La embolia grasa es la obstrucción de vasos sanguíneos por presencia de grasa, que sucede en la mayoría de las veces después de fracturas de los huesos largos, como los huesos de las piernas, costillas y vértebras, así como de la pelvis, puede surgir en el postoperatorio de cirugías ortopédicas o procedimientos estéticos, como liposucción, por ejemplo.
Los émbolos de grasa pueden diseminarse por las venas y las arterias del organismo, estas son llevadas por el torrente sanguíneo y pueden lesionar varias regiones del cuerpo. Normalmente, la embolia sólo causa daños serios cuando se presenta en grandes cantidades, y cuando esto sucede, los órganos más afectados son:
- Pulmones: son los principales órganos lesionados, pudiendo existir falta de aire y baja oxigenación de la sangre, pudiendo existir tromboembolismo pulmonar. Conozca qué causa, principales síntomas y cómo tratar el tromboembolismo pulmonar;
- Cerebro: cuando es lesionado, pueden producirse alteraciones como ACV, pérdida de la fuerza, alteración de la marcha, de la vista y dificultad en el habla, por ejemplo;
- Piel: ocurre una inflamación que produce lesiones enrojecidas y tendencia al sangrado.
Sin embargo, otros órganos como los riñones, retinas, bazo o hígado, por ejemplo, también pueden lesionarse y verse comprometidos en su función.

Principales causas
La embolia grasa puede ser producida por situaciones como:
- Fractura de los huesos, como el fémur, tibia y pelvis, después de un accidente automovilístico o caída;
- Cirugías ortopédicas, como artroplastia de la rodilla o cadera;
- Cirugías plásticas, como lipoaspiración o realización de Lipofilling.
La embolia grasa también puede producirse sin un motivo claro, de forma espontánea, lo cual es raro. Algunos de los grupos de riesgo son los portadores de infección generalizadas, personas con crisis de anemia falciforme, pancreatitis, diabetes, esteatosis hepática, uso prolongado de corticoides o con quemaduras extensas.
Posibles síntomas
Generalmente, la embolia grasa lesiona pequeños vasos de la circulación, por lo que no en todos los casos causa síntomas excepto cuando hay una embolia masiva, es decir, cuando lesiona muchos vasos sanguíneos al punto de comprometer la circulación y el funcionamiento de los órganos. Algunos de los síntomas que pueden surgir incluyen la falta de aire, dolor de cabeza, alteraciones de la vista o del habla, debilidad, somnolencia, pérdida de la consciencia y coma, además de lesiones en la piel.
El diagnóstico de la embolia se realiza por medio de la evaluación clínica, y algunos exámenes pueden ayudar a demostrar las áreas de lesiones de los órganos por la falta de flujo de sangre, como la resonancia magnética.

¿Cuándo se produce el Síndrome de Embolia grasa?
La embolia grasa recibe el nombre de Síndrome de Embolia Grasa cuando es grave y lesiona de forma simultánea los pulmones, el cerebro, la coagulación de la sangre y la piel, provocando un cuadro grave que incluye dificultad para respirar, alteraciones cerebrales y lesiones enrojecidas en la piel, que indican inflamación y tendencia al sangrado.
Cerca del 1% de los casos de embolia grasa desarrollan este síndrome, el cual es muy grave debido que, además de la obstrucción de los vasos por la grasa también desencadena reacciones químicas en la circulación que producen una intensa reacción inflamatoria en el organismo.
Cómo se realiza el tratamiento
A pesar de no haber un tratamiento específico para curar la embolia grasa, existen medidas utilizadas por el médico capaces de controlar los síntomas y facilitar la recuperación. En algunos casos, esta monitorización puede hacerse en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), hasta que haya mejoría y estabilización del cuadro clínico.
Algunas opciones utilizadas por el médico incluyen el uso de catéter o mascarilla de oxígeno, además de la monitorización continua de los signos vitales. En caso de ser necesario, puede hidratarse por la vena con suero, así como el uso de medicamentos para regular la presión arterial.
Además, algunos médicos pueden intentar el uso de medicamentos corticoides con la intención de disminuir la reacción inflamatoria de la enfermedad.