Sudores nocturnos: 11 causas y qué hacer

Actualizado en febrero 2023

Los sudores nocturnos pueden ser causados por ansiedad, estrés, ambientes calurosos o el consumo de alimentos termogénicos, pero también pueden ser ocasionados por otras condiciones como la menopausia, diabetes, hipertiroidismo o infecciones.

Dependiendo de la causa del sudor nocturno, también pueden presentarse otros síntomas como pérdida de peso, temblor en partes del cuerpo, fiebre, irritabilidad, ciclo menstrual irregular y diarrea.

En caso de sudores nocturnos, especialmente si hay otros síntomas, es importante consultar al médico general. El tratamiento puede implicar el uso de medicamentos antidepresivos, reemplazo hormonal, control de la diabetes y, en algunos casos, la realización de una cirugía para evitar la sudoración.

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Causas de sudores nocturnos

Las principales causas de sudoración nocturna son:

1. Ansiedad o estrés

La ansiedad o estrés son condiciones en que la persona frecuentemente presenta preocupación y miedo intenso o persistente en relación con situaciones del día a día, causadas por la activación del sistema nervioso que libera adrenalina en el torrente sanguíneo. Cuando esto sucede durante la noche, la persona puede despertar con sudoración nocturna asociada a otros síntomas como latidos cardíacos acelerados y la sensación de que algo malo puede suceder.

Qué hacer: es importante identificar la causa de la ansiedad o del estrés y llevar un acompañamiento con un psicólogo, el cual podrá indicar también la consulta con un psiquiatra para evaluar la necesidad de utilizar medicamentos. Además, se deben adoptar medidas diarias para reducir la ansiedad o estrés, como practicar actividad física, respirar lentamente durante la crisis o beber un té calmante antes de dormir.

Vea otras opciones de remedios naturales para la ansiedad y el estrés.

2. Diabetes

Es común que las personas con diabetes en tratamiento con insulina presenten episodios de hipoglucemia durante la noche o al despertarse, y no que no lo sientan debido a que están durmiendo. No obstante, lo único que suelen notar es la sudoración excesiva al despertarse.

La hipoglucemia provoca sudores nocturnos debido a que activa mecanismos del cuerpo que liberan hormonas para compensar la falta de glucosa, causando transpiración, palidez, mareos, palpitaciones y náuseas.

Qué hacer: para evitar este tipo de episodios, que son peligrosos para la salud, es importante conversar con el médico para evaluar la posibilidad de ajustar la dosis o el tipo de medicamento que se está utilizando para controlar la diabetes.

Además de esto, también es importante seguir algunos consejos como: comprobar los niveles de glucosa sanguínea antes de dormir, ya que si está muy baja debe corregirse realizando una merienda saludable; se debe preferir la realización de actividad física durante el día, y nunca saltarse la cena; y evitar el consumo de bebidas alcohólicas por la noche.

3. Apnea del sueño

Las personas portadoras de apnea del sueño sufren de una disminución de la oxigenación de la sangre durante la noche, lo que causa la activación del sistema nervioso y puede provocar sudoración nocturna, además de aumentar la probabilidad de desarrollar hipertensión arterial, arritmias cardíacas y enfermedades cardiovasculares.

Esta enfermedad es un trastorno que causa un paro momentáneo de la respiración o hace con que la respiración sea muy superficial durante el sueño, causando ronquidos y en un sueño poco relajante, provocando síntomas de somnolencia durante el día, dificultad de concentración, dolor de cabeza e irritabilidad.

Qué hacer: la apnea del sueño debe ser tratada por un neumólogo, el cual puede indicar el uso de un aparato llamado CPAP o, en algunos casos, cirugía.

Conozca más sobre el tratamiento de la apnea del sueño.

4. Ambientes calientes

Cuando la temperatura corporal se eleva, la transpiración surge como una forma para que el organismo intente enfriarse e impedir que se caliente en exceso. En ambientes muy calientes o estaciones del año en que las temperaturas son elevadas, es común aumentar la producción de sudor, que puede ocurrir a cualquier hora del día, pero también puede suceder durante la noche.

Qué hacer: se debe ventilar el ambiente o, en caso de que se tenga, utilizar un ventilador o aire acondicionado, prendiéndolo algunos minutos antes de dormir.

5. Menopausia o SPM

En las mujeres, las variaciones de las hormonas femeninas (estrógeno y progesterona), principalmente durante la menopausia o en el síndrome premenstrual (SPM), también pueden causar un aumento de la temperatura basal del cuerpo, pudiendo provocar calor y sudoración, que puede presentarse durante la noche.

Los hombres no se libran de estos síntomas, ya que alrededor del 20% de los que están por encima de los 50 años pueden presentar la andropausia, también conocida como menopausia masculina, que consiste en la caída de los niveles de testosterona, pudiendo causar sudores nocturnos, además de calor, irritabilidad, insomnio y disminución de la libido. También puede ocurrir en hombres que realizan un tratamiento para reducir los niveles de testosterona, como ocurre en caso de un tumor de la próstata.

Qué hacer: este tipo de alteración tanto en los hombres como en las mujeres es benigno y tiende a pasar con el tiempo, sin embargo, en caso de que sean repetitivos o muy intensos, se debe conversar con el ginecólogo, el urólogo o con el endocrinólogo para investigar mejor la causa y buscar la mejor forma de tratar estos cambios hormonales, que en el caso de la menopausia o de la andropausia, podría ser necesario iniciar una terapia de reposición hormonal. Vea en qué consiste esta terapia.

Vea en el video a continuación algunos consejos para aliviar los síntomas de la menopausia:

6. Consumo de alimentos termogénicos

El consumo de alimentos termogénicos como pimienta, jengibre, alcohol o cafeína estimula el cerebro en la zona que regula la temperatura corporal y acelera el metabolismo, haciendo que el cuerpo genere más calor, lo que aumenta la producción de sudor, por lo que puede causar sudoración nocturna en caso de consumirse por la noche.

Qué hacer: evitar consumir alimentos con características termogénicas por la noche, dando preferencia a estos alimentos durante el día, para reducir la producción de sudor nocturno.

7. Hipertiroidismo

El hipertiroidismo es una enfermedad en la que hay desregulación de la glándula tiroides que produce cantidades excesivas de hormona tiroxina, llevando al aumento del metabolismo del cuerpo, lo cual aumenta la producción de sudor, que puede ser por la noche, siendo un síntoma común de esta enfermedad.

Qué hacer: se debe consultar a un médico para realizar exámenes de sangre que evalúen las hormonas tiroideas. En caso de confirmarse el hipertiroidismo, es importante iniciar el tratamiento más adecuado, que suele ser con medicamentos o cirugía.

Conozca más sobre cómo se realiza el tratamiento del hipertiroidismo.

8. Infecciones

Algunas infecciones, que pueden ser agudas o de evolución crónica, pueden provocar sudoración, especialmente nocturna. Algunas de las más comunes son:

  • Tuberculosis;
  • VIH;
  • Histoplasmosis;
  • Coccidioidomicosis;
  • Endocarditis;
  • Absceso pulmonar.

Generalmente, además de los sudores nocturnos, estas infecciones pueden cursar con otros síntomas como fiebre, pérdida de peso, debilidad, aumento de los ganglios por el cuerpo y escalofríos, que son contracciones y relajamientos rápidos e involuntarios que ocurren en el cuerpo. Vea otras causas de escalofríos.

Qué hacer: ante la presencia de la sudoración nocturna con el surgimiento de otros síntomas, es importante que el médico realice una evaluación para que indique el tratamiento lo más pronto posible, de acuerdo al tipo de microorganismo que está involucrado, pudiendo ser necesario el uso de antibióticos, antimicóticos o antirretrovirales.

9. Uso de medicamentos

Algunos medicamentos pueden causar como efecto secundario la presencia de sudoración nocturna, algunos ejemplos son los antipiréticos como el Paracetamol, algunos antihipertensivos y algunos antipsicóticos.

Qué hacer: en caso de que la persona que use alguno de estos medicamentos presente episodios de sudores nocturnos, no debe interrumpirse el uso del medicamento, pero si se debe conversar con el médico que lo recetó para que se evalúen otras situaciones más comunes, antes de pensar en retirar el medicamento o cambiarlo por otra medicación.

10. Cáncer

La sudoración nocturna puede ser un síntoma frecuente de algunos tipos de cáncer, como los linfomas o la leucemia. No obstante, cuando se trata de este tipo de enfermedades, es posible que surjan otros síntomas como pérdida de peso, aumento de los ganglios linfáticos, aumento del riesgo de sangrado y disminución del sistema inmune.

La sudoración también puede surgir ante la presencia de algunos tumores neuroendocrinos, como feocromocitoma o tumor carcinoide, los cuales estimulan la liberación de hormonas que activan la respuesta neurológica, provocando crisis de palpitación, sudoración, rubor en la cara y elevación de la presión arterial, por ejemplo.

Qué hacer: el tratamiento debe ser orientado por el oncólogo, y en algunos casos el endocrino también puede sugerir algunas indicaciones, y puede consistir en la realización de una cirugía, quimioterapia y/o radioterapia, dependiendo del tipo de tumor y de la gravedad del cuadro clínico.

11. Enfermedades neurológicas

Algunas personas pueden presentar un problema a nivel del sistema nervioso autónomo, que es el responsable por el control de las funciones que no dependen de nuestra voluntad, como es el caso de la respiración, latidos cardíacos, presión arterial, digestión o la regulación de la temperatura corporal.

Este tipo de alteración causa disautonomía, es decir, una inmadurez a nivel del sistema nervioso que regula estas funciones del organismo que son involuntarias, provocando síntomas como sudoración, desmayos, caída súbita de la presión arterial, palpitaciones, visión borrosa, boca seca e intolerancia a ciertas actividades como mantenerse de pie, levantarse o caminar durante mucho tiempo.

Estas alteraciones en el sistema nervioso autónomo pueden surgir por diversas causas, principalmente en enfermedades neurológicas como Parkinson, esclerosis múltiple, mielitis transversa (MT), Alzheimer, tumor o trauma cerebral, además de otras enfermedades genéticas, cardiovasculares o endocrinas.

Qué hacer: en caso de presentar sudoración nocturna y alguno de estos síntomas, lo ideal es acudir al médico general o neurólogo para que indique la realización de exámenes que permitan diagnosticar cuál es la causa del problema e indicar el tratamiento más adecuado.

Cuándo acudir al médico

La sudoración nocturna generalmente no suele ser motivo de preocupación, pero en algunos casos puede ser señal de una condición que requiera tratamiento, debiendo consultarse a un médico cuando hay:

  • Presencia de fiebre o escalofríos;
  • Tos;
  • Pérdida de peso sin motivo aparente;
  • Sudoración nocturna con mucha frecuencia o excesiva;
  • Sofocos durante el sueño o pausas respiratorias.

Además, en personas con linfoma o VIH, la sudoración nocturna puede ser señal de que la enfermedad está evolucionando, siendo importante comunicarse con el médico y realizar un acompañamiento regular.

Vea algunas causas de sudoración fría y qué hacer.

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