Para qué sirve la insulina, tipos y cuándo usarla

Actualizado en junio 2022
Evidencia científica

La insulina es una hormona que se encarga de que la glucosa que está en la sangre entre a las células del organismo para ser utilizada como fuente de energía. La insulina es producida por las células β del páncreas y el principal estímulo para que se produzca es el aumento de la cantidad de azúcar en la sangre después de las comidas.

La producción de esta hormona puede verse afectada por diversos motivos, ocasionando problemas como hiperinsulinismo, resistencia a la insulina o diabetes. Cuando la insulina es producida en el organismo en poca cantidad, es necesario el uso de insulina humana sintética para evitar complicaciones a largo plazo, pues la falta de insulina ocasiona un aumento del azúcar en la sangre constante, conocido como hiperglucemia. 

Es importante acudir a un endocrinólogo si se sospecha de algún problema con la insulina, de manera que realice una evaluación e indique la realización de exámenes de sangre para confirmar si hay algún problema con la producción de la insulina e indicar el tratamiento más adecuado, en caso sea necesario. 

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Para qué sirve la insulina 

La insulina es una hormona que sirve para disminuir el azúcar circulante en la sangre, proveniente de la digestión de los alimentos, permitiendo que la glucosa entre en las células del organismo para ser utilizada como fuente de energía. También ayuda a captar la glucosa que se encuentra en la sangre y almacenarla en el hígado en forma de glucógeno hepático, en los músculos en forma de glucógeno muscular y en el tejido adiposo en forma de triglicéridos. Además, se encarga de regular el metabolismo de los carbohidratos, grasas y proteínas.

El páncreas produce 2 tipos de insulina:

  • Basal: es la secreción continua de insulina, para mantener un mínimo constante a lo largo del día;
  • Pulsátil: es cuando el páncreas libera grandes cantidades de una sola vez, después de cada comida, evitando así que el azúcar de los alimentos se acumule en la sangre.

Por eso, cuando una persona necesita usar insulina sintética para tratar la diabetes, también es importante usar estos dos tipos: uno que debe inyectarse una vez al día y otro que debe inyectarse siempre después de las comidas. 

Mecanismo de acción de la insulina

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Mecanismo de acción de la insulina

Al ingerir alimentos ricos en carbohidratos, estos se van digiriendo a lo largo del tracto digestivo, llegando al intestino delgado en su forma más simple que es la glucosa, la cual es absorbida a través de las vellosidades intestinales y pasa al torrente sanguíneo.

Una vez que el azúcar se encuentra en la sangre, las células β del páncreas liberan la insulina que comienza a agarrar las moléculas de glucosa y a llevarlas hacia las células del cerebro, hígado, músculo y al tejido graso, donde se encuentran unos receptores en los que la insulina se une y permiten que la molécula de glucosa entre a estas células.

La insulina es la hormona que se encarga de regular la cantidad de glucosa cuando se encuentra en exceso en la sangre. No obstante, para mantener este equilibrio, también actúa en conjunto con otra hormona llamada glucagón, una hormona que también se produce en el páncreas y ejerce la acción contraria a la insulina, liberando la glucosa que está almacenada en la grasa, en el hígado y en los músculos hacia la sangre, de manera que el cuerpo la utilice cuando los niveles de azúcar están muy bajos, como ocurre en un período de ayuno, por ejemplo. 

Alteraciones relacionadas con la insulina

Existen algunas enfermedades que pueden surgir por la alteración de la insulina en el organismo, estas son:

1. Diabetes

La diabetes es una enfermedad que se produce porque la producción del insulina por el páncreas es insuficiente o nula, por lo que el azúcar no puede ser asimilado por las células y acaba acumulándose en la sangre y en la orina, provocando diversas complicaciones como retinopatía, insuficiencia renal, heridas que no cicatrizan e incluso aumentar el riesgo de sufrir problemas cardíacos.. Vea cómo identificar los síntomas de la diabetes.

