Meningitis en niños: qué es, síntomas, causas, tratamiento y prevención

La meningitis en niños es una enfermedad que puede provocar síntomas como fiebre alta, irritabilidad, falta de respuesta a los estímulos e hinchazón en la fontanela (mollera) de los bebés, pudiendo ocurrir en niños de todas las edades, desde recién nacidos hasta niños mayores y adolescentes.

La meningitis en niños es una inflamación de las membranas que envuelven el cerebro y la médula espinal, las meninges, pudiendo ocurrir debido a infecciones por virus, bacterias, hongos y parásitos.

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El tratamiento para la meningitis infantil debe ser orientado por el neurólogo, infectólogo, pediatra o médico de emergencias y depende de la causa de la meningitis, pudiendo ser indicado el uso de antibióticos, en caso de ser causada por bacterias, o medicamentos para reducir la fiebre y el dolor, en el caso de la meningitis causada por virus.

Pediatra evaluando al bebé durante la consulta médica

Síntomas de la meningitis en niños

Los principales síntomas de la meningitis en niños son:

  • Fiebre alta;
  • Irritabilidad y llanto frecuente;
  • Somnolencia;
  • Falta de interés en la alimentación;
  • Náuseas y vómitos;
  • Rigidez en el cuello, en el caso de meningitis bacteriana;
  • Confusión mental y convulsiones;
  • Aumento de la sensibilidad a la luz;
  • Manchas rojas en la piel;
  • Hinchazón en la fontanela (mollera), como si tuviera un chichón, en bebés con la fontanela abierta (generalmente hasta aproximadamente 1 año);
  • Dolor de cabeza muy fuerte, en niños más grandes.

Los síntomas de la meningitis en niños pueden evolucionar rápidamente, por lo que es importante una evaluación por un médico neurólogo. Encuentra al neurólogo más cercano a ti usando la siguiente herramienta:

Cómo se realiza el diagnóstico

El diagnóstico precoz de la meningitis es importante para iniciar el tratamiento rápidamente y minimizar el riesgo de secuelas.

Por lo tanto, además de la evaluación de los síntomas, el médico responsable generalmente solicita algunos exámenes, como la punción lumbar (líquido cefalorraquídeo), análisis de sangre y orina, y exámenes de imagen, como tomografía computarizada o resonancia magnética para determinar el impacto de la inflamación en el cerebro del niño.

La punción lumbar es el principal examen diagnóstico, y consiste en la inserción de una aguja específica en la espalda del niño para extraer una muestra de LCR (líquido cefalorraquídeo).

Este líquido se analiza para identificar si hay bacterias, en caso de meningitis bacteriana, u otros microorganismos que están provocando esta inflamación en las meninges. Sepa cómo se realiza la punción lumbar.

Principales causas

Las principales causas de meningitis infantil son:

  • Bacterias, como Neisseria meningitidis, Streptococcus pneumoniae, Mycobacterium tuberculosis y Haemophilus influenzae;
  • Virus, como enterovirus (Coxsackie y poliovirus), virus del herpes, virus de la varicela zóster, virus de Epstein-Barr y citomegalovirus;
  • Hongos, como Cryptococcus sp. y Coccidioides sp.;
  • Parásitos, como Angyostrongylus cantonesis, Toxoplasma gondii y Taenia solium.

Aunque la meningitis puede afectar a todos los niños, los más propensos a sufrir esta infección son los niños que tienen un sistema inmunitario deficiente, sufren de determinadas anemias o tienen efectos congénitos en el cráneo, por ejemplo.

Cómo se transmite la meningitis

La transmisión de la meningitis infantil ocurre principalmente a través de las vías respiratorias, a partir del contacto con saliva o moco nasal de la persona infectada. Además, también puede ocurrir a partir del contacto directo, o con objetos y superficies infectadas.

En el caso de la meningitis bacteriana, la infección también puede ocurrir mediante el contacto y/o ingestión de alimentos contaminados. La infección por la bacteria Neisseria meningitidis es la principal causa de meningitis en el niño, principalmente en bebés en el primer año de vida. Conozca más sobre la meningitis bacteriana.

En cuanto a  la meningitis viral, la transmisión puede ocurrir, por ejemplo, al cambiar el pañal de un bebé infectado, sin la correcta higiene de las manos, y luego llevar estas manos a los ojos o la boca.

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Tratamiento de la meningitis infantil

El tratamiento para la meningitis en niños debe ser orientado por el neurólogo y depende de la causa de la meningitis.

En el caso de la meningitis bacteriana, el tratamiento se realiza con el uso de antibióticos intravenosos recetados por el médico, eligiéndose el más adecuado para eliminar la bacteria identificada. 

Además de los antibióticos, pueden ser necesarios otros medicamentos para controlar los síntomas, como analgésicos

Posibles secuelas

Algunas posibles secuelas de la meningitis infantil son:

  • Pérdida parcial o total de la audición, debido a daños en el nervio auditivo;
  • Dificultades de aprendizaje, déficits cognitivos, convulsiones o parálisis, en casos graves;
  • Retraso en el desarrollo, especialmente si la infección afectó áreas importantes del cerebro;
  • Alteraciones en el comportamiento, como dificultad para concentrarse, irritabilidad o cambios de humor.

Las secuelas de la meningitis no ocurren en todos los niños. En general, suceden cuando la infección es muy grave, cuando el tratamiento no se realiza en las primeras etapas de la enfermedad, o dependiendo del tipo de bacteria o virus involucrado.

Por lo tanto, es importante que el médico sea consultado tan pronto como aparezcan los primeros signos sugestivos de meningitis para que se realice el diagnóstico y se inicie el tratamiento, reduciendo el riesgo de complicaciones. Y, aunque existan secuelas, estas pueden minimizarse con el seguimiento adecuado por parte de profesionales de la salud.

Cómo prevenir la meningitis infantil

La principal forma de prevenir la meningitis infantil es la vacunación. Las vacunas disponibles para la prevención de la meningitis se administran cuando los niños aún son bebés, siendo las principales: vacuna meningocócica C (Conjugada), vacuna pneumocócica 10-valente (conjugada), pentavalente, meningocócica C (Conjugada) y meningocócica ACWY (Conjugada).

Además, es importante prestar atención a los hábitos de higiene, como lavarse las manos para reducir la propagación de estos microorganismos, y evitar el contacto cercano con personas que sospechen o tengan confirmación de tener meningitis, para reducir el riesgo de transmisión de la enfermedad.