La policitemia vera es un tipo poco frecuente de cáncer de la sangre causado por una alteración en la médula ósea que lleva a la producción excesiva de glóbulos rojos y, en muchos casos, también de glóbulos blancos y plaquetas. En casi todos las personas se encuentra una mutación adquirida en el gen JAK2, lo que contribuye al crecimiento descontrolado de estas células sanguíneas y permite confirmar el diagnóstico.
El aumento de glóbulos en el torrente sanguíneo hace que la sangre se vuelva más espesa y circule con mayor dificultad, lo que reduce la oxigenación de los tejidos y aumenta el riesgo de formación de coágulos. Por esta razón, la policitemia vera puede causar complicaciones graves como trombosis, infarto o ACV.
Los síntomas más frecuentes incluyen cansancio excesivo, dolor de cabeza, mareos, enrojecimiento de la piel, sangrado nasal y picazón intensa después del baño. El diagnóstico y tratamiento precoz, indicados por el hematólogo, son fundamentales para aliviar los síntomas, mejorar la calidad de vida y prevenir complicaciones.
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Síntomas de policitemia vera
Los principales síntomas de policitemia vera son:
- Dolor de cabeza;
- Cansancio excesivo o debilidad;
- Mareos;
- Zumbido de oídos;
- Adormecimiento u hormigueo de las manos, brazos, piernas o pies;
- Sangrado nasal, en las encías o gastrointestinal;
- Hinchazón o dolor en las articulaciones;
- Falta de aire o dificultad para respirar;
- Insomnio;
- Sensación de saciedad después de comer;
- Hinchazón o dolor en la zona superior
- Hinchazón o dolor en la zona superior izquierda de la barriga;
- Gastritis o úlcera gástrica;
- Pérdida de peso.
Además, las personas con esta enfermedad presentan muchas veces comezón generalizada, principalmente durante o después de un baño caliente, además de alteraciones visuales y accidentes isquémicos transitorios.
Cómo se confirma el diagnóstico
El diagnóstico de la policitemia vera lo realiza el médico general o el hematólogo a partir de la evaluación de los síntomas, los antecedentes de salud y los resultados de laboratorio.
El examen principal es el hemograma completo, que suele mostrar un aumento en la cantidad de glóbulos rojos y hemoglobina y, en algunos casos, también de glóbulos blancos y plaquetas. Para confirmar el diagnóstico, el médico puede solicitar un examen molecular para identificar la mutación del gen JAK2, presente en la mayoría de los casos de esta enfermedad.
Lea también: Hemograma completo: qué es, para qué sirve y resultados tuasaude.com/es/hematologiaEn algunas situaciones también puede ser necesaria una aspiración o biopsia de médula ósea, lo que ayuda a confirmar la policitemia vera y a descartar otras enfermedades de la sangre con síntomas semejantes, como la leucemia o la trombocitemia esencial.
Posibles causas
La policitemia vera es causada por una alteración genética, en el gen JAK2, causando la multiplicación descontrolada de glóbulos rojos, blancos y plaquetas en la médula ósea.
Después de que estas células son producidas por la médula ósea van a la circulación sanguínea, resultando en el aumento de la viscosidad de la sangre y el surgimiento de los síntomas.
La policitemia vera es una enfermedad rara, que ocurre alrededor de 2 de cada 100,000 personas, generalmente con edad superior a 60 años, sin embargo puede afectar a cualquier edad, siendo un poco más común en hombres que en mujeres.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la policitemia vera es realizado por el oftalmólogo o hemato oncólogo, y tiene como objetivo reducir la cantidad de células de la sangre que están en exceso, promoviendo un mayor alivio de los síntomas y previniendo complicaciones.
Los principales tratamientos para la policitemia vera que pueden ser indicados por el médico son:
1. Flebotomía terapéutica
La flebotomía terapéutica, también conocida como sangría, es un tipo de tratamiento que consiste en retirar la sangre frecuentemente, de acuerdo a lo indicado por el médico siendo generalmente la primera opción de tratamiento en personas con esta enfermedad.
Este procedimiento reduce el número de glóbulos rojos en exceso en el torrente sanguíneo, reduciendo también el volumen de sangre, y se realiza en hospitales o clínicas especializadas.
2. Medicamentos
El tratamiento de la policitemia vera se realiza con medicamentos como antihistamínicos o antidepresivos inhibidores de la recaptación de serotonina, los cuales pueden ayudar a aliviar la comezón en la piel causada por la enfermedad.
Además, el médico puede indicar el uso de ácido acetilsalicílico, en dosis que varían de 40 a 100 mg al día, para reducir el riesgo de formación de coágulos en la sangre y trombosis.
Otros medicamentos que pueden ser prescritos son los antihipertensivos para regular la presión arterial, antidiabéticos para el tratamiento de la diabetes, además de medicamentos para el colesterol alto, en caso de que la persona tenga estas enfermedades.
3. Quimioterapia
El médico puede recomendar la quimioterapia con medicamentos como hidroxiurea, por ejemplo, en los casos en que la flebotomía no haya sido suficiente para reducir las células sanguíneas, personas mayores de 60 años o que tengan antecedentes de trombosis, por ejemplo.
Además, el médico puede recomendar el uso de ruxolitinib, que es un medicamento inhibidor de la tirosina quinasa, en los casos de poca respuesta al tratamiento con hidroxiurea o que no toleran el uso de este medicamento.
4. Transplante de médula ósea
El trasplante de médula ósea puede ser indicado por el médico en casos en que la persona desarrolle complicaciones de policitemia vera, como mielofibrosis, por ejemplo.
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La policitemia vera puede causar complicaciones como:
- Trombosis venosa profunda;
- Ataque cardíaco;
- ACV;
- Embolia pulmonar;
- Hemorragias;
- Úlcera péptica;
- Aumento del tamaño del bazo (esplenomegalia);
- Leucemia aguda;
- Síndrome mielodisplásico.
En algunos casos, la médula ósea también puede desarrollar fibrosis o cicatrices de forma progresiva, llamada mielofibrosis, resultando en un mal funcionamiento de la médula ósea y la falta de maduración de las células madre que producen células de la sangre.
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Cómo prevenir las complicaciones
Para prevenir complicaciones, además de recomendarse seguir el tratamiento correctamente, también es importante adoptar un estilo de vida más saludable, practicando ejercicio físico con regularidad, lo cual mejora la circulación sanguínea y reduce el riesgo de formación de coágulos sanguíneos.
Se debe evitar el cigarro, ya que aumenta la viscosidad de la sangre y el riesgo de que haya un ataque cardíaco y ACV.
Además, se debe tratar bien la piel, para reducir la comezón, tomando un baño con agua tibia, usando un gel de baño suave y una crema hipoalergénica, además de evitar temperaturas extremas que puedan empeorar la circulación sanguínea.
Para esto, se debe evitar la exposición solar en períodos de días calientes y proteger al cuerpo de la exposición a mucho frío.