El edema óseo es la acumulación de líquido dentro del hueso, en la médula ósea, lo que provoca hinchazón en el hueso y síntomas como dolor en el hueso afectado, hinchazón alrededor, rigidez o dificultad para mover el miembro afectado.
Esta condición, también llamada edema de la médula ósea, puede ser causada por traumatismos en el hueso, como golpes, fracturas o contusiones, artrosis, artritis reumatoide o incluso cáncer en el hueso.
El tratamiento del edema óseo lo realiza el ortopedista o médico general y normalmente implica reposo, aplicación de compresas frías, uso de medicamentos, fisioterapia o cirugía en los casos más graves.
Síntomas de edema óseo
Los principales síntomas del edema óseo son:
- Dolor leve a intenso en el hueso afectado;
- Hinchazón y enrojecimiento alrededor de la zona afectada;
- Aumento de la sensibilidad en el lugar;
- Rigidez o dificultad para mover el miembro afectado;
- Sensación de inestabilidad en la articulación afectada.
El dolor del edema óseo generalmente empeora con la actividad y mejora con el reposo, pudiendo también ser persistente o empeorar gradualmente con el tiempo.
El edema óseo normalmente ocurre en huesos como el tobillo, la rodilla o la cadera, aunque puede aparecer en cualquier hueso del cuerpo.
Es importante consultar al ortopedista o al médico general siempre que aparezcan síntomas de edema óseo, para que se realice el diagnóstico e inicie el tratamiento más adecuado.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico del edema óseo lo realiza el ortopedista o médico general a partir de la evaluación de los síntomas, el historial de salud o antecedentes de traumatismos, así como mediante exámenes físicos, de imagen o de laboratorio.
Para confirmar el diagnóstico, el médico puede solicitar pruebas como una ecografía o una resonancia magnética, por ejemplo.
Además, con el objetivo de identificar la causa del edema óseo, también pueden ser necesarios estudios complementarios como la densitometría ósea, una biopsia del hueso afectado o análisis de sangre.
Lea también: Densitometría ósea (DEXA): qué es, para qué sirve y resultados tuasaude.com/es/densitometria-oseaDónde puede ocurrir el edema óseo
El edema óseo puede ocurrir en cualquier hueso del cuerpo, pero las áreas más comunes son:
- Tobillo: debido a lesiones o esguinces.
- Rodilla: por traumatismos, artrosis o artritis.
- Cadera: especialmente en casos de osteonecrosis o lesiones articulares.
- Pie: en casos de estrés repetitivo o artritis.
- Columna vertebral: en casos de trauma o enfermedades como la osteoartritis.
- Muñeca: por lesiones deportivas o fracturas.
En general, el edema óseo puede ocurrir en cualquier área del cuerpo donde haya huesos y articulaciones, y es más frecuente en las áreas que soportan peso o que han sufrido algún tipo de trauma o desgaste.
Posibles causas
El edema óseo es causado por una inflamación en el interior del hueso trabecular o esponjoso, lo que provoca la acumulación de líquido en la médula ósea y debilita la estructura ósea.
Aunque esta condición es menos grave que una fractura, requiere tratamiento adecuado para prevenir posibles complicaciones.
Quién tiene mayor riesgo
Los principales factores que aumentan el riesgo de edema óseo son:
- Fractura ósea o fractura por estrés;
- Traumatismos en el hueso, como golpes o contusiones;
- Artrosis, artritis reumatoide o inflamación en los tendones;
- Osteoporosis, osteonecrosis o necrosis avascular del hueso;
- Infecciones óseas, como osteomielitis o artritis séptica;
- Cáncer óseo o metástasis en los huesos.
Además, el estrés repetitivo sobre el hueso —como ocurre en atletas o personas que están comenzando una rutina de ejercicios— también puede provocar edema óseo.
Otros factores de riesgo incluyen enfermedades metabólicas, como el síndrome de Cushing, la deficiencia de vitamina D, la insuficiencia renal crónica o el hiperaldosteronismo, por ejemplo.
Lea también: 11 síntomas de falta de vitamina D (y cómo tratar) tuasaude.com/es/deficiencia-de-vitamina-dCómo se realiza el tratamiento
El tratamiento del edema óseo debe ser indicado por un ortopedista o médico general y varía según la causa y la gravedad del problema.
Los principales tratamientos para el edema óseo incluyen:
1. Reposo
El reposo de la articulación afectada es fundamental para evitar la sobrecarga del hueso y el empeoramiento del edema óseo.
