Un tumor benigno es un crecimiento anormal de células que ocurre de manera lenta, sin invadir tejidos cercanos ni extenderse a otras partes del cuerpo, y que usualmente mantiene bordes bien definidos.
Esta condición, también conocida como neoplasia benigna, puede aparecer en diferentes partes del cuerpo y, por lo general, no provoca síntomas. Sin embargo, cuando crece demasiado, puede comprimir órganos cercanos, causando molestias o complicaciones de salud.
El tratamiento del tumor benigno suele ser la extirpación quirúrgica y, en la mayoría de los casos, el tumor no vuelve a aparecer. Cuando el tumor es pequeño y no causa síntomas, el médico puede recomendar únicamente observación y seguimiento regular.
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Síntomas de tumor benigno
Algunos síntomas del tumor benigno pueden incluir:
- Sangrados, como en el caso de los miomas en el útero;
- Cambios en la piel, como manchas rojas y pequeñas elevaciones;
- Dificultad para respirar, cuando el tumor aparece en las vías respiratorias;
- Dolor de cabeza y mareo, en casos de tumores cercanos al cerebro;
- Falta de apetito o pérdida de peso, cuando el tumor presiona el estómago;
- Dolor persistente, especialmente en tumores que afectan los huesos.
Los síntomas de un tumor benigno pueden variar según la región del cuerpo donde se desarrolle.
En la mayoría de los casos, estos tumores no generan signos visibles. No obstante, cuando crecen demasiado, pueden presionar órganos o tejidos alrededor, lo que puede provocar molestias o complicaciones de salud.
Diferencia entre tumor benigno y maligno
En el tumor benigno, las células crecen lentamente, no invaden tejidos cercanos ni se diseminan a otras partes del cuerpo y, por lo general, representan bajo riesgo para la salud.
En cambio, el tumor maligno es canceroso, sus células se multiplican rápidamente, invaden estructuras cercanas, pueden extenderse a otras regiones y representan un riesgo para la salud.
Lea también: Neoplasia maligna: qué es, diagnóstico y tratamiento tuasaude.com/es/neoplasia-malignaCómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico del tumor benigno generalmente inicia con el médico general o de familia, quien evalúa los síntomas y realiza un examen físico para identificar alteraciones visibles o palpables.
Si existe sospecha de tumor, el paciente puede ser referido a especialistas, como dermatólogos, ginecólogos o neurólogos, según la región afectada.
Para confirmar el diagnóstico, se solicitan estudios específicos, como la biopsia, que analiza una muestra del tejido para identificar si las células son benignas.
Asimismo, pueden recomendarse estudios de imagen como ultrasonido, tomografía o resonancia magnética, que ayudan a observar el tamaño, la localización y las características del tumor.
Posibles causas
Aunque la causa del tumor benigno no siempre es conocida, algunos factores que pueden contribuir son:
- Alteraciones genéticas;
- Desequilibrios hormonales;
- Inflamaciones o lesiones repetidas;
- Predisposición hereditaria;
- Alteraciones en el desarrollo fetal;
- Infecciones virales, como el VPH;
- Hábitos de vida, como fumar, obesidad y alimentación poco saludable.
Además, la exposición a factores ambientales, como sustancias químicas, radiación o exceso de sol, también puede estar relacionada con la aparición de algunos tipos de tumores benignos.
¿El tumor benigno es cáncer?
El tumor benigno no es cáncer, pues se trata de un conjunto de células anormales que no crecen rápidamente ni invaden estructuras cercanas.
Sin embargo, ciertos tipos pueden evolucionar hacia cáncer, como el pólipo en el intestino, que con el tiempo puede transformarse en un tumor maligno. Descubra qué son los pólipos intestinales.
Tipos de tumores benignos
Los principales tipos de tumores benignos incluyen:
- Lipomas: son los tumores benignos más comunes y corresponden a nódulos de grasa bajo la piel;
- Miomas: crecen en músculos lisos, como el útero o el intestino;
- Hemangiomas: se forman a partir de vasos sanguíneos y pueden verse como manchas rojas o moradas en la piel;
- Adenomas: crecen en tejidos que recubren órganos y glándulas;
- Tumores de piel: incluyen varios tipos, como verrugas, marcas de piel o pequeñas elevaciones;
- Condromas: aparecen en los cartílagos;
- Hamartomas: pueden afectar los pulmones y causar dificultad para respirar;
- Meningiomas: crecen alrededor del cerebro y pueden causar dolores de cabeza y mareos;
- Osteomas: son tumores benignos en los huesos que pueden causar dolor persistente.
Existen muchos tipos de tumores benignos, los cuales normalmente reciben nombres que indican el lugar donde se forman.
Tratamiento del tumor benigno
El tratamiento de un tumor benigno depende del tipo de tumor y de los síntomas que pueda causar.
En muchos casos, cuando el tumor es pequeño y no genera problemas, el médico puede recomendar únicamente observación, con revisiones regulares para verificar si hay cambios en el tamaño o en los síntomas.
Cuando el tumor provoca molestias, presiona órganos cercanos o representa algún riesgo, puede ser indicada la cirugía para retirarlo. En la mayoría de los casos, una vez eliminado, el tumor benigno no vuelve a crecer.
Para aliviar síntomas como dolor o inflamación, el médico puede recomendar analgésicos, como paracetamol o dipirona, y antiinflamatorios, como ibuprofeno, por ejemplo.
En algunos casos, si el tumor está relacionado con desequilibrios hormonales, pueden prescribirse medicamentos hormonales para ayudar a controlarlo.
¿El tumor benigno tiene cura?
Sí, el tumor benigno generalmente tiene cura, sobre todo cuando se elimina mediante cirugía. En muchos casos, no vuelve a crecer después del tratamiento.