Dolor Miofascial: qué es, principales síntomas y tratamiento

Actualizado en abril 2020

El dolor miofascial, también llamado síndrome miofascial, es un dolor muscular que se manifiesta cuando se presiona un punto específico del cuerpo, siendo este conocido como el punto gatillo, el cual corresponde a un pequeño nódulo en los músculos que cuando es palpado se puede sentir como un abultamiento y produce un dolor local que se irradia hacia otras partes del cuerpo.

Normalmente, la formación de los puntos gatillo puede estar relacionada con diversos factores, como por ejemplo, mala postura en el trabajo, ejercicios excesivos, movimientos repetitivos o golpes, por ejemplo. Este tipo de dolor es más común en espalda, hombros y cuello y puede ser fácilmente tratado por medio de la ejecución de estiramientos, fisioterapia y cambios de hábitos.

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Principales síntomas

Los síntomas del dolor miofascial tienden a empeorar con el movimiento o ejercicio físico, sin embargo, cuando la lesión permanece por más de 12 semanas, puede surgir dolor e incomodidad incluso cuando la persona está en reposo. Otros signos y síntomas del dolor miofascial son:

  • Aumento de la tensión en el músculo dolorido (rigidez muscular);

  • Disminución de la amplitud de movimiento;

  • Dolor al presionar el punto dolorido;

  • Puntos duros en los músculos, los cuales pueden ser sentidos como un bulto al presionar toda la banda muscular (puntos gatillo);

  • Contracción del músculo al inserir la aguja o realizar la palpación transversal;

  • Alivio del dolor al realizar el estiramiento del músculo.

El diagnóstico del dolor miofascial puede ser realizado por el médico o el fisioterapeuta a través de la palpación y la observación de la zona dolorida, aunque no es necesario exámenes de imagen, el fisioterapeuta puede realizar algunas pruebas que evidencian este síndrome.

Qué ocasiona la formación de puntos gatillo

Son varios los factores que pueden ocasionar la formación de puntos gatillo, pudiendo ser debido a factores psicológicos, alteraciones del organismo o como consecuencia de golpes, además de estar fuertemente relacionados con situaciones frente a la actividad profesional realizada.

Por esta razón, el estrés, el cansancio excesivo, las alteraciones del sueño y la tensión, así como las posturas y los movimientos repetitivos, pueden llevar a la formación de puntos gatillo. Además, estos puntos pueden también formarse debido a golpes, alteraciones hormonales, deficiencias nutricionales, problemas musculares o después de realizar una cirugía, por ejemplo.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento para el dolor miofascial debe ser realizado por el ortopedista y por el fisioterapeuta, con el objetivo de aliviar el dolor y la incomodidad; este se realiza mediante el uso de medicamentos, estiramientos y técnicas de liberación miofascial, que son realizadas en las sesiones de fisioterapia.

Las principales formas de tratamiento recomendadas son:

1. Medicamentos

El médico puede recomendar el uso de analgésicos, como Paracetamol o Dipirona, o antiinflamatorios, como Diclofenaco, que pueden ser usados en forma de comprimidos, pomadas o lociones, además de los relajantes musculares, como ciclobenzaprina. En algunas situaciones, el médico puede indicar la realización de una infiltración con solución fisiológica salina directamente en el punto gatillo o el uso de un aerosol de fluorometano o cloruro de etilo, que garantiza buenos resultados.

2. Compresas calientes

Colocar una compresa caliente y dejarla actuar durante cerca de 20 minutos cada vez, es una buena manera de aliviar el dolor muscular. Es posible utilizar esta estrategia de 2 a 3 veces al día e, inmediatamente después, se deben realizar los estiramientos, pues así, la eliminación de los puntos gatillo puede ocurrir de manera más efectiva.

3. Estiramientos

Consiste en realizar ejercicios que sirvan para estirar el músculo y toda la región afectada, durante 30 segundos a 1 minuto cada vez. Los estiramientos pueden ser realizados de forma pasiva, que es cuando otra persona sostiene la pierna o brazo para que el músculo sea estirado, o de manera activa cuando la propia persona realiza el estiramiento muscular.

4. Liberación miofascial

Presionar y friccionar el músculo y el punto gatillo, también son técnicas indicadas para combatir el dolor miofascial. Para que cause menos dolor, el desprendimiento de la piel del músculo puede ser realizado durante la realización de un masaje.

Optar por el uso de bolas o rodillos también es una buena estrategia para eliminar los puntos gatillo que dan origen al dolor miofascial. 

5. Otros recursos

Además, las personas pueden recurrir a la acupuntura, la crioterapia o la electroterapia con el uso de TENS, ecografía o láser para minimizar el dolor provocado por los puntos gatillo. Existen varias técnicas diferentes que pueden ser usadas para combatir este dolor; siendo los masajes y automasajes excelentes.