Ansiedad en niños: qué es, cómo se puede identificar y controlar

Actualizado en diciembre 2021

La ansiedad es un sentimiento normal y común tanto en los adultos como en los niños, sin embargo, cuando esta ansiedad es muy fuerte e impide al niño vivir su vida normal o participar en diversas actividades, puede llevar a una situación más seria, que necesita ser tratada para permitir un desarrollo más completo.

Es común que el niño presente síntomas de ansiedad, cuando los padres se separan, cuando se mudan de casa, cambian de escuela o cuando alguna persona querida muere, por ello, ante estas situaciones más traumáticas, los padres deben estar atentos al comportamiento del niño, comprobando si está adaptándose a la situación o está desarrollando miedos irracionales y excesivos.

En algunos casos, el niño puede experimentar ansiedad excesiva, la cual no tiene un origen identificado y sus preocupaciones no desaparecen ni mejoran con el paso del tiempo, por lo que se recomienda que sea llevado con un pediatra o psicólogo infantil para que ayuda a desarrollar herramienta para afrontar los momentos de ansiedad y estrés.

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Principales síntomas

Los niños pequeños, por lo general, tiene mayor dificultad en expresar lo que están sintiendo y, de esta manera, pueden no expresar que tienen ansiedad, ya que ellos mismos no entienden lo que es estar ansiosos.

Sin embargo, existen algunos signos que pueden ayudar a los padres a identificar una situación de ansiedad, como:

  • Estar más irritado y lloroso que lo normal;
  • Tener más dificultad para conciliar el sueño;
  • Despertarse más veces que lo normal durante la noche;
  • Volver a chupar el dedo u orinarse en los pantalones;
  • Tener pesadillas frecuentes.

Los niños mayores pueden expresar lo que están sintiendo, pero a menudo estos sentimientos no se entienden como ansiedad y el niño puede terminar expresando falta de confianza y dificultad para concentrarse, por ejemplo, o intentar evitar las actividades diarias de rutina como salir con los amigos o asistir a la escuela.

Cuando estos síntomas son leves y pasajeros, normalmente no existe motivo para preocuparse y representan una situación de ansiedad pasajera. No obstante, si demoran más de 1 semana en pasar, los padres o cuidadores deben estar atentos e intentar ayudar al niño a superar esta fase.

Causas de ansiedad infantil

Debido a que los episodios de ansiedad no tienen un origen específico, se desconoce la causa exacta, sin embargo, se han identificado factores que predisponen al niño a presentar estos momentos de ansiedad excesiva, como:

  • Antecedentes familiares de ansiedad; 
  • Timidez;
  • Haber vivido eventos estresantes como la pérdida de un ser querido;
  • Alteraciones en los neurotransmisores cerebrales;
  • Género femenino.

Además, vivir en un ambiente familiar estresante, en el que el niño repite las conductas que ve en casa, refuerzan las conductas de respuesta antes situaciones de ansiedad. 

Cómo ayudar al niño a controlar la ansiedad

Cuando el niño entra en una crisis de ansiedad crónica, los padres, cuidadores o familiares son muy importantes para intentar romper el ciclo y restaurar el bienestar. Sin embargo, esta tarea puede ser muy complicada e incluso, los padres con muy buenas intenciones, pueden terminar cometiendo errores que agravan la ansiedad.

De esta manera, lo ideal es que, siempre que se identifique una posible situación de ansiedad excesiva o crónica, se consulte a un psicólogo, para que haga la evaluación correcta y recibir orientaciones adaptadas a cada caso.

Aún así, algunos consejos que pueden ayudar a controlar la ansiedad del niño, incluyen:

1. No tratar de evitar los miedos del niño

Los niños que sienten ansiedad, normalmente presentan algunos miedos, como salir a la calle, asistir a la escuela e incluso hasta hablar con otras personas. En estas situaciones, no es intentar evitar y alejar al niño de todas estas situaciones, pues de esta manera, no será capaz de superar sus miedos y no creará estrategias para vencerlos. Además, al evitar determinada situación, el niño puede entender que tiene razones para realmente querer evitar determinada situación, ya que el adulto también las está evitando.

No obstante, no se debe obligar al niño a enfrentar sus miedos, ya que la presión excesiva puede empeorar la situación. De esta forma, lo que se debe hacer es llevar las situaciones de miedo con naturalidad y siempre que sea posible, demostrarle al niño que es factible superar el miedo. 

2. De valor a lo que siente el niño 

En el intento por minimizar el miedo del niño, es relativamente común que los padres o cuidadores intenten hablar con el niño, afirmando que no debe preocuparse o no necesita tener miedo, sin embargo, este tipo de frase aunque son dichas con un propósito positivo, pueden ser evaluadas por el niño como un juicio, ya que puede creer que lo que está sintiendo no es verdad o no tiene sentido, por ejemplo.

De esta manera, lo ideal es hablar con el niño sobre sus miedos y lo que siente, manifestando que está de su lado para protegerlo y tratar de ayudarlo a superar la situación. Este tipo de actitud, por lo general, tiene un impacto más positivo, ya que ayuda a fortalecer al niño a nivel psicológico.

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3. Intentar disminuir el período de ansiedad

Otra manera de ayudar al niño a superar la ansiedad y demostrar que la ansiedad es un sentimiento temporal y que desaparece, incluso, cuando parece que no tiene forma de mejorar. Por esto, siempre que sea posible los padres y cuidadores, deben intentar disminuir el tiempo de la ansiedad que normalmente es mayor, antes de hacer alguna actividad. Es decir, imaginando que el niño tiene miedo de ir al dentista, los padres pueden informarle al niño solo 1 o 2 horas antes de acudir al dentista, para evitar que el niño permanezca con ese pensamiento por mucho tiempo.

4. Explorar la situación que causa la ansiedad

A veces puede ser útil para el niño tratar de explorar lo que está sintiendo y exponer la situación de manera racional. De esta forma, imaginando que el niño tiene miedo de ir al dentista, se puede intentar hablar con él sobre lo que piensa que hace el dentista y hacerle ver cuál es la importancia de esto en su vida. Además, en caso de que el niño se encuentre cómodo conversando, también se le puede preguntar qué es lo peor que podría suceder en aquella situación y ayudarlo a crear un plan en caso de que ocurra su miedo.

En la mayoría de las veces, el nivel de ansiedad se consigue reducir cuando el niño siente que tiene un plan para el peor escenario, dándole más confianza para superar sus miedos.

5. Practicar actividades relajantes con el niño

Esta es una técnica clásica, simple y puede ayudar al niño a controlar sus propios niveles de ansiedad cuando está solo. Para esto, se le debe enseñar al niño algunas actividades relajantes, que pueden ayudar a desviar el pensamiento de los miedos que está sintiendo.

Una buena técnica de relajamiento, consiste en respirar profundamente, inhalando durante 3 segundos y exhalar durante otros 3, por ejemplo. También otras actividades como contar el número de niños con pantalones cortos o escuchar música pueden ayudar a distraer y a controlar mejor la ansiedad.