Cesárea: qué es, indicaciones y cómo se realiza

Actualizado en abril 2022

La cesárea es un tipo de parto que consiste en la realización de un corte en la región abdominal, bajo una anestesia aplicada en la columna vertebral de la mujer, por el anestesiólogo, para permitir el nacimiento del bebé.

Este tipo de parto puede ser programado por el obstetra en caso de que así lo decida la mujer, o en caso de que haya riesgo de complicaciones para la madre y/o el bebé, como en los casos de diabetes gestacional o trabajo de parto prolongado y sin dilatación completa, pero también puede ser realizada en situaciones de emergencia como ruptura uterina o infección de la placenta, por ejemplo.

Es importante que la mujer acuda a sus consultas prenatales durante la gestación para que el médico pueda evaluar el estado de salud de la mujer y del bebé, y considerar la realización de una cesárea.

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Indicaciones absolutas de cesárea

Las principales indicaciones absolutas que el obstetra toma en cuenta para realizar una cesárea, son:

1. Placenta previa o desprendimiento de la placenta

La placenta previa ocurre cuando la misma está fija en un sitio que impide el paso del bebé por el canal de parto, siendo posible que la placenta salga antes que el bebé. Por otra parte, el desprendimiento de la placenta ocurre cuando la misma se suelta del útero antes del nacimiento.

La indicación de cesárea en estas circunstancias se da porque la placenta es la responsable por el suministro de oxígeno y nutrientes al bebé, y cuando esta se encuentra comprometida, el bebé puede verse perjudicado por la falta de oxígeno, lo que le podría causar daños cerebrales.

2. Ruptura uterina

La ruptura uterina es una complicación obstétrica grave en que se rompe la musculatura del útero durante el último trimestre del embarazo o en el momento del parto, lo cual puede resultar en sangrados excesivos y dolor abdominal intenso, pudiendo poner en riesgo la vida de la mujer y del bebé, siendo en este caso recomendado la cesárea de forma inmediata.

3. Rotura de vasa previa

La vasa previa es una condición en que las membranas que contiene los vasos sanguíneos que conectan al cordón umbilical a la placenta están cercanas o pasan por el cuello del útero, pudiendo romperse y causar sangrado intenso en la mujer y en el bebé, siendo considerada una situación de emergencia obstétrica, en que la cesárea debe realizarse de inmediato.

4. Eclampsia o preeclampsia

La preeclampsia es una complicación del embarazo caracterizada por el aumento de la presión arterial y exceso de proteínas en la orina, que puede evolucionar a eclampsia, en que hay episodios repetidos de convulsiones, seguidos de coma, que puede ser fatal en caso de no ser tratada inmediatamente.

En estos casos, la cesárea puede ser recomendada por el obstetra lo antes posible.

5. Síndrome de HELLP

El síndrome de HELLP es un conjunto de alteraciones que pueden ocurrir en el embarazo, especialmente en el tercer mes de gestación, y se caracteriza por la destrucción de eritrocitos, aumento de las enzimas del hígado y disminución de la cantidad de plaquetas en al sangre.

Este síndrome, generalmente está asociado a preeclampsia o eclampsia, y puede poner en riesgo la vida de la madre y el bebé, siendo recomendado un parto inducido después de la semana 34 de gestación si la mujer está estable, o una cesárea de forma precoz, para evitar complicaciones tanto en la mujer como en el bebé. Conozca mejor qué es el síndrome de HELLP y cómo se realiza el tratamiento.

6. Bebés con síndromes o enfermedades

Los bebés a los que se les ha diagnosticado algún tipo de síndrome o enfermedad, como hidrocefalia u onfalocele, que es cuando el hígado o el intestino del bebé están fuera del cuerpo, deben siempre nacer por medio de cesárea. Esto porque en caso de onfalocele, el proceso de parto normal puede lesionar los órganos; y en el caso de hidrocefalia, las contracciones uterinas pueden perjudicar el cerebro.

7. Cuando la madre posee una ITS

Cuando la madre posee una infección de transmisión sexual (ITS) como el VPH o el herpes genital, que permanece hasta el final del embarazo, el bebé puede ser contagiado, razón por la cual se indica el parto por cesárea.

En mujeres que tienen infección por VIH, la cesárea electiva está indicada cuando la mujeres no está en tratamiento con antirretrovirales, tiene un conteo de CD4 baja o es desconocida y/o la carga viral es desconocida o mayor de 1000.

No obstante, si la mujer realiza el tratamiento para la ITS específica que posee y tiene la infección controlada, podrá intentar el parto normal.

8. Cuando el cordón umbilical sale primero

Durante el trabajo de parto, puede ocurrir que el cordón umbilical salga del cuerpo primero que el bebé; en esta situación, el bebé tiene el riesgo de quedarse sin oxígeno, pues la dilatación incompleta puede bloquear el paso de oxígeno por el cordón, por lo que la cesárea es la opción más segura.

9. Posición incorrecta del bebé

Si el bebé permanece en alguna posición que no sea con la cabeza hacia abajo, como acostado de lado o con la cabeza hacia arriba, y no se voltea antes del parto, lo más indicado es realizar una cesárea debido a que existe un mayor riesgo para la mujer y el bebé, pues las contracciones no son lo suficientemente fuertes, haciendo el parto normal más complicado.

La cesárea también puede indicarse cuando el bebé se encuentra en la posición correcta, pero la cabeza está posicionada levemente hacia atrás y con el mentón hacia arriba. Esto aumenta el tamaño de la cabeza del bebé, lo que dificulta el paso del mismo a través de los huesos de la cadera de la madre.

