Se puede comer alimentos blandos y fríos después de que se haya sacado una muela, como puré de papas, yogurt, helado suave, sopas tibias y compotas de frutas. Estos alimentos ayudan a evitar molestias en la zona y facilitan la cicatrización, ya que no requieren masticar con fuerza ni irritan la herida.
Consumir alimentos blandos también disminuye el riesgo de que restos de comida queden atrapados en la zona, lo que puede provocar una inflamación o retrasar la recuperación. Es recomendable evitar comidas calientes, duras, crujientes y con semillas pequeñas, que pueden causar dolor o aumentar el sangrado.
Las comidas ricas en proteínas, como huevo, pollo desmenuzado o pescado suave, y los batidos de frutas naturales pueden contribuir a una buena cicatrización, ayudando al cuerpo a recuperarse correctamente. Este tipo de alimentos son preferibles porque aportan nutrientes esenciales sin dañar el área intervenida.
Si aparece dolor intenso, sangrado que no cede o signos de infección, como pus o fiebre, es necesario consultar al odontólogo lo antes posible para evitar complicaciones graves. Vea cómo es la recuperación después de la extracción de la muela de juicio.