Monocitosis: qué es, causas y qué hacer

Actualizado en marzo 2023

El monocitosis es al aumento de la cantidad de monocitos circulantes en la sangre, es decir, cuando son identificados más de 1000 monocitos por µL de sangre.

Los valores normales pueden variar según cada laboratorio, no obstante, generalmente se considera normal la cantidad de monocitos entre 200 y 1000 µL de sangre. Los monocitos son células de la sangre que forman parte del sistema inmunitario, las cuales son producidas en la médula ósea y son responsables por la defensa del organismo.

La cantidad de monocitos en la sangre puede aumentar como consecuencia de un proceso inflamatorio e infeccioso, pudiendo observarse monocitosis principalmente en la tuberculosis, en el proceso de recuperación de infecciones y en la endocarditis. Conozca qué son los monocitos

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Cómo se diagnostica

La monocitosis es identificada a través de una hematología, siendo necesario recolectar una pequeña muestra de sangre que es enviada al laboratorio para ser analizada.

El resultado aparece en una parte específica del hemograma denominada leucograma, en el cual se encuentra toda la información relacionada con las células responsables por la defensa del organismo. En la mayor parte de los casos, la monocitosis está acompañada por otras alteraciones en el hemograma y en otros exámenes que pueden haber sido solicitados por el médico.

Cuando la monocitosis ocurre de forma aislada, sin que existan síntomas, se recomienda la repetición de la hematología para verificar si se normalizó el número de monocitos o si es necesaria una investigación más exhaustiva. 

Principales causas 

Las principales causas de la monocitosis son:

1. Tuberculosis

La tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada por el Mycobacterium tuberculosis, popularmente conocido como Bacilo de Koch, que es una bacteria que entra el aparato respiratorio, afectando los pulmones y ocasionando el surgimiento de signos y síntomas como tos persistente, dolor en el pecho, dificultad para respirar, sudoración nocturna y producción de esputo verdoso o amarillento.

Además de la monocitosis, el médico puede verificar otras alteraciones en el hemograma y en exámenes bioquímicos. Asimismo, al sospechar de tuberculosis por los signos y los síntomas presentados por la persona, puede ser solicitado un examen microbiológico del esputo o la realización de la prueba de la tuberculina, también llamada examen PPD, la cual tiene como objetivo determinar la presencia de la bacteria en el organismo. Conozca qué es y cómo es realizado el examen PPD.  

Qué hacer: al estar ante la presencia de cualquier signo o síntoma de tuberculosis, es importante acudir al médico general, neumólogo o infectólogo para que sean solicitados exámenes, realizado el diagnóstico y establecido el tratamiento, el cual es llevado a cabo mediante antibióticos. Es importante que el tratamiento se realice exactamente como fue indicado por el médico, incluso si ya hay mejoría de los síntomas; esto porque, en caso de que el tratamiento sea interrumpido, es posible que la bacteria vuelva a proliferar y adquiera resistencia, haciendo más difícil el tratamiento y pudiendo generar complicaciones para la persona. 

2. Endocarditis bacteriana

La endocarditis bacteriana es una infección por bacterias de las estructuras internas del corazón, las cuales llegan a este órgano por medio del torrente sanguíneo, dando lugar al surgimiento de signos y síntomas como fiebre alta, dolor en el pecho, falta de aire y tos, por ejemplo. 

Este tipo de endocarditis es más común en personas que utilizan drogas intravenosas, pues las bacterias presentes en la piel pueden entrar directamente en el torrente sanguíneo en el momento de la aplicación de la droga. 

Aparte de las alteraciones en el hemograma, el médico también puede verificar la alteración de otras pruebas de laboratorio, microbiológicas y cardíacas, como ultrasonido del corazón. Conozca otros exámenes que evalúan el corazón

Qué hacer: en estos casos es importante estar atento al surgimiento de signos indicativos de endocarditis y acudir al hospital tan pronto como surjan, pues la bacteria responsable por la enfermedad puede diseminarse rápidamente y afectar otros órganos, además del corazón, complicando aún más el cuadro clínico del paciente. 

3. Recuperación de infecciones

Es común que en el período de recuperación de infecciones haya un aumento en el número de monocitos, pues esto es indicativo de que el cuerpo está reaccionando contra el agente infeccioso y aumentando la línea de defensa, lo cual permite la eliminación más rápida y eficaz del microorganismo. 

Además del número de monocitos, también es posible observar un aumento en el número de linfocitos y neutrófilos. 

Qué hacer: en caso de que la persona haya sido diagnosticada con alguna infección, el aumento en el número de monocitos normalmente representa tan solo la recuperación del paciente y del sistema inmunitario. En estos casos no es necesaria ninguna otra actitud, pudiendo ser solicitado por el médico solo la realización de otro hemograma después de algunas semanas para determinar si se normalizó la cantidad de monocitos. 

4. Artritis reumatoide

La artritis reumatoide también es una enfermedad en la que puede haber monocitosis, esto porque se trata de una enfermedad autoinmune, es decir, las células del sistema inmunitario atacan otras células del cuerpo. Por ende, hay siempre producción de células del sistema inmunitario, incluyendo los monocitos.

Esta enfermedad se caracteriza por la afección de las articulaciones, las cuales presentan dolor, hinchazón y rigidez, causando dificultad para moverlas, principalmente al levantarse.  Vea qué síntomas produce la artritis reumatoide y cómo es el tratamiento.

Qué hacer: el tratamiento para la artritis reumatoide es realizado principalmente mediante fisioterapia, con el objetivo de rehabilitar la articulación afectada, prevenir complicaciones y aliviar los dolores. Asimismo, puede recomendarse por el reumatólogo el uso de medicamentos y la adaptación de la alimentación, la cual debe ser realizada bajo la orientación de un nutricionista. 

5. Alteraciones hematológicas

La monocitosis también puede estar presente en alteraciones de la sangre, como anemia, linfomas y leucemia. Como la monocitosis puede estar relacionada con situaciones leves y graves, es importante que la evaluación del resultado sea realizada por el médico junto con el análisis de los otros parámetros del hemograma, además de la interpretación de la lámina. 

Qué hacer: la monocitosis relacionada con problemas en la sangre normalmente ocasiona el surgimiento de síntomas de acuerdo con la causa. Por esta razón, se recomienda que se informe al médico general o al hematólogo cualquier signo o síntoma presentado, pues esto es tomado en cuenta en el momento del análisis del hemograma. Según la evaluación del médico es posible realizar el diagnóstico e iniciar el tratamiento adecuado.