2. Hiperinsulinismo

El hiperinsulinismo es una condición en la que la cantidad de insulina en la sangre es mayor que la que se considera normal. Por lo general, esta condición está asociada a una insulino resistencia, una afección en la que el organismo no responde de forma adecuada a los efectos de la insulina. No obstante, en algunas ocasiones el hiperinsulinismo también puede ser causado por un tumor en las células pancreáticas que se encargan de producir esta hormona, siendo denominado insulinoma, o por un aumento o crecimiento en exceso de las células que producen la insulina en el páncreas. 

3. Resistencia a la insulina

La resistencia a la insulina es una condición en la que el organismo se hace tolerante a la insulina, haciendo que el efecto de esta hormona sea menos efectivo, por lo que el páncreas comienza a producirla en mayor cantidad (hiperinsulinismo) para persuadir al hígado para que almacene el azúcar en la sangre y a las células grasas y musculares para que lo absorban. 

Esta condición hace que el azúcar en la sangre se acumule y aumenta la glucemia. Cuando esta situación se mantiene a lo largo del tiempo, hace con que el páncreas se agote y deje de producir la cantidad de insulina que el cuerpo requiere para combatir la resistencia a la insulina ocasionando en primera instancia una prediabetes y posteriormente una diabetes, si no se toman medidas para modificar los hábitos alimentarios y/o el estilo de vida sedentario. Conozca cómo es el tratamiento de la resistencia a la insulina.

Tipos de insulina y cuándo usar

Es necesario utilizar insulina sintética en situaciones en las que el organismo no puede producirla en las cantidades necesarias, como en la diabetes tipo 1 o la diabetes tipo 2 grave. La insulina sintética de los medicamentos imita la secreción de insulina del organismo a lo largo del día, tanto la basal como la pulsátil, por lo que existen varios tipos que difieren uno de otro en la rapidez con la que actúan sobre la glucosa en la sangre. 

Es importante que la insulina sea indicada por el endocrinólogo y se siga el esquema prescrito por el mismo, el cual dependerá de la condición de salud de la persona. Los tipos de insulina son:

  • Insulina NPH, insulina isófana o de acción intermedia, como Humulin N o Humulina NPH, Densulin N, Insulex N, Novolin N, Insulatard o Insuman Basal: es una insulina basal que es utilizada para mantener la cantidad de esta hormona constante en el organismo durante 12 a 18h;
  • Insulina de acción prolongada, como Lantus: es otro tipo de insulina basal que se libera de forma continua y lenta durante 24 horas, manteniendo una acción mínima a lo largo del día;
  • Insulina de acción ultra prolongada, como degludec (Tresiba): este tipo de insulina basal posee una duración de hasta 36 horas, brindando mayor comodidad a la persona debido a que reduce el número de inyecciones que se debe colocar por día;
  • Insulina de acción regular o corta, como Apidra, Novolin R, Humulin R o Actrapid: imita a la insulina que se libera cuando se ingieren alimentos, ejerciendo su efecto 30 minutos después de su colocación;
  • Insulina de acción rápida, como Novorapid, Fiasp o Lispro (Humalog): es una insulina que tiene una acción casi inmediata, al cabo de 10 a 15 minutos después de su colocación, debiendo aplicarse justo antes de comer;
  • Insulina inhalada de acción rápida, como Afrezza: es una insulina que se administra justo antes de una comida de forma inhalada, actuando al cabo de 10 a 15 minutos;
  • Insulina premezclada o combinada: contiene una mezcla de insulina de acción rápida o corta combinada con una insulina de acción intermedia. Esto elimina la necesidad de extraer insulina de más de un frasco. Algunos ejemplos son: Humalog Mix 75/25 o Humulin 30/70. 

Conozca más sobre cuáles son los tipos de insulina y cómo usarlas.

Dónde se aplican

Las insulinas inyectables son aplicadas en el tejido graso debajo de la piel con la ayuda de una jeringa o plumas especiales para este fin en el abdomen, brazos o muslos. Vea cómo aplicar una inyección subcutánea de forma correcta.

Además, otra opción es el uso de una bomba de insulina, que es un pequeño dispositivo que se adhiere al cuerpo y se puede programar para administrar tanto la insulina basal como la insulina en bolo, según las necesidades de cada persona.  

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