Pica: qué es, síntomas, causas y tratamiento

La pica es un trastorno alimenticio en el que una persona siente el deseo de ingerir sustancias que no son consideradas alimentos o que no tienen valor nutricional, como hielo, piedras, tiza, jabón o tierra, entre otras.

Este trastorno ocurre con mayor frecuencia en niños y mujeres embarazadas, y puede estar relacionado con deficiencias nutricionales, como la falta de hierro, yodo o zinc.

Es importante consultar con un médico general o pediatra para que puedan realizar una evaluación adecuada, diagnóstico y se indique el tratamiento más apropiado.

Niño comiendo tierra

Síntoma característico

El síntoma principal de la pica es el antojo o la necesidad de ingerir objetos que no se consideran alimentos y que no aportan ningún valor nutricional, como tierra, arcilla, pasto, hielo, jabón, cabello, heces, cáscara de huevo, piel, papel, cenizas, tizas, plásticos, entre otros.

Además, las personas con pica pueden sentir ganas de consumir alimentos crudos o frutas verdes no maduras.

Quienes padecen pica suelen tener poca o ninguna capacidad de control una vez que comienzan a ingerir estos objetos durante la alimentación.

Posibles causas

La causa que produce la pica actualmente se desconoce, pero se cree que puede estar causada por:

  • Deficiencias nutricionales, especialmente de hierro, zinc, yodo o magnesio;
  • Trastornos de salud mental, como esquizofrenia o TOC;
  • Comportamientos culturales, más conocida como geofagia;
  • Problemas del desarrollo, como el autismo.

Además, se cree que la pica puede ser causada por el uso de medicamentos y afecciones médicas, como la anemia de células falciformes, que aumentan el riesgo de desarrollar este trastorno.

Pica en el embarazo

La pica durante el embarazo debe ser identificada rápidamente para evitar complicaciones tanto para la mujer como para el bebé.

En el embarazo, la pica suele ser un indicador de deficiencias nutricionales, principalmente de zinc, hierro y yodo. La disminución de estos nutrientes puede afectar el sentido del gusto, y la falta de yodo puede reducir la producción de hormonas tiroideas, lo que a su vez aumenta los antojos.

La pica en el embarazo representa un alto riesgo para el bebé, ya que al ingerir sustancias tóxicas, las mismas puede atravesar la placenta y afectar su desarrollo, e incluso provocar un aborto espontáneo.

Cómo se diagnostica

Para diagnosticar la pica, el médico se basa principalmente en la duración del comportamiento, es decir, en la ingesta repetida de objetos no alimenticios durante al menos 1 mes. También es necesario descartar que este comportamiento tenga un origen cultural o religioso.

En el caso de los niños, es común que exploren el entorno llevándose objetos a la boca, por lo que el médico debe considerar la edad y el desarrollo del niño antes de confirmar el diagnóstico.

Además, pueden solicitarse análisis de sangre para identificar posibles deficiencias nutricionales que estén relacionadas con la aparición de la pica.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de la pica depende principalmente de su causa. Por ejemplo, si se debe a una deficiencia nutricional, el médico puede derivar al paciente a un nutricionista, quien indicará una dieta adecuada o el uso de suplementos.

Cuando la pica está relacionada con trastornos de salud mental, pueden recetarse medicamentos antipsicóticos para ayudar a controlar los impulsos.

Además, el médico puede recomendar la realización de terapia cognitivo conductual, que ha demostrado ser efectiva para modificar este tipo de comportamientos. Conozca más sobre la terapia cognitivo conductual.

Principales complicaciones

La pica puede llevar a la ingesta de sustancias tóxicas o de objetos no digeribles, lo que puede causar intoxicaciones, como en el caso del plomo o el mercurio, especialmente en niños.

Además, la acumulación de materiales no digeribles en el estómago o los intestinos puede formar una masa sólida llamada bezoar, que puede interferir con el funcionamiento normal de los órganos y causar complicaciones digestivas.

Otras complicaciones pueden incluir infecciones por hongos, parásitos o bacterias; problemas nutricionales; desequilibrios electrolíticos y erosión dental.