Faringitis: síntomas, causas y tratamiento

Actualizado en agosto 2021

La faringitis corresponde a una inflamación en la garganta que puede ser provocada tanto por virus, llamada faringitis viral, como por bacterias, llamada faringitis bacteriana. Esta inflamación causa dolor de garganta intenso, ocasionando su enrojecimiento y, en algunos casos, puede surgir fiebre y pueden aparecer pequeños bultos dolorosos en el cuello. 

El tratamiento para la faringitis debe ser indicado por el médico general u otorrinolaringólogo y, generalmente, es realizado con el uso de medicamentos para reducir la inflamación y aliviar los síntomas, o el uso de antibióticos alrededor de 10 días cuando la causa de la faringitis es bacteriana. 

Durante el tratamiento, es importante que la persona esté atenta a la alimentación, evitando alimentos muy calientes o helados y también debe evitar hablar, pues eso puede incomodar y generar tos, lo que puede empeorar los síntomas. Además, es importante que la persona permanezca en reposo y tome bastante líquido durante el día. 

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Principales síntomas

El principal síntoma de la faringitis es el dolor en la garganta y la dificultad para tragar, sin embargo, pueden surgir otros síntomas como: 

  • Enrojecimiento e hinchazón de la garganta;
  • Dificultad para tragar;
  • Fiebre;
  • Malestar general;
  • Indisposición;
  • Dolor de cabeza;
  • Ronquera.

En el caso de la faringitis bacteriana, la fiebre puede ser más alta, puede haber aumento de tamaño de los ganglios linfáticos y la presencia de secreción purulenta en la garganta. 

Apenas surjan los primeros síntomas de faringitis, es importante acudir al otorrinolaringólogo para que sea realizado el diagnostico e iniciado el tratamiento adecuado. 

Cómo se realiza el diagnóstico

El diagnóstico de la faringitis debe ser realizado por el médico general o por el otorrinolaringólogo mediante la evaluación de los signos y síntomas presentados por la persona, principalmente tomando en cuenta las características de la garganta del paciente. Asimismo, normalmente es solicitada la realización de un cultivo de la garganta para verificar cuál es el microorganismo que puede estar causando la faringitis y, de esta forma, el médico puede indicar el tratamiento más adecuado. 

Además, pueden ser solicitados exámenes de sangre para verificar si existe alguna alteración que sugiera el aumento de la gravedad de la enfermedad, siendo más frecuente que soliciten este examen cuando son visualizadas placas blancas en la garganta, pues puede indicar una posible infección bacteriana y existe mayor probabilidad de proliferación, diseminación y agravamiento de la enfermedad. 

Causas de la faringitis

Las causas de la faringitis están relacionadas con los microorganismos que la provocan. En caso de faringitis viral, los virus causantes pueden ser Rinovirus, Coronavirus, Adenovirus, Influenza o Parainfluenza, pudiendo ocurrir como consecuencia de un resfriado o gripe, por ejemplo. 

En relación a la faringitis bacteriana, la más frecuente es la faringitis estreptocócica causada por la bacteria Streptococcus pyogenes, siendo importante que sea identificada de forma rápida para evitar el surgimiento de complicaciones. 

Cómo es realizado el tratamiento

El tratamiento de la faringitis varía de acuerdo a los síntomas y a la causa, es decir, si es viral o bacteriana. No obstante, independientemente de la causa, es importante que la persona permanezca en reposo y beba bastante líquido durante el tratamiento. 

En caso de faringitis viral, el tratamiento indicado por el médico normalmente consiste en el uso de analgésicos y medicamentos para la fiebre, durante 2 a 3 días. Por otra parte, en caso de faringitis bacteriana, el tratamiento debe ser realizado con antibióticos como penicilina o amoxicilina, durante 7 a 10 días, o de acuerdo con las indicaciones del médico. En el caso de personas que sean alérgicas a la penicilina y derivados, el médico puede recomendar el uso de eritromicina. 

Independientemente del tipo de faringitis, es importante que el tratamiento sea realizado de acuerdo con la orientación del médico, inclusive si se siente mejoría de los síntomas antes de acabar el tratamiento indicado.