Defensas bajas: síntomas, causas y cómo subirlas

Las defensas bajas son una disminución de la capacidad del sistema inmunológico para combatir infecciones de forma eficaz, y pueden manifestarse a través de síntomas como infecciones frecuentes o crónicas, infecciones graves o cicatrización lenta, por ejemplo.

Esta condición, también llamada inmunosupresión, pueden estar causadas por el envejecimiento, el embarazo, deficiencias nutricionales o enfermedades como VIH/SIDA, lupus o cáncer. Además, el uso de medicamentos inmunosupresores también puede debilitar el sistema inmunológico, provocando inmunosupresión.

El sistema inmunológico es un conjunto de órganos, tejidos y células que actúan para combatir agentes invasores y así prevenir enfermedades. Cuando no funciona correctamente, puede aumentar el riesgo de infecciones.

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Hombre en consulta por defensas bajas

Principales síntomas 

Los principales síntomas de defensas bajas son:

  1. Infecciones recurrentes, como amigdalitis, candidiasis o herpes;
  2. Enfermedades simples que tardan en curar o se agravan fácilmente;
  3. Fiebre frecuente y escalofríos;
  4. Ojos secos con frecuencia;
  5. Cansancio excesivo;
  6. Náuseas y vómito;
  7. Diarrea por más de 2 semanas;
  8. Manchas rojas o blancas en la piel;
  9. Caída excesiva del cabello.

Ante cualquiera de estos síntomas, es importante reforzar el sistema inmunológico y acudir al médico para identificar la causa de las defensas bajas.

Síntomas de defensas bajas en la boca

Los síntomas de defensas bajas en la boca suelen ser aftas frecuentes, llagas o úlceras en la boca e inflamación en las encías.

Además, las defensas bajas pueden aumentar el riesgo de candidiasis oral en adultos o de sapito en bebés y niños, con síntomas como placas blancas en la boca, dolor y ardor. Conozca cómo identificar los síntomas de candidiasis oral y sapito.

Principales causas

Las principales causas de porque se bajan las defensas son:

1. Cáncer

Algunos tipos de cáncer, como el linfoma, la leucemia o el mieloma múltiple, pueden afectar la producción de células del sistema inmunológico y reducir las defensas del organismo.

Además, tratamientos como la quimioterapia o la radioterapia también pueden disminuir las células sanguíneas y aumentar el riesgo de infecciones.

2. Edad

La edad puede contribuir a la disminución de las defensas, ya que afecta la capacidad del sistema inmunológico para responder eficazmente a las infecciones.

En general, el sistema inmune se debilita de forma natural con el envejecimiento, fenómeno conocido como inmunosenescencia.

Además, los recién nacidos, bebés y niños pequeños también tienen defensas más bajas porque su sistema inmune todavía está en desarrollo.

3. Embarazo

Durante el embarazo, los cambios hormonales y la necesidad de que el cuerpo no rechace al bebé pueden disminuir la actividad del sistema inmunológico. Por eso, las mujeres embarazadas tienen más riesgo de infecciones como gripes o resfriados.

4. Factores genéticos

Algunas enfermedades genéticas, como el síndrome de inmunodeficiencia combinada grave o el síndrome de Wiskott-Aldrich, pueden causar defensas bajas desde el nacimiento.

5. Enfermedades crónicas

Algunas enfermedades crónicas, como el VIH, el SIDA, el lupus, la obesidad o la diabetes, pueden debilitar el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de desarrollar otras afecciones.

Asimismo, las enfermedades del hígado o los riñones, como la extirpación del bazo o del timo, también pueden provocar una disminución de las defensas.

6. Uso de medicamentos

El uso de medicamentos inmunosupresores, corticosteroides o antibióticos puede debilitar el sistema inmunológico y provocar una disminución de las defensas.

En estos casos, es importante informar al médico sobre los síntomas, para que evalúe la posibilidad de suspender, modificar o ajustar la dosis del medicamento con el objetivo de proteger las células de defensa del organismo.

Lea también: Inmunosupresores: qué son y cuándo están indicados tuasaude.com/es/inmunosupresores

7. Hábitos de vida

Algunos hábitos de vida, como fumar, consumir alcohol con frecuencia o no realizar actividad física de forma regular, pueden debilitar el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de infecciones.

Además, una alimentación deficiente, los trastornos del sueño, el estrés o la ansiedad excesiva también pueden afectar negativamente las defensas del organismo.

8. Deficiencias nutricionales

La deficiencia de vitaminas C, A, E o D, así como de ácido fólico, zinc o hierro, puede afectar el funcionamiento del sistema inmunológico y provocar una disminución de las defensas.

Cómo subir las defensas

Para fortalecer las defensas se recomienda:

  • Realizar actividad física con regularidad;
  • Aplicarse las vacunas, según el calendario oficial y la indicación médica;
  • Dormir por lo menos 8 horas por noche;
  • Beber al menos 2 litros de agua al día;
  • Evitar fumar o tomar bebidas alcohólicas;
  • Tomar sol por la mañana o al final de la tarde.

Además, se deben consumir alimentos que ayuden al sistema inmune, como nuez de Brasil, pescado, zanahoria y espinaca. 

Lea también: 14 alimentos para subir las defensas (y aumentar la inmunidad) tuasaude.com/es/alimentos-para-subir-las-defensas

Vitaminas para las defensas bajas

Algunas vitaminas y minerales que pueden indicarse en caso de defensas bajas son:

  • Vitamina C, E y A;
  • Omega 3;
  • Zinc;
  • Selenio.

Estos suplementos pueden tomarse de forma individual o en multivitamínicos. El médico debe determinar la dosis adecuada según las necesidades nutricionales y el historial de salud de cada persona.

Vea más sobre cómo fortalecer las defensas en el video a continuación:

¿Cómo fortalecer el sistema inmunológico?

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Cómo confirmar el diagnóstico

El diagnóstico de defensas bajas debe ser realizado por un inmunólogo, médico general, hematólogo o pediatra, a través de la evaluación de los síntomas, el historial de salud y el uso de medicamentos, además de un examen físico y estudios de laboratorio.

Estudios para defensas bajas

Los principales estudios para detectar defensas bajas son:

  • Biometría hemática completa;
  • Prueba de anticuerpos;
  • Prueba de VIH;
  • Examen general de orina.

Además, el médico puede solicitar pruebas como biopsia de ganglios linfáticos o biopsia de médula ósea, por ejemplo. 

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