inflamatoria intestinal, por ejemplo.

El tratamiento es realizado por un cirujano, siendo necesario el drenaje del absceso y en algunos casos, es puede indicar el uso de antibióticos por algunos días. La evolución de este absceso puede provocar fístulas, que es la formación de una comunicación entre el canal anal y la piel perianal. Conozca qué es la fístula anal y cómo tratar.

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Cuáles son las causas

 Algunas de las condiciones que causan el riesgo a la formación del absceso perianal son:

  • Enfermedad inflamatoria intestinal, como enfermedad de Crohn o colitis ulcerativa;

  • Hidrosadenitis supurativa;

  • Infecciones del recto, como amebiasis, linfogranuloma venéreo, tuberculosis o esquistosomiasis rectal;

  • Fisura anal;

  • Cáncer anorrectal;

  • Traumatismo;

  • Cuerpos extraños

  • Inmunidad comprometida;

  • Secuelas de tratamientos con quimioterapia;

  • Haber pasado por una cirugía de la región anorrectal, como hemorroidectomía, episiotomía o prostatectomía, por ejemplo. 

Generalmente, estas condiciones provocan inflamaciones en el tejido del recto y ano, facilitando la acumulación de bacterias y formación de pus. Vea más información sobre las causas, síntomas y tratamiento de la proctitis.

Principales síntomas

El principal síntoma del absceso perianal es el dolor en la región del ano y perineo, principalmente al evacuar o al sentarse, que se puede volver constante a medida que la lesión empeora. Conozca otras causas principales del dolor al defecar.

En caso de que la localización del absceso sea más externa, puede ser observado un bulto en la región anal, doloroso, caliente y rojizo. En algunos casos, puede haber sangrado y fiebre. Cuándo se rompe el absceso, puede haber salida de secreción purulenta, reduciendo la presión en la piel y el dolor.

Cómo se realiza el diagnóstico

El primer paso del diagnóstico de un absceso perianal es la evaluación clínica mediante una adecuada exploración de la región anal, perianal y del periné para determinar la existencia de abscesos perianales.

 Posteriormente, se debe de realizar una rectoscopia para determinar la existencia de la actividad inflamatoria. El estudio se puede completar con la exploración bajo anestesia realizada por un cirujano, y se considera como la forma diagnóstica más confiable, además de permitir realizar el tratamiento quirúrgico en el mismo acto.

Cómo curar

El tratamiento del absceso anal se realiza a través del drenaje, por el cirujano general o proctólogo, lo más rápido posible, porque la permanecía del absceso aumenta el riesgo de una infección generalizada. 

Dependiendo del tamaño y la localización del absceso, la cirugía de drenaje puede ser realizada con anestesia local o con otras más potentes como anestesia raquídea o epidural. En los abscesos grandes, puede ser necesario dejar un drenaje por algunos días en el sitio.

Para tratar una fístula, el médico podrá hacer un corte o colocar un material para estimular la cicatrización y cierre del trayecto. Asimismo, pueden ser indicados antibióticos si se trata de un absceso grande y un área inflamada extensa o si el paciente presenta riesgos de infección generalizada, como en el caso de diabetes, inmunidad comprometida u obesidad, por ejemplo.

Cuidados en el postoperatorio

Después de la cirugía, el médico podrá recomendar reposo, uso de analgésicos y realizar baños de asiento con agua tibia, debido a su efecto antiinflamatorios.

El médico programará reevaluaciones en 1 a 2 semanas, para observar la cicatrización e identificar se hay drenaje de secreciones que indiquen fístulas. En algunos casos, el absceso puede reaparecer, principalmente si el tratamiento inicial no fue realizado correctamente o si hay alguna enfermedad que provoque inflamación del sitio y facilite la formación de la lesión.

Posibles complicaciones

Es muy común que el absceso de origen a una fístula anal, que es la formación de un trayecto que conecta dos regiones, que puede surgir entre el ano y la vagina, útero, vías urinarias u otras partes del intestino, por ejemplo. 

Además, otras complicaciones que el absceso anal puede causar, son el comprometimiento del esfínter anal, causando incontinencia fecal o una infección necrotizante, que es cuando las bacterias alcanzan tejidos vecinos, como piel, músculo y grasa.

Cuándo el tratamiento no se realiza correctamente, es posible que las bacterias alcancen la corriente sanguínea, causando una infección generalizada, que incluso puede conducir hasta la muerte.