Hemorragia postparto: qué es, causas y tratamiento

Actualizado en agosto 2023

La hemorragia postparto es una situación donde ocurre una pérdida excesiva de sangre después del parto, esto se debe a la falta de contracción del útero luego de dar a luz al bebé. Es considerada una hemorragia cuando la mujer pierde más de 500 mL de sangre después del parto normal o más de 1000 mL después de una cesárea.

La hemorragia postparto es la principal complicación durante y después del parto, lo que puede causar un shock hipovolémico y, como consecuencia, la muerte. Las mujeres con mayor riesgo son aquellas de edad avanzada o que poseen algunas enfermedad crónica. 

Este tipo de hemorragia ocurre con mayor frecuencia en mujeres que intentaron tener un parto normal durante varias horas, pero que acabaron por realizar una cesárea. Sin embargo, también puede ocurrir en las mujeres que tienen una cesárea programada y que aún no entraron en trabajo de parto. 

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Principales causas

Las posibles causas de hemorragia postparto son:

  • Atonía uterina, que es la pérdida de la capacidad de contracción del útero debido a sobredistensión del útero por gestación múltiple o por trabajo de parto prolongado (más de 12 h) y/o rápido o por haber tenido múltiples partos;
  • Presencia de miomas en el útero, lo que dificulta la contracción del mismo durante el trabajo de parto;
  • Uso de medicamentos, como relajantes musculares o de grandes cantidades de magnesio durante el embarazo;
  • Heridas, traumas o laceraciones en el útero como rotura uterina, inversión uterina o desgarros del canal genital por el uso de fórceps, ventosa o espátula;
  • Retención de tejidos como la placenta o coágulos;
  • Dificultades en la coagulación sanguínea, que pueden ser adquiridas, como la preclampsia, síndrome de Hellp o embolia del líquido amniótico, o congénitas como la hemofilia tipo A, por ejemplo.

Cuando uno o más factores están presentes, el riesgo de hemorragia después del parto es aún mayor.

A pesar de ser más común durante el parto, esta hemorragia también puede ocurrir incluso en el primer mes después del mismo en los casos donde hayan vestigios de placenta aún adheridos al útero; no obstante, esto no coloca la vida de la madre en riesgo de muerte. Conozca cuándo preocuparse por el sangrado postparto

Signos de alerta

El principal signo de alerta es la pérdida de más de 500 a  1000 mL de sangre, lo cual puede observarse por medio de algunos signos y síntomas como desmayo, palidez, debilidad, dificultad para estar de pie o con el bebé en el regazo, además de que puede haber algunos casos en los que manifiesten con fiebre y dolor abdominal.

Pese a que no sea posible predecir que habrá una hemorragia durante el parto, se puede evitar que ocurra adoptando ciertas medidas, como tratar la anemia durante el embarazo, entrenarse para el parto normal a través de clases de preparación y practicar ejercicios durante la gestación, con la finalidad de adquirir más resistencia y que el parto normal sea más rápido. 

Asimismo, es indispensable solo tomar los medicamentos indicados por el obstetra, en la dosis y durante el tiempo recomendado por el mismo; también es importante leer el prospecto y observar si existen señales de que algo no está bien antes y durante el trabajo de parto. 

Clasificación de la hemorragia postparto

La hemorragia postparto se puede clasificar en:

  • Hemorragia postparto primaria: la cual ocurre durante las primeras 24 h después del parto;
  • Hemorragia postparto secundaria: la cual ocurre entre las 24 horas y las 6 semanas postparto.

El sangrado postparto, conocido como loquios, dura algunas semanas y se caracteriza por la salida de cantidades de sangre semejante a la menstruación, siendo considerado normal. Sin embargo, cuando se observa pérdida de cantidades excesivas de sangre es señal de hemorragia, cuya causa debe ser identificada y el tratamiento iniciado cuanto antes. 

Cómo es realizado el tratamiento

El tratamiento para la hemorragia postparto deberá ser indicado por el médico tratante, pues dependerá de cuál sea la causa de la hemorragia, y el objetivo será detener el sangrado. Por este motivo, el tratamiento puede consistir en:

  • Masaje manual en el útero para estimular las contracciones;
  • Remover la placenta o coágulos que permanezcan en el útero;
  • Administrar oxitocina por vía intravenosa, para estimular las contracciones uterinas. Conozca cuáles son los efectos de la oxitocina en el organismo;
  • Colocación de un balón de Bakri o una sonda de Foley para comprimir el sangrado dentro del útero. En caso de no tener estos materiales, el médico podría optar por llenar el útero con esponjas y materiales estériles;
  • En cualquiera de los casos, podría haber la posibilidad de reponer la sangre a través de una transfusión sanguínea y los líquidos perdidos a través de sueros de rehidratación por vía intravenosa, de manera de prevenir un shock hipovolémico.

En casos más graves, el médico puede optar por cortar o retirar las arterias que irrigan el útero, con la finalidad de controlar la hemorragia y salvar la vida de la mujer. Además, también podría optar por extirpar el útero, a través de una histerectomía, generalmente como último recurso.

Después de un episodio de hemorragia postparto es normal que la mujer tenga anemia durante algunas semanas, necesitando tomar un suplemento de hierro por algunos meses. El médico también podría solicitar que la mujer reciba transfusión de sangre durante la hospitalización. Conozca en qué situaciones la transfusión sanguínea es necesaria

Cómo es la recuperación

Debido a la gran pérdida de sangre, la mujer puede sufrir de anemia durante algunas semanas, siendo necesario realizar el tratamiento indicado por el médico, el cual normalmente incluye el aumento del consumo de hierro a través de la alimentación y del consumo de suplementos de hierro.  Conozca los mejores alimentos para tratar la anemia.

Entre los síntomas de la anemia pueden surgir cansancio y somnolencia excesiva, lo que es posible que dificulte los primeros cuidados del bebé dentro de casa durante las primeras semanas.

Pese a eso, la lactancia no se debe ver perjudicada, y todas las fuerzas de la madre deben centrarse en alimentarse y garantizar su seguridad y la de su bebé. Asimismo, tener a alguien en casa para ayudar a preparar la comida, limpiar la casa y lavar la ropa puede ser esencial para mantener la calma y todo bajo control.