Envejecimiento prematuro: qué es y cómo revertirlo

Actualizado en mayo 2023

El envejecimiento prematuro o precoz de la piel ocurre cuando existe, además del envejecimiento natural provocado por la edad, una aceleración de la formación de flacidez, arrugas y manchas debido a hábitos de vida, factores ambientales (como polución), mala alimentación, tabaquismo, consumo de alcohol, sedentarismo y estrés.

Sin embargo, la principal causa del envejecimiento prematuro es principalmente la exposición solar sin utilizar protección, pues los radicales libres presentes en estas situaciones causan daños a la salud de los tejidos.

De esta forma, para evitar el envejecimiento prematuro se recomienda tener una alimentación rica en frutas y verduras, los cuales son ricos en vitaminas y minerales con propiedades antioxidantes, además de beber mucha agua, reducir el consumo de dulces y alimentos grasosos, evitar el alcohol, realizar actividad física de forma regular y utilizar tratamientos en la piel, por ejemplo.

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Síntomas de envejecimiento prematuro

 Los principales síntomas de envejecimiento prematuro en la piel son:

  • Arrugas y líneas de expresión en la frente, alrededor de los labios (bigote chino) y de los ojos (patas de gallina): surgen debido a la pérdida de colágeno y elastina, lo que hace que la piel deje de tener su firmeza habitual y surjan fallas;
  • Manchas oscuras: son causadas gracias a la exposición solar excesiva y sin fotoprotección, puesto que los rayos UV son agresivos para la piel, o también debido a alteraciones hormonales en mujeres embarazadas o en ancianos, pues en estos casos la pigmentación es estimulada;
  • Flacidez en exceso: el envejecimiento precoz torna la piel más fina y sin firmeza debido a la falta de hidratación y a la pérdida de su capa de grasa, lo que la deja sin brillo y sin vitalidad;
  • Presencia de ojeras y palidez: la región alrededor de los ojos sufre bastante el efecto del envejecimiento, por esta razón, las ojeras intensas o aquellas que empeoran pueden ser un signo de que la piel no se encuentra saludable;
  • Verrugas: son verrugas benignas y pigmentadas, que suelen aparecer en la edad media de la vida, pero pueden aparecer de manera prematura por la exposición prolongada al sol;
  • Piel quebradiza y pobre en grasas: puesto que la secreción de las glándulas sebáceas y sudoríparas decrece con la edad, disminuyen sustancias importantes que protegen a la piel y esta reacciona con mayor sensibilidad a los jabones y a las soluciones alcalinas.

Asimismo, el surgimiento de canas también puede empeorar debido a la acción de los radicales libres, al estrés y a la falta de vitaminas y minerales, además de causas genéticas y hormonales. 

Realice la siguiente prueba y conozca si su piel tiene tendencia a desarrollar arrugas:

Cómo revertir el envejecimiento prematuro

Para combatir la acción de los radicales libres en la piel, impidiendo el envejecimiento precoz, es importante tener actitudes como:

1. Usar protector solar diariamente

El uso de protector solar, preferiblemente de FPS 30 o más, es fundamental para proteger la piel de la acción de los rayos UV y evitar no solo el envejecimiento, sino también la formación de cáncer de piel. Lo ideal es escoger un filtro adecuado para cada tipo de piel, ya sea grasa o seca, con el fin evitar otros efectos indeseados, como la formación de acné. 

2. Hacer limpieza de la piel

La limpieza diaria del rostro con productos específicos, como jabones y lociones, ayuda a mantener la piel suave y revitalizada. También es muy importante siempre remover el maquillaje luego de su uso, principalmente antes de acostarse, empleando desmaquillantes y lavando la cara con agua y jabón. Esto es muy importante para impedir la sequedad y los daños causados por la acumulación de productos en la piel. 

Asimismo, realizar exfoliaciones semanales o peelings periódicos ayuda a remover capas muertas de la piel y a renovarla. Conozca los pasos para llevar a cabo una limpieza facial en casa

3. Consumir alimentos antioxidantes

Los cuidados con respecto a la alimentación son fundamentales para permitir que la piel luzca joven, actuando de adentro hacia afuera. De esta forma, nutrientes antioxidantes, como vitamina C, vitamina A, vitamina E, selenio, zinc, isoflavonas y resveratrol, por ejemplo, los cuales son encontrados en vegetales, verduras y frutas, como zanahoria, betabel, uva, tomate, albaricoque, papaya y berenjena, ayudan no solo a disminuir el envejecimiento de la piel, sino también a mantener un organismo más saludable. Conozca una lista de alimentos antioxidantes.

4. Realizarse tratamientos en la piel

Las técnicas de tratamiento en la piel, que deben ser orientadas por un dermatólogo, son excelentes formas no solo de combatir los signos de envejecimiento, sino también de ayudar a conferirle a la piel una apariencia más joven, pues son capaces de disminuir las líneas de expresión y de eliminar las manchas. Algunos de los principales tratamientos recomendados son:carboxiterapia, peeling químico, luz pulsada, microagujas, tratamientos con ácidos y radiofrecuencia facial.

En caso de que esto no sea suficiente, una alternativa es el tratamiento de relleno facial con ácido hialurónico o botox, por ejemplo, o, en última instancia, recurrir a cirugía plástica, siendo importante conversar con el dermatólogo acerca de las alternativas disponibles. 

5. Tener hábitos saludables

Está comprobado que hábitos perjudiciales como fumar, consumir bebidas alcohólicas en exceso, sedentarismo, estrés y falta de descanso perjudican la apariencia de la piel, razón por la que es muy importante eliminar estos hábitos para que los tejidos estén bien nutridos, hidratados y saludables. Por lo tanto, se recomienda:

  • Practicar actividad física de 3 a 5 veces por semana;
  • Beber de 1,5 a 2 litros de agua diariamente;
  • No fumar;
  • Evitar beber alcohol;
  • Dormir bien;
  • Evitar el exceso de estrés. 

Asimismo, se recomienda mantener al día las evaluaciones médicas rutinarias, con la finalidad de controlar enfermedades que pueden empeorar la apariencia de la piel, como trastornos hormonales, carencias de vitaminas o enfermedades circulatorias, por ejemplo.