10. En caso de gemelos

En el embarazo de gemelos, cuando los dos bebés están posicionados correctamente con la cabeza hacia abajo, el parto puede ser normal; sin embargo, cuando uno de ellos aún no giró hasta el momento del parto, puede aconsejarse realizar una cesárea. Por otra parte, si son trillizos o cuatrillizos, incluso estando con las cabezas hacia abajo, se aconseja llevar a cabo una cesárea.

Además, la cesárea está indicada en caso de gemelos siameses, que son gemelos idénticos que tienen partes del cuerpo unidas.

11. Sufrimiento fetal

Cuando hay una alteración o disminución de los latidos cardíacos del bebé, disminución de los movimiento fetales y del volumen del líquido amniótico, puede indicar que hay sufrimiento fetal y, en este caso, puede ser necesario una cesárea, ya que los latidos débiles del bebé pueden hacer que no haya oxígeno suficiente en el cerebro, lo que lleva a daños cerebrales, como deficiencia motriz o parálisis cerebral, por ejemplo.

Indicaciones relativas de cesárea

Las indicaciones relativas para la realización de una cesárea se refiere a situaciones en que el médico puede indicar o no hacer este procedimiento, que incluyen:

  • Haber realizado 2 o más cesáreas anteriormente;
  • Diabetes gestacional, en los casos en que el peso estimado del feto en el ultrasonido es mayor de 4,5 kg;
  • Feto con peso estimado mayor de 5 kg, por ultrasonido;
  • Falla del progreso del trabajo de parto normal, encontrándose detenido, por lo que se prolonga sin haber una dilatación completa.

En esos casos, el obstetra debe evaluar la gestación y las condiciones de salud de la madre y del bebé y, en caso necesario, indicar la cesárea.

Pasos de una cesárea

El primer paso de una cesárea es la anestesia, la cual es aplicada en la columna vertebral con la mujer en posición sentada. Luego, es colocado un catéter en el espacio epidural para facilitar la administración de medicamentos y es colocada una sonda para contener la orina.

Después del inicio del efecto de la anestesia, el médico realizará un corte de 10 a 12 cm de ancho aproximadamente en la región abdominal, cerca de la "línea del bikini"; el corte realizado debe atravesar 6 capas de tejidos hasta llegar al bebé. Luego, el bebé es retirado.

Cuando el bebé es retirado del vientre, el pediatra neonatólogo deberá evaluar si este se encuentra respirando correctamente y, luego de esto, la enfermera ya puede mostrárselo a la madre mientras el médico también retira la placenta. El bebé se limpiará, pesará y medirá adecuadamente, y solo después es que es entregado a la madre para que lo amamante.

La parte final de la cirugía es el cierre del corte. En este punto, el médico va a suturar todas las capas de tejido que fueron cortadas para el parto, lo que puede demorar un promedio de 30 minutos.

Es normal que después de la cesárea se forme una cicatriz, no obstante, después de retirar los puntos y de la disminución de la inflamación de la región, la mujer puede recurrir a masajes y cremas que deben ser aplicadas en la zona, pues de esta forma es posible que la cicatriz quede más uniforme. Conozca cómo cuidar la cicatriz de la cesárea.

Riesgos y complicaciones

Aunque sea un procedimiento seguro, la cesárea posee más riesgos que el parto normal. Algunos de los riesgos y complicaciones que pueden surgir durante o después de la cirugía son los siguientes:

  • Desarrollo de infección;
  • Hemorragias;
  • Trombosis;
  • Lesión del bebé durante la cirugía;
  • Mala cicatrización o dificultad en la cicatrización, principalmente en mujeres con sobrepeso;
  • Formación de queloides;
  • Dificultades para amamantar;
  • Placenta adherida, que es cuando la placenta se une al útero luego del parto;
  • Placenta previa;
  • Endometriosis.

Estas complicaciones son más frecuentes en mujeres que se sometieron a 2 o más cesáreas, pues la repetición del procedimiento aumenta las posibilidades de complicaciones en el parto y de problemas de fertilidad.

¿Es posible tener un parto normal después de una cesárea?

Sí, es posible tener un parto normal luego de haber sido sometida a una cesárea, pues el riesgo de complicaciones es bajo cuando el parto es controlado y monitoreado, lo que brinda ventajas tanto para la madre como para el bebé, por lo que esta opción debe ser evaluada por el obstetra de acuerdo a la situación clínica actual de la mujer.

Sin embargo, dos o más cesáreas previas aumentan las probabilidades de rotura uterina, por lo que, en estos casos, se debe evitar el parto normal. Además, es importante destacar que las cesáreas repetidas aumentan el riesgo gestacional.

¿A las cuántas semanas se puede hacer una cesárea?

La cesárea electiva, que es cuando la mujer elige cuándo realizarse este procedimiento, puede ser hacerse a partir de la semana 39 o a los 273 días de gestación. Esto debido a que antes de las 39 semanas de embarazo, los órganos del bebé aún no están completamente maduros, lo cual aumenta el riesgo de complicaciones respiratorias, hepáticas o cerebrales.

Sin embargo, la cesárea puede realizare cuando la mujer entra en trabajo de parto antes de la semana 39 de gestación y ya haya decidido la realización de este procedimiento.

Además, en situaciones en que hay riesgo para la mujer o el bebé, la cesárea puede realizarse como una cirugía de emergencia de acuerdo a la evaluación e indicación del obstetra.