5 causas comunes de depresión y qué hacer

La depresión puede ser causada por factores genéticos, hereditarios, sociales, psicológicos o biológicos, como tener un familiar con depresión, el embarazo o el posparto, y alteraciones en los neurotransmisores.

Se trata de un trastorno psicológico caracterizado por síntomas como tristeza persistente, irritabilidad, falta de interés en actividades antes placenteras y, en algunos casos, pensamientos suicidas.

Cuando se confirma el diagnóstico de depresión, el psiquiatra o psicólogo puede indicar medicamentos y sesiones de psicoterapia para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.

5 posibles causas de depresión

Algunos factores que pueden favorecer el desarrollo de la depresión son:

1. Factores genéticos y hereditarios

La depresión puede estar relacionada con factores hereditarios. Los familiares directos, como padres, hermanos o hijos de personas con depresión, tienen aproximadamente tres veces más probabilidades de desarrollarla que la población general.

Además, ciertas variantes genéticas, como las que afectan el transporte del neurotransmisor serotonina, se asocian con un mayor riesgo de depresión, especialmente cuando se combinan con factores de estrés ambiental.

2. Alteraciones biológicas y bioquímicas

Las alteraciones en neurotransmisores como serotonina, dopamina y noradrenalina pueden contribuir a la aparición de síntomas de depresión.

Asimismo, las enfermedades neurodegenerativas y las lesiones vasculares se asocian con un mayor riesgo de desarrollar depresión.

Los cambios en el ritmo circadiano y en la exposición a la luz solar también pueden afectar los niveles de serotonina, provocando depresión de tipo estacional.

Además, problemas de sueño y enfermedades crónicas, como epilepsia, diabetes tipo 1 o trastornos autoinmunes, pueden aumentar la vulnerabilidad a la depresión, especialmente cuando afectan la calidad de vida y el bienestar general.

3. Embarazo y posparto

Durante el embarazo, la depresión puede aparecer debido a las variaciones hormonales propias de la gestación o al miedo de ser madre por primera vez, especialmente si hay antecedentes familiares de depresión.

Además, factores como embarazo de alto riesgo, falta de apoyo social, violencia doméstica, privación del sueño o antecedentes de abuso sexual pueden aumentar la probabilidad de desarrollar depresión durante el embarazo o el posparto.

4. Factores ambientales y psicosociales

Algunos factores psicosociales que pueden desencadenar la depresión son:

• Estrés crónico, ansiedad o TOC;
• Pérdida de una persona querida;
• Desempleo o cambios bruscos en la situación económica;
• Conflictos de pareja o separación;
• Problemas en la escuela, universidad o trabajo;
• Trauma psicológico, abuso, violencia o negligencia, como bullying, maltratos o abusos;
• Falta o disminución de apoyo social o sobrecarga del cuidador.

Además, hábitos como el consumo de alcohol y drogas pueden aumentar el riesgo de desarrollar depresión.

Algunos factores ambientales que pueden aumentar el riesgo de depresión incluyen la exposición a violencia o conflictos, vivir en condiciones de pobreza o inseguridad. Además, la falta de luz solar y los climas extremos pueden afectar el estado de ánimo y favorecer la aparición de síntomas depresivos.

5. Uso de medicamentos

El uso frecuente de medicamentos como corticosteroides, opioides, interferones, mefloquina, anticonceptivos de progesterona implantados y propranolol puede provocar depresión en algunas personas, ya que estos fármacos pueden generar efectos secundarios que inducen ansiedad y cambios en el estado de ánimo.

Sin embargo, es importante destacar que la depresión no siempre está relacionada con el uso de medicamentos, sino que también puede deberse a otros factores biológicos, genéticos o ambientales.

Qué hacer

El tratamiento de la depresión tiene como objetivo promover la mejoría de la calidad de vida, siendo muchas veces indicado por el psiquiatra el uso de medicamentos antidepresivos y estabilizadores del ánimo, como fluoxetina o paroxetina.

El medicamento indicado por el médico y el tiempo de tratamiento pueden variar de acuerdo al grado de depresión, el cual puede ser leve, moderado o grave.

Además de los medicamentos, es fundamental que la persona realice sesiones de terapia con un psicólogo, que ayudan a enfrentar las dificultades emocionales, fomentar el autoconocimiento y brindar herramientas para facilitar la resolución de conflictos. 

También está indicado que la persona practique actividades que promuevan la sensación de bienestar, como actividad física, lectura, paseos al aire libre o meditación, por ejemplo, ya que de esta forma es posible regular los niveles de los neurotransmisores, como serotonina, dopamina y noradrenalina, por ejemplo.