Diuréticos: qué son, tipos y contraindicaciones

Los diuréticos son medicamentos que favorecen la eliminación de sodio y agua en la orina y suelen indicarse en el tratamiento de la hipertensión arterial, glaucoma, alcalosis metabólica, insuficiencia renal aguda e hinchazón causada por enfermedades del corazón, riñón o hígado.

Pueden usarse solos o en combinación con otras sustancias activas y existen varios tipos de diuréticos disponibles, como los tiazídicos, de asa, ahorradores de potasio, osmóticos o inhibidores de la anhidrasa carbónica, que tienen mecanismos de acción diferentes y actúa en distintas zonas del riñón.

Según la condición a tratar, el médico puede indicar diferentes tipos de diuréticos, los cuales deben utilizarse únicamente bajo su orientación.

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Diferentes tipos

Los diferentes tipos de diuréticos son:

1. Diuréticos de asa

Los diuréticos de asa actúan en una parte específica de los riñones llamada asa de Henle, donde aumentan la eliminación de sodio, agua y cloro, además de pequeñas cantidades de magnesio y calcio, lo que impide que el agua sea reabsorbida y reduce el exceso de líquidos en el organismo.

También ejercen un efecto directo sobre el flujo sanguíneo al dilatar los vasos y disminuir la resistencia vascular renal.

Se caracterizan por tener un efecto diurético potente, de inicio rápido y corta duración.

Nombres genéricos/comerciales: furosemida (Lasix). Conozca más sobre la furosemida.

Indicaciones terapéuticas: se utilizan para controlar el edema pulmonar agudo y otros tipos de hinchazón más leves, insuficiencia renal aguda, insuficiencia cardíaca, insuficiencia hepática con cirrosis e hinchazón en personas con hipertensión.

También pueden emplearse en casos de hipercalcemia aguda, ya que favorecen la eliminación de calcio por la orina.

Efectos secundarios más comunes: pueden causar alteraciones electrolíticas, deshidratación, hipovolemia, aumento de creatinina y triglicéridos en sangre, crisis de gota y aumento del volumen de orina.

2. Diuréticos tiazídicos

Los diuréticos tiazídicos actúan bloqueando el canal de sodio y cloro en los túbulos renales, lo que evita la reabsorción de sodio y favorece su eliminación. Al eliminar sodio, también se arrastra agua, reduciendo la retención de líquidos que en exceso puede aumentar la presión arterial.

Estos medicamentos también favorecen la eliminación de cloro y potasio a través de la orina y contribuyen a la relajación de los vasos sanguíneos, lo que les confiere un efecto diurético moderado.

Nombres genéricos y comerciales: indapamida (Natrilix), hidroclorotiazida (Micardis Plus, Co-Diovan, Atacand Plus) y clortalidona (Higroton).

Indicaciones terapéuticas: se utilizan principalmente para reducir la presión arterial y en el tratamiento crónico de edemas asociados con insuficiencia cardíaca congestiva, cirrosis hepática y enfermedad renal.

Efectos secundarios más comunes: mareo, dolor de cabeza, debilidad, náuseas, vómitos, cólicos, diarrea, estreñimiento, colecistitis, pancreatitis y alteraciones en la sangre o en la piel.

3. Diuréticos ahorradores de potasio

Los diuréticos ahorradores de potasio favorecen la eliminación de sodio y agua, pero evitan la pérdida de potasio, un mineral esencial para regular los latidos del corazón y mantener la función adecuada de los nervios y músculos.

Tienen un efecto menos potente y suelen indicarse cuando existe riesgo de presentar niveles bajos de potasio en la sangre o en personas que utilizan medicamentos que reducen este mineral en el organismo.

Nombres genéricos/comerciales: amilorida (disponible solo en combinación con otras sustancias activas) y espironolactona (Aldactone, Diacqua).

Indicaciones terapéuticas: ejercen una acción diurética leve y rara vez se emplean solos en el tratamiento del edema o la hipertensión. Con frecuencia se combinan con otros diuréticos para potenciar el efecto diurético y antihipertensivo.

Efectos secundarios más comunes: pueden ocasionar aumento del volumen de líquido extracelular, deshidratación e hipernatremia.

4. Diuréticos osmóticos

Estos tipos de diuréticos actúan aumentando la presión osmótica en los túbulos renales, lo que impide la reabsorción de agua y favorece la eliminación de orina.

De esta forma, disminuyen la presión intracraneal y la presión intraocular elevada.

Nombres genéricos/comerciales: manitol al 20 %.

Indicaciones terapéuticas: el manitol al 20 % se utiliza en el tratamiento del edema cerebral, glaucoma agudo, insuficiencia renal aguda y en la preparación para cirugía oftalmológica.

Efectos secundarios más comunes: pueden presentarse náuseas, vómitos, sed, dolor de cabeza, mareos, temblores, fiebre, taquicardia, dolor en el pecho, hipernatremia, deshidratación, visión borrosa, urticaria o hipertensión.

5. Diuréticos inhibidores de la anhidrasa carbónica

Los diuréticos inhibidores de la anhidrasa carbónica actúan bloqueando la enzima anhidrasa carbónica, que participa en el transporte de dióxido de carbono y en el control del pH sanguíneo.

Al inhibirse esta enzima, se incrementa la eliminación de bicarbonato de sodio y agua a través de la orina.

Nombres genéricos/comerciales: acetazolamida.

Indicaciones terapéuticas: se utilizan para el tratamiento del glaucoma, la alcalinización de la orina, la alcalosis metabólica y el mal de montaña agudo.

Efectos secundarios más comunes: pueden incluir acidosis metabólica, aumento de líquidos extracelulares, hiponatremia, dolor de cabeza, somnolencia, náuseas, vómitos y deshidratación.

Contraindicaciones

Algunos diuréticos están contraindicados en mujeres embarazadas o en período de lactancia, así como en personas con alergia a alguno de los componentes de la fórmula.

Asimismo, no se recomiendan en casos de alteraciones renales graves, insuficiencia hepática avanzada, niveles muy bajos de sodio o potasio en la sangre, anuria (ausencia de producción de orina), descompensación cardíaca grave, deshidratación o cirrosis, debido al riesgo de desarrollar encefalopatía hepática.