Por lo tanto, el médico puede recomendar evitar actividades que causen impacto en el hueso.
Además, el médico puede sugerir el uso de muletas en casos de edema óseo en el tobillo, la rodilla o la cadera, por ejemplo.
2. Aplicar compresas frías
La aplicación de compresas frías para el edema óseo ayuda a reducir el dolor y la hinchazón en la zona afectada.
Para hacer la compresa fría, se debe colocar hielo dentro de una bolsa térmica o poner el saco de gel en el congelador para enfriarlo.
Luego, se debe envolver la bolsa o el saco de gel en una toalla limpia y seca y aplicarlo en la región afectada, dejándolo actuar de 15 a 20 minutos, de 2 a 3 veces al día.
3. Elevar la pierna
Elevar la pierna por encima de la altura del corazón ayuda a estimular la circulación sanguínea y mejora el sistema linfático, aliviando la hinchazón en el área del edema óseo, especialmente cuando ocurre en el tobillo o la rodilla.
Así, se puede acostarse en la cama y colocar la pierna en la cabecera o apoyar la pierna sobre almohadas o cojines, por ejemplo.
4. Medicamentos para edema óseo
Los medicamentos para el edema óseo pueden ser indicados por el médico para ayudar a aliviar los síntomas o tratar su causa.
Los principales medicamentos para el edema óseo son:
- Antiinflamatorios no esteroideos, como ibuprofeno o naproxeno;
- Analgésicos, como paracetamol o dipirona;
- Inyección de corticoides en la articulación, en el caso de artritis;
- Antibióticos, en los casos de infecciones en los huesos;
- Bifosfonatos, como alendronato o ácido zoledrónico, en los casos de osteoporosis o necrosis avascular.
En el caso de edema óseo causado por cáncer o metástasis en el hueso, la persona debe ser derivada al oncólogo para recibir el tratamiento que involucra quimioterapia, radioterapia o cirugía, por ejemplo.
Lea también: Cáncer de huesos (óseo): qué es, síntomas y tipos tuasaude.com/es/cancer-en-los-huesos5. Uso de suplementos
El uso de suplementos puede ser recomendado por el médico para fortalecer los huesos o tratar deficiencias nutricionales.
De esta forma, puede ser indicado el uso de suplementos de calcio y vitamina D, por ejemplo.
Además, el uso de suplementos puede complementarse con una dieta rica en calcio y vitamina D, presentes en alimentos como leche, huevos o vegetales de hojas oscuras, por ejemplo.
6. Fisioterapia
La fisioterapia para el edema óseo se indica con el objetivo de aliviar los síntomas, fortalecer los músculos alrededor del hueso afectado, reducir la rigidez y disminuir el dolor y la inflamación del hueso.
Además, la fisioterapia ayuda a acelerar la recuperación del edema óseo.
Este tipo de tratamiento debe realizarse bajo la orientación del fisioterapeuta, y puede incluir estimulación electromagnética (magnetoterapia), láser o ultrasonido, y ejercicios específicos, entre otros.
7. Cirugía
La cirugía para el edema óseo es indicada por el ortopedista en los casos más graves.
Esta cirugía puede realizarse utilizando diferentes técnicas, como la descompresión del hueso, injerto óseo o la aplicación de células madre de la médula ósea para rellenar la cavidad del hueso afectado.
¿El edema óseo tiene cura?
El edema óseo tiene cura cuando se sigue el tratamiento indicado por el médico.
En la mayoría de los casos, el edema óseo se resuelve por sí solo una vez que se trata la lesión o la condición de salud que lo provocó.
Por eso, es importante consultar a un ortopedista o médico general en cuanto aparezcan los síntomas, para identificar la causa del edema óseo e iniciar el tratamiento adecuado que permita lograr la recuperación completa.
Posibles complicaciones
Las principales complicaciones del edema óseo son:
- Dolor crónico;
- Problemas de movilidad;
- Necrosis ósea;
- Fracturas por estrés;
- Daños en las articulaciones o artrosis.
Además, en algunos casos, pueden producirse deformidades óseas o incluso la necesidad de cirugía para eliminar el hueso afectado y colocar una prótesis, como prótesis de rodilla o de cadera, por ejemplo.
Estas complicaciones son más comunes cuando el edema óseo y su causa no son tratados adecuadamente